LA CRÓNICA DE PLATA

Iturralde se lleva el corazón de Madrid


sábado 9 mayo, 2015

Dos grandes varas a “Agitador” sellan la vocación de un picador que entregó su alma en cada puyazo al bravo de Fuente Ymbro

Dos grandes varas a “Agitador” sellan la vocación de un picador que entregó su alma en cada puyazo al bravo de Fuente Ymbro

Pedro Iturralde. Fue
el nombre de la tarde. Tiene el castellano la filosofía de un profesional por
los cuatro costados: vive por y para el toro, por y para un puyazo aunque se
tenga que cruzar media España y por y para ser ovacionado. Como el aplauso que
hoy le tributó Madrid tras dos grandes varas al segundo de la tarde. Antes humilló con mucha chispa en las
verónicas de Ureña y peleó de bravo en el caballo, arrancándose de lejos en una
extraordinaria vara de Iturralde. Fue a la postre el toro de la corrida y fue
éste un tercio repleto de emoción, lleno de la belleza que todo tercio de varas
en regla se merece. Segundos más tarde, se paró el toro antes de que rompiera
en la muleta de Ureña. No tuvo celo en el capote de Pirri y en las banderillas
de Curro Vivas y Azuquita, siempre efectivos. El cuarto empujó fijo en el peto
cuando logró agarrarse en el primer encuentro. Después renegó del penco. Tardeó
y se pensó cada arrancada en la brega de banderillas, donde llegó a los
embroques con la cara arriba.

En el tercero, Efrén
Acosta, con la tradicional sábana azteca sobre el jaco, dejó un primer puyazo
sutil. En la segunda vara quiso echarla arriba, con el toro arrancándose desde
el ruedo, pero finalmente se vino al tercio y fue ahí donde se le vino. Lidio
José Luis Alcantar para que el toro desarrollara movilidad en los palos de
David Blázquez, que dejó un tercer gran par, y Ricardo Izquierdo, que no anduvo
fino en esta primera actuación. Con el sexto, Tito Sandoval le recetó una
primera vara muy dura para el astado. Con las banderillas, José Luis Alcantar
dejó una primera fácil, para que Izquierdo pusiera otra también efectiva.

El Legionario echó la
puya en el primer toro de la tarde, un toro que no terminó de romper en la
muleta de César Jiménez como tampoco lo hizo minutos antes en la buena lidia de
José Daniel Ruano. Con los palos, José Manuel Zamorano se justificó y David
Peinado dejó un par limpio. Fue la del cuarto, por su parte, una lidia marcada
por un tercio de varas de Francisco Javier González en el que el toro se
revolvió en el peto, por lo que no pudo lucirse en demasía. Los de plata
ejecutaron un tercio rápido palitroques en mano ante un animal de Gallardo que
nunca se movió con celo.