LA PREVIA DE SAN ISIDRO

El rey, el presidente y el príncipe


miércoles 30 mayo, 2018

Enrique Ponce regresa a Madrid para confirmar la alternativa de Jesús Enrique Colombo con la corrida de Garcigrande junto a Sebastián Castella

Enrique Ponce regresa a Madrid para confirmar la alternativa de Jesús Enrique Colombo con la corrida de Garcigrande junto a Sebastián Castella

TEXTO: MARCO A. HIERRO / ILUSTRACIONES: JUAN iRANZO

El rey, el presidente y el príncipe. Tres toreros que hacen el paseíllo hoy en la capital: Enrique Ponce es monarca de su carrera, una trayectoria que lleva tres décadas gobernando para seguir mandando en aquella plaza en la que hace el paseíllo; Castella, como buen francés, es presidente de la república de su propia campaña, una que ha atestiguado ya con una oreja en Madrid; Jesús Enrique Colombo fue el prínicipe novilleril que ahora viene a atestiguar a Madrid la confirmación de su proyección. A las nueve saldremos de dudas.

ENRIQUE PONCE

Hablar de Enrique Ponce en Madrid es hacerlo de toda una trayectoria impecable, a pesar de su ausencia durante varias temporadas de esta plaza. El año pasado lograba salir en volandas de este ruedo y erigirse como uno de los triunfadores de la feria.

No hay que descubrir a día de hoy la grandiosidad del torero de Chiva: tan sólo con echarle un ojo al currículum que atesora en el último año queda claro de la figura de épica y época que se trata.

Llega con un amplísimo bagaje de compromisos en tierras americanas y el doble compromiso de su feria de Fallas con triunfo incluido. La última corrida toreada acaeció en Córdoba el pasado fin de semana.

SEBASTIÁN CASTELLA

Sebastián Castella cumple hoy el segundo de sus tres compromisos en esta Feria de San Isidro y llega después de haber cortado una oreja en su primera tarde y cuatro para salir por la puerta de los Cónsules un día después en Nimes.

Es el galo regular en el triunfo y a más en su crecimiento, con el único accidente de los tres avisos en Castellón. Para Sebastián todo cambia cuando llega a Las Ventas, y hasta su semblante es otro. Llega, además, con una de sus ganaderías predilectas, que también lo es de esta plaza, Garcigrande.

El valor del francés está fuera de toda duda, igual que su capacidad para imponerse a los toros, por muy áspero que sea su fondo. Sin embargo, su sentido natural del temple y su perfecta colocación le han llevado a ser uno de los toreros que mejor interpreta cuando se alía con la suavidad. La madurez que le dan sus casi dos décadas de alternativa es una garantía de ver siempre cosas atractivas.

J. E. COLOMBO

A pesar de que lo apodera una casa española -los Ruiz Palomares- y de que pasa en España gran parte de su vida y de sus entrenamientos, Jesús Enrique Colombo no ha perdido aún la capacidad de sorprender porque no se le ha visto por los sitios de mayor responsabilidad como matador de toros, y aún así ya se conoce su nombre.

Esa es, tal vez, la mejor virtud de la dirección de carrera que le están realizando al venezolano, que tuvo una brillante campaña como novillero. Desde entonces ha tenido un duro camino de medirse a si mismo ante las dificultades, de participar en los certámenes de más prestigio, medirse a los novilleros más punteros y a las novilladas de los hierros más duros, pero siempre pisando ruedos de garantía de calidad en los espectáculos ofrecidos.

Serio en su concepto del toreo, no parece venezolano en la forma de parirlo, porque cuenta con la sobriedad y la elegancia de los toreros de Castilla y con un valor que le permite pisar el lugar comprometido y trazar muy despacio. Hoy confirma su alternativa en esta plaza.

GARCIGRANDE

Tras la gran corrida del año pasado, hoy vuelve a Madrid el hierro de Garcigrande. La divisa salmantina tiene en Salamanca su cuartel general en los dos hierros que pertenecen a la familia Hernández, que ha logrado un toro tan peculiar que hay que maridarlo con figuras del toreo que conozcan sus arcanos. Además, hoy lo hace con la pérdida de su criador, Domingo Hernández, hace tan sólo tres meses.

La gran cantidad de animales que pastan en su finca -que le ha hecho superar en ocasiones las 30 corridas de toros entre los dos hierros de la casa- supone una presencia constante del hierro en todas las ferias, pero también una merma de garantía dependiendo del cartel.