El toro bravo es un animal jerárquico, un ejemplar que lucha por el cetro del cercado y no le importa medirse con cualquiera de sus hermanos de camada para conseguirlo. Como ya hemos contado en varias ocasiones, el toro bravo no es un animal dócil y sumiso aunque cierta corriente animalista pueda opinar lo contrario. El toro bravo, a diferencia de otros animales jerárquicos no ataca para alimentarse, lo hace para ser el líder único de la manada.
Pese al uso de las fundas las peleas no dejan de causar bajas, antes estas eran por cornadas que si no se detectaban a tiempo podían acabar desangrando a uno de los animales al tener varios cortes profundos en zonas vitales. Ahora esas peleas provocan la rotura de costillas y posibles hernias, pero no cornadas que calen en la piel. Son muchos los ganaderos que reconocen que una vez que se le quitan las fundas a los toros estos se vuelven más irascibles, notan que ya no tienen la funda en el pitón, siendo estos más propensos al enfrentamiento.
En la ganadería de Victorino Martín no son amigos de enfundar la totalidad de la camada. En los cercados de Las Tiesas de Santa María existen un número relevante de animales al que no se enfunda, ciertos astados que, a criterio de su ganadero, andarán sin esa protección para sus pitones. En esta casa son conscientes que el no enfundar a ciertos animales puede llevar a un desgaste de los pitones o a la baja de alguno de ellos por cornadas. Pese a ello corren el riego poniendo en la balanza otras cosas que les da no recubrir el pitón de los toros.
Sin ir más lejos, el pasado 3 de junio el canal de YouTube de la vacada cacereña publicaba un vídeo montado con una seria de fotografías donde se venía una pelea entre dos animales de la camada, un enfrentamiento que decantaría la presencia de un tercer hermano, al entrar este de costado y no de frente desequilibra a su hermano, creando superioridad numérica y finalizando rápidamente la pelea.
La entrada de este tercer contendiente muchas veces acaba con uno de los hermanos siendo humillado, ya sea con una cornada o viendo se este obligado a salir huyendo hacia otra parte del cercado. Este es el pan nuestro de cada día en una vacada de bravo, de ahí tanto el ganadero como sus vaqueros y el conocedor -ahora llamado mayoral- deban estar alerta a los cambios de tiempo o a comportamientos que indiquen que puede desatarse la tormenta.