ROBERTO
GARCÍA-MINGUILLÁN / FOTOGALERÍA: IVÁN RODRÍGUEZ
La
tradicional corrida del Corpus de Toledo acogía este Jueves grande un festejo
mayor en el que hacían el paseíllo Enrique Ponce, El Juli y Álvaro Lorenzo.
Cinco toros de Garcigrande y uno de Domingo Hernández eran la materia ganadera
para el evento en la ciudad imperial. Asistieron el festejo, en el que había más de tres cuartos de entrada, el presidente de Castilla-La Mancha D. Emiliano García-Page y la secretaria del PP, María Dolores de Cospedal.
Gran
faena de Ponce al Garcigrande que abrió plaza, donde lo mejor llegó por el
pitón derecho, el mejor del cornúpeta, toreando relajado, con sumo gusto y
empaque. Finalizó con su característica «poncina», que levantó al
público de sus asientos. Mató de una gran estocada, y a sus manos fueron a
parar las dos primeras orejas de la tarde. Dos orejas para el diestro de Chiva.
Faena
de poder y mando a cargo de «El Juli», a un segundo toro de Garcigrande,
con las fuerzas muy justas. El madrileño se inventó una faena donde destacó una
tanda de derechazos profundos y templados, rematado con un cambio de mano soberbio.
Finalizó en la corta distancia, con varios circulares. Mató de estocada
trasera, y cortó una oreja, con petición insuficiente de la segunda.
Álvaro
Lorenzo soñó (despierto) una presentación en su tierra, ya cómo matador de
toros, de nota. Toreó de manera brillante con el percal, con verónicas lentas y
acompasadas, para abrochar con una media antológica. Ante un toro con clase,
pero venido a menos, el toledano firmó un faenón, toreando al ralentí; donde se
sucedieron naturales larguísimos, y derechazos con gusto, cadencia, mimo, y
rebozándose con el animal, ante un público entregado con su torero. No se dejó
un ápice, y se entregó sin fisuras; en un final del trasteo, metido
completamente en terrenos del toro. En la suerte suprema, se tiró por completo
encima del animal, y al salir disparado, el toro hizo por él, en momentos que
se hicieron eternos, pero que afortunadamente, todo quedó en un susto. Al
segundo intento enterró por completo el acero, y se le premió con dos orejas de
ley.
Faenón de Ponce con el noble y enclasado
cuarto toro de Garcigrande, con el que pudimos disfrutar de la gran
«delicatessen» de un Enrique Ponce magistral, que por momentos, bordó
el toreo. Toreó con el alma, la figura relajada y cimbreando la cintura. Hubo
naturalidad, elegancia, placer, sentimiento, hondura, cadencia. Toreo a pies
juntos, citando con el cartucho de pescado….y todo con mucha torería, dentro
y fuera de la cara del toro. Tanto disfrutó Ponce, que incluso le dieron un
primer aviso. Mató de gran estocada, e incluso le pidieron los máximos trofeos.
Finalmente: dos orejas, de puro clamor.Lo dicho; faenón «made in
Ponce».
Una oreja con fuerte petición de la segunda
para Julián López «El Juli» en el quinto toro, de Garcigrande, donde
toda la emoción la puso el torero, así se lo gastan las figuras del toreo, y
aunque el cornúpeta seguía con celo la muleta, llegó a aparse muy pronto, por
lo que Julián dosificó los muletazos. Hubo mando, poder y derechazos con mano
baja. Hasta que se vio podido el toro, y Julián se las vio y deseó para sacarlo
de sus terrenos. Mató de gran volapié al primer intento, y cortó la oreja.
Previamente se lució en el recibo capotero y un gran quite por «lopecinas».
Sin opciones el cierraplaza, donde Álvaro Lorenzo, todo disposición, lo puso todo de su parte, a base de entrega, pundonor y raza. Además firmó la mejor estocada de la tarde, y sumó su tercera oreja.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza
de toros de Toledo. Tradicional corrida de toros del Corpus Christi. Más de tres cuartos de entrada.
Cinco toros
de Garcigrande y uno de Domingo Hernández.
Enrique Ponce, dos orejas y dos orejas.
Julián López «El Juli”, oreja y oreja.
Álvaro Lorenzo, dos orejas y oreja.