LA CRÓNICA DE GRANADA

Arte sin límites


viernes 5 junio, 2015

Morante, brilló en dos toros, Talavante selló un faenón al quinto, y ambos salieron a hombros; Manzanares se libra de la cornada y corta las dos orejas al tercero, siendo trasladado al Hospital

Morante, brilló en dos toros, Talavante selló un faenón al quinto, y ambos salieron a hombros; Manzanares se libra de la cornada y corta las dos orejas al tercero, siendo trasladado al Hospital

La segunda del Corpus granadino presentaba un cartel ilusionante por
contener en él a tres figuras actuales:ante
seis de
Zalduendo hacían el paseíllo José Antonio ‘Morante de la Puebla’,José María Manzanares y Alejandro Talavante. Un gran ambiente
se vivía en los tendidos a la hora del comienzo del paseo.

Algún lance personal pero sin demasiada conjunción. Lo justo en varas a
un toro que señalaba pocas fuerzas y recorrido. Morante se sintió a gusto con el abreplaza. Faena muy personal del
diestro de la Puebla que lució su mejor embroque. Cuajó al Zalduendo por ambos pitones con series justas y cadenciosas donde
el temple fue su pilar fundamental. El epílogo con la izquierda fue para
enmarcar. Estocada y oreja. José Antoniovolvió a sentirse con el segundo de su lote. Toro con malaje en su embestida que siempre venia metido y empujando para
adentro. Morante lo cuidó en varas
para que llegara con más poder al último tercio. Ahí, José Antonio lo cuajó con su sello personal.


05.06 Granada Morante por Cultoro

Un Morante más persistente e insistente
para sacar partido a un toro que tenía sus cosas y al que enseñó el camino para
que cogiera los vuelos de la muleta. Le dio sitio y cites precisos para
embarcarlo con sello original. Estuvo ceñido con él para llevarlo en cada
natural muy lento. Muñeca privilegiada y cintura quebrada al son del natural.
Con la diestra la ligazón y nuevamente la despaciosidad en la tela. Estocada y
otra oreja. El cierraplaza fue un toro que recordó a otra genética de Zaldueldo. Un entrepelao careto muy
estrechito de frente. Lo recibió con aires personales pero pareció tener algo
en la vista el sexto puesto que empujaba arrollando para adentro. Morante lo intentó por los dos pitones
e incluso hizo sonar la música después de varios sueltos de buen corte. La
faena divagaba entre muletazos aislados por culpa del deslucido. Al final no
quiso apostar más y lo despachó de un buen espadazo arriba. Silencio.


05.06 Granada J.M.Manzanares por Cultoro

Salió abanto el segundo de la tarde, sin mucha fijeza en los engaños. Josemari lo recibió con delicadeza a la
verónica pero el toro tuvo el viaje corto. Astado con dos puntas hacía arriba
-cinqueño- muy serias que protestó en cada momento. Toro que tomó la muleta
siempre de mentira, sabiendo lo que dejaba atrás. Manzanares no se tapó nunca tirando de raza y estética. Le puso la
muleta adelantada para taparle sus malas intenciones pero hizo presa hasta tres
veces. Lo empitonó de muy fea forma a medida que transcurría la faena en tres
momentos distintos librándose de la cornada segura. Le echó Josemari muchos testículos consciente
que este lo podía meter en la enfermería. Acusación de figurón que refrendó
ante el orientado de un gran espadazo. Dos orejas por disposición, entrega y
estética puesto que a modo el segundo regalaba una embestida Manzanares le endosaba uno de auténtico
marco.


05.06 Granada Talavante por Cultoro

Talavante volvió a demostrar que el toreo no tiene parámetros establecidos
puesto que su imaginación vuela al compás de la muleta. Otra vez soñó el toreo
a modo de muletazos sin fin. Pareció ver una franela que nunca regresaba de su
viaje del infinito. El toreo a zurdas del extremeño superó a cualquier quilate
que pueda tener el mejor diamante. Enorme por hondura y profundidad. La ligazón
y la belleza conjunta en la diestra. Su fallo a espadas lo dejó en una oreja
cuando eran dos seguras. Alejandro firmó una de las grandes actuaciones del año. Se montó encima de un animal que
no quería tirar para adelante, sin embargo Talavante obró el milagro. Lo primero lo desengañó y lo segundo, le tragó hasta decir
basta. Tanto fue su exposición que el Zalduendo terminó claudicando ante tango poder. Su falta de raza y clase, sucumbieron a
tal capacidad pareciendo al final tener poder y entrega. Cierto, que hubo mucha
entrega pero fue de su matador que se metió entre pitones en los medios para
imponerse como una apisonadora. A todo esto, las chispas de magia que fueron
ráfagas de genialidad inusual. No fue una faena de las artísticas pero sí lo
fue de una capacidad de titánica. Espadazo, dos orejas y clamor en la plaza que
llegó a pedir el rabo.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Granada. Segunda de la Feria
del Corpus.

Seis toros de Zalduendo,

José Antonio «Morante de la Puebla», oreja, oreja y silencio. 

José María Manzanares, dos orejas y herido. 

Alejandro Talavante, oreja y dos orejas. 

 

FOTO: www.ideal.es