LA CRÓNICA DE SAN ISIDRO

Ir ‘palante’


miércoles 29 mayo, 2019

Emilio de Justo le corta una oreja al sexto de Victorino en tarde de medianías de Octavio Chacón y Daniel Luque

Emilio de Justo le corta una oreja al sexto de Victorino en tarde de medianías de Octavio Chacón y Daniel Luque

TEXTO: MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

Es la diferencia que existe hoy en día entre el torero que está en punto y el que no llega o se pasa. Ir palante es asumir el riesgo, conocer las consecuencias y apostar a pesar de todo. Ir palante es cargarte a la espalda el peso de un instante único y elegir entre ser UN torero o ser EL torero. Ir palante es saber que puedes no llegar a dentro de cinco minutos porque vas a jugarte lo que tienes sin una red debajo que te recoja al caer. Y, aún así, ir. Porque lo contrario es no ser nada.

Se fue palante Emilio de Justo cuando se plegó la muleta en el brazo, se fue ceremonioso a los medios y se ofreció como sacrificio en el rito para el qjue cría los toros Victorino. Palante con el trapo en la izquierda y sin probatura alguna, enfrontilado, entregando antes de recibir. Palante para soplarle naturales que salían medio tropezados, medio ayudados, medio al vies, pero tan de verdad que rompieron el sino de la tarde. Porque fue con la mano derecha con la que Emilio desmayó su clase, trazó vertical su expresión, a la manera de Joselito Arroyo cuando descargaba la bamba con un giro de muñeca. Fue con la diestra con la que alzó la voz Emilio, pero había sido la zurda con la que se había hecho escuchar. Y cortó una oreja.

Otra pudo cortar Daniel Luque de la raspa gris que hizo segundo, tan chico y de cara lavada como noble y hasta profundo a la hora de embestir. Pudo cortarla, dicho está, pero no se fue palante, porque prefirió acompañar arrancadas con pulcritud matemática, con el giro de cadera y la muleta sujeta, con el final enorme del pectoral enroscado para que quede recuerdo grato de la serie en cuestión. Pero cuando te la llevas al recuerdo tienes que comer otra vez porque te ha nutrido poco. Porque no se fue palante, aunque no estuviera mal.

Si lo hubiera hecho, hubiera cambiado su tarde en el momento que hubo para hacerlo. Fue en el quinto, otro de los toros aprovechables de la corrida gris. Fue en el inicio, después de la tarascada que casi le arranca el corbatín. Se sintió agredido Dani y se la echó a la izquierda. Y ahí tuvo en la mano dejar de ser Dani para convertirse en don Daniel. Pero prefirió no abandonar su zona de seguridad. No se fue palante.

Es que no es nada fácil olvidar que uno tiene cuerpo, pero por eso es tan ingrata y tan complicada la profesión de torero. Que se lo digan a Octavio Chacón, con lo que le costó el año pasado salir del circuito de los pueblos y las tragedias, que ahora sigan sin pasar cosas cuando se viste de luces. Porque uno es un gran profesional mate las que mate al año, pero estamos hablando de apuestas. Y uno tiene que ser consciente de que tiene que jugarse la vida cinco o seis veces al año por muy figurón que sea. Y una de ellas es siempre en Madrid. Hoy le pasaron los pitones cerca del cuello, pero fueron todos descuidos con una alimaña, nunca riesgos calculados y asumidos de decidir ir palante. Por eso nada pasó.

Sí pasa para Victorino, que en esto de irse palante sabe siempre echar lo mejor. Aunque no sirva para el toreo, para la emoción o para la defensa ferviente de la casta que hoy le hicieron los custodios. Que la corrida no gustó, pero en haciendo memoria nos quedamos con tres y hasta cuatro toros. Siempre que hubieran ido palante, claro.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Décimo sexta de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. 22.014 espectadores.

Toros de Victorino Martín, muy justos de presencia y desiguales de tipo. Tobillero y orientado el primero, ovacionado en el arrastre. Noble y con profundidad el buen y chico segundo. Derrengado y a la defensiva el inválido tercero. Pegajoso pero embestidor el móvil cuarto. De pronta arrancada y buen fondo el aprovechable quinto. Exigente y con humillada transmisión el sexto.

Octavio Chacón (ciruela y oro): silencio y leves pitos. 

Daniel Luque (tabaco y oro): ovación y silencio. 

Emilio de Justo (negro y oro): silencio y oreja.