El pasado 8 de octubre conocíamos la triste noticia de la muerte de Cobradiezmos, sin duda alguna el toro más célebre de las últimas décadas. Un ejemplar que traspasó la frontera de lo estrictamente taurino gracias a su bravura y entrega en el ruedo maestrante, un cuatreño que se ganó la vida y que vivió plácidamente en ‘Monteviejo’, una de las fincas que tiene en propiedad la familia Martín.
Tras varias curas y una vez recuperado su ganadero lo premió con un ramillete de eralas de tientas, unas becerras aproadas con las que este célebre animal convivió durante un tiempo. Pese a no tener las heridas cerradas por completo, el animal no pareció resentirse de las mismas, dejando su simiente en las citadas becerras de tentadero. Con los años Cobradiezmos se fue asentando como semental, este tipo de animales no siempre son capaces de transmitir esas virtudes que plasmaron en el ruedo. Fueron ocho años los que disfrutó de su hato de vacas, esas con las que cumplió cada turno de cubrición.
Estaba a punto de cumplir los trece años de edad, un número del que muchos no quiere oír ni hablar por la mala suerte que puede desprender. Pero este semental ya entrado en años no llegó a ese “fatídico” número al ser corneado de muerte por un semental más joven que él, un toro que se cobró su venganza varios años después. “El primer día que los juntamos, hace tres años, Portezolano fue hacia Cobradiezmos. Los toros suelen tantearse. Y este lo tumbó. Como con una llave” explicó Victorino Martín a Zabala de la Serna en una reciente entrevista.
Se trataba de un semental más joven y vigoroso, un ejemplar que aprovechó su oportunidad para acabar con su enemigo, ese que le había amedrentado durante un espacio de tiempo. Cobradiezmos hacía tiempo que había iniciado su decadencia, los años pesaban, de ahí que Victorino lo tuviera en una cerca junto al cortijo, lugar en el que le acompañaban algunos novillos y animales de destete. Pero su hora le llegó en la madrugada del citado 8 de octubre, momento en el que el semental vejado se cobró su venganza cortando de raíz la vida de este animal.
Un toro adulto marcado a fuego con el número 58, semental del guarismo 8, es decir, nacido entre el mes de julio del 2017 y junio del 2018. Portezolano, que así se llamaba el toro, llevaba como semental tres años, un animal que muchos aficionados conocieron el pasado mes de diciembre tras un reportaje publicado en el canal de YouTube de la propia vacada cacereña. Ahora tras asestarle una cornada mortal a su rival, este vive plácidamente en el campo, ya no habrá más peleas con su rival, se sabe ganador y eso se le nota en su forma de comportarse.
El legado de un toro histórico
En estos ocho años cubriendo, Cobradiezmos ha dejado más de 250 crías. “Daba muy definido, esa forma inconfundible de humillar. Cuando en las corridas entra un hijo suyo, un murmullo de voces lleva su nombre desde la hora del sorteo” comentó Victorino en la citada entrevista. Un ejemplar que deja tras de sí un reguero de bravura, una forma inconfundible de humillar, y en muchos casos, una estampa de una inigualable belleza.
En las próximas camadas seguirán lidiándose hijos de este importante semental, muchos de ellos pasará desapercibidos al tomar estos el nombre de su madre en masculino, como aquel extraordinario Patatero premiado por la vuelta al ruedo en Sevilla en 2023, un ejemplar calcado a su padre y con unas virtudes que le hicieron merecedor de ese gran premio. Si resulta más evidente si alguno de los toros lidiados proviene de la reata de las Cobradoras, línea ganadera de su madre. Ahí si nos podemos encontrar a algún ejemplar que provenga de esa reata, llamando rápidamente la atención de los aficionados.
Victorino y la eliminación del nombre que dio gloria a su ganadería
Tras el indulto de este célebre animal, Victorino Martín, al igual que hacen algunos equipos de la NBA con el número de sus estrellas, decidió eliminar el nombre de Cobradiezmos en su ganadería como premio a un toro único, desde ese momento todo animal de la casa que compartiera nombre pasaría a llamarse Cobrador, una información que publicó Luis Miguel Parrado en sus redes sociales.
Allá por 2017, en la segunda edición de ‘El toreo contado’ organizado por la Empresa Pagés, Victorino le dio la razón al periodista jiennense. “Ya ningún toro se llamará Cobradiezmos, ese nombre es historia de mi ganadería y la tauromaquia”, señalaba el criador afincado en tierras cacereñas. Pero como todo escribano tiene un borrón, en la corrida lidiada en Daimiel allá por septiembre de 2023 saltó al ruedo un cuatreño con el mismo nombre, ejemplar que le cupo en suerte a Sergio Serrano.