Una visita Real que evidencia incondicionalmente el apoyo de la Corona a nuestra cultura más tradicional. Sin expresar ninguna palabra deja claro el compromiso y la unión de la Casa Real con la tauromaquia. Ver a S.M. en una barrera de Las Ventas, ha sido una clara manifestación silenciosa de aficionado que ha pasado por taquilla, para disfrutar una bonita tarde de toros.
Lógicamente la presencia del Monarca ha «obligado» a cumplimentar el protocolario brindis por respeto y deferencia hacía nuestro Soberano. Algún ofrecimiento ha sido con ciertas garantías de ahormar faena y otros de nulas opciones, como el segundo de la tarde.
La anécdota simpática la ha protagonizado el sevillano Pepe Moral cuando se dirigió al S.M. Rey diciéndole «Señor es un honor para mí brindarle la faena de este toro, aunque no sé lo que voy hacer con él» El palaciego tiró de arte para decirle a Felipe VI, que su brindis era por acatamiento y más bien, fruto de un compromiso del protocolo. Su toro no era de brindis…era un manso descarado.
