TEXTO: MARCO A. HIERRO / ILUSTRACIONES: JUAN IRANZO
Llega la tarde en que José Escolar, uno de los ganaderos más reputados en Madrid, regresa con su corrida de cárdenos para que les rasquen el fondo. Y a ello se pondrán Rafaelillo y Luis Bolívar en su segunda comparecencia y Fernando Robleño, que se juega a una carta su presente San Isidro. Oficio y técnica sobran para conjugarse con la exigencia.
Es su último cartucho en Madrid, después de la dureza a la que se enfrentó con la miurada, que le hizo pasar hasta apuros al bravo murciano, y que él mismo declaraba que tardaría mucho en olvidarla. Hoy es otra tarde, otra historia, otra búsqueda del triunfo que le otorgue más alas a su lucha honrada y a su defensa íntegra de la dignidad en la profesión.
Tiene recursos, conocimientos y veteranía para lidiar cualquier corrida, pero tiene, además, gusto para ponerse con los que menos se entregan a nada que se les escape un pie. Y eso Madrid lo valora. En la temporada 2017, Rubio firmó una campaña realmente brillante en el circuito de las ganaderías más duras. Rafaelillo demostró su gran capacidad lidiadora conjugando la madurez y la calidad del más exquisito toreo.
A Luis Bolívar, que ya despachó un toro el pasado 31 de mayo en la Corrida de las Naciones representando a Colombia, no le salieron las cosas en su primera comparecencia isidril, donde se llevó, además, una fea voltereta que lo dejó maltrecho. Por eso tiene una espinita que sacarse, y esta es una oportunidad ideal para volver a mostrarse en esta plaza como ya lo ha hecho en otras ocasiones con otras corridas duras.
Ha crecido el colombiano en madurez como torero, lo que debe de haber aprendido viviendo sus distintos estatus en Europa -donde busca abrirse paso en las ferias- y en Colombia, donde es una figura indiscutible y como tal se le trata en su país. Siempre es bueno ver a Luis bregar con los de gris, pero apretado por su ambición en su nuevo proyecto es aún mejor.
A Fernando Robleño lleva ya algún tiempo sin embestirle de verdad un toro en Las Ventas y eso ha provocado dos cosas; la primera, que sus actuaciones de los dos últimos años, pese a ser impecables en lo técnico, no tuvieron el eco que a él le habría gustado y que hubiera necesitado. La segunda, que sus dos actuaciones en la feria de las últimas temporadas se han reducido a una, la de hoy, la única bala que tiene el madrileño en este ciclo.
Robleño, que ha regresado de torear en México hace algunas semanas, reestrena apoderado esta temporada, en la que ha vuelto con Ángel Guzmán, que ya le apoderó en su mejor época. Es, además, un torero muy respetado por la afición de Madrid, que sabe de su seriedad y de su lucha, y también de su gusto para torear cuando se han dado las circunstancias en otras plazas.
Vuelve a la plaza de Las Ventas José Escolar, después de que el pasado año no tuviese corrida de toros para lidiar en la primera feria del mundo. A Madrid viene el ganadero siempre muy responsabilizado, porque esta y las francesas son las plazas que alimentan su leyenda y su prestigio. Su exigencia y su seriedad siempre son bandera, pero también su fondo, que es el que hay que buscar para que llegue el toreo en una faena a un toro de esta casa.
Esta es la primera corrida de toros que lidia este año 2018, si bien la pasada campaña anunció sus toros en siete ocasiones, y tuvo como plazas más destacadas las de Pamplona, Madrid y Ceret, donde ya es un clásico. Su importancia siempre sale a relucir en el ruedo.