ARTÍCULO

La muerte nos recuerda que estamos vivos


martes 3 noviembre, 2015

"Sí, en el toreo está presente la muerte, pero como aliada, como cómplice de la vida: la muerte hace de comparsa para que la vida se afirme". Fernando Savater

"Sí, en el toreo está presente la muerte, pero como aliada, como cómplice de la vida: la muerte hace de comparsa para que la vida se afirme". Fernando Savater

Vivimos en una sociedad que nos aparta de
la imagen de la parca, haciéndonos vivir de espaldas a ella con el beneplácito
de nuestra propia ignorancia. Escapamos de todo pensamiento que nos induce a
reflexionar sobre el fin de nuestra existencia, o de la de los nuestros, casi
siempre alentados por la voracidad con la que alimentamos nuestro egoísmo con
bienes materiales. Y es que nos da pena morir. Nos da lástima separarnos de lo
que nos gusta y de lo que nos hace felices.

 

Vivimos también en un mundo que nos
adoctrina separándonos de lo genuino, lo original y lo real, para escenificar
un decorado a medida de sus intereses, donde tapar todo aquello que le molesta
y nos convence de lo que está mal.

 

En este mundo creado a conveniencia de un
modelo cobarde y codicioso, el toreo no tiene cabida. La lidia, una liturgia
que se repite cada tarde donde se vive y se muere de verdad, supone un atentado
contra los principios que rigen el pensamiento moderno. Nos obligan a rechazar
lo único seguro que llegará a nuestra vida desde que es vida: la muerte.

 

Pero la tauromaquia es un mundo diferente,
porque se sustenta sobre robustos pilares encarnados en la figura de los
toreros. Porque el torero es tan generoso que nos regala su vida, literalmente,
para entregarla al servicio de su arte, tal como si un pintor entregara un
trocito de su aliento en cada pincelada o un poeta se jugara la Femoral en cada
verso. El torero, es un ser que no tiene cabida en este mundo de mentira,
porque entiende la vida y comprende la muerte. No tiene miedo a morir, y acepta
pagar este caro tributo como contraprestación al milagro del toreo.

 

Sirva este texto en recuerdo a los que han
entregado, y entregan cada día, su vida a la tauromaquia dentro y fuera de los
ruedos.