Si había un torero que se había ganado por derecho propio tener un lugar privilegiado esta temporada ese era Emilio de Justo. El cacereño, tras varias temporadas en claro ascenso, se había consagrado como figura del toreo. El de Torrejoncillo debía estar en los carteles de mayor boato de la temporada.
Pero aquello ganado en el ruedo parecía no ir en consonancia con las contrataciones en los despachos. Sevilla se enquistó, no se le daba la categoría que se había ganado, algo que estuvo a punto de dejarlo fuera del coso. En Madrid, Emilio lanzó un órdago: seis toros en solitario el Domingo de Ramos con astados de distintos encastes. Pero la mala fortuna se cebó con él. Si en Valencia el festejo era suspendido por lluvia, en Madrid un toro de Pallarés lo dejaba fuera de combate durante varios meses.
‘Romano’ se cruzaba en su camino, los fantasmas aparecieron y la fatalidad estuvo a milímetros de dejarlo en una silla de ruedas. La temporada se iba por el sumidero justo cuando se le habían abierto todas las puertas. Volvería a finales de agosto una vez pasadas las ferias más importantes del calendario taurino. Almería fue el punto de partida nuevamente de un año centrado en cosos de segunda y tercera categoría.
Iba a cerrar su temporada europea en Arenas de San Pedro (Ávila) el pasado sábado junto a Morante de La Puebla, Ángel Téllez y el becerrista Marco Pérez. Pero el festejo fue suspendido por lluvia. De ahí pone rumbo hacia el otro lado del charco para seguir con su particular puesta a punto. Allí seguirá toreando hasta llegar una nueva temporada europea donde debe ser tenido en cuenta para los carteles más selectos del calendario taurino. Es cierto que existe una amalgama de toreros que están muy bien colocados de cara a 2023, pero no es menos cierto que el extremeño se ha ganado estar en ese ramillete de toreros de la parte selecta del escalafón.
Un mensaje, el de su vuelta a lo grande en Madrid, que cada vez está calando más en una afición que quiere volver a verlo nuevamente en Las Ventas. La primera plaza del mundo cuenta los meses y los días para reencontrarse con De Justo, un torero hecho a si mismo, el cual salió del ostracismo gracias a su amor propio, la fe en sí mismo y al trabajo primero de Ludovic Lelong ‘Luisito’, un hombre que creyó siempre en el potencial del extremeño, y luego de Tauroemoción con Alberto García a la cabeza.
Emilio se merece una vuelta a lo grande, quizás en la plaza donde casi lo pierde todo, esa en la que quiere despejar de un plumazo cualquier fantasma que pulule por la Monumental. Olivenza, Valencia, Arles, Castellón, Sevilla, Madrid… deben darle un sitio privilegiado en sus carteles, todo lo contrario sería pegarse un tiro en el pie. Pero sobre todo una vuelta a lo grande en Madrid, ¿con seis de nuevo quizá? Para 2023 hay un abanico muy amplio de espadas que pueden hacer de cada feria un auténtico acontecimiento. Ahora depende de los empresarios usar esos nombres y esos mimbres con criterio o por el contrario seguir tropezando con la misma piedra.