LA PREVIA DE SEVILLA

Jóvenes tras la bala de El Pilar


martes 7 mayo, 2019

Pepe Moral, Ginés Marín y Álvaro Lorenzo esperan el encierro de El Pilar, una de las ganaderías con mejores resultados en Sevilla en los últimos años

Pepe Moral, Ginés Marín y Álvaro Lorenzo esperan el encierro de El Pilar, una de las ganaderías con mejores resultados en Sevilla en los últimos años

TEXTO: MARCO A. HIERRO / ILUSTRACIONES: JUAN IRANZO

Es una de las ganaderías que no suele fallar en Sevilla, a donde viene más responsabilizada y con más presión. El Pilar es un valor casi seguro en La Maestranza, pero son los toreros jóvenes y los que quieren ganar más los que se anuncian con los toros de Moisés Fraile, una temporada más ante el compromiso de Sevilla.

PEPE MORAL

Primera comparecencia en esta feria de Pepe Moral, que cerrará el ciclo con la de Miura, como ya es tradicional en él. Lo es, claro está, porque ha conseguido triunfar con los de Zahariche varios años consecutivos, pero la de hoy no es andaluza ni tiene l leyenda de Miura. Sabe torear Pepe y tiene mano izquierda para lucir con algún Raboso que se entregue despacito en la muleta. Ha pisado muchas veces El Puerto de la Calderilla este invierno y ya conoce el secreto de El Pilar. Por eso la pidió.

Pero no llega en el mejor momento a Sevilla, porque no le rodaron las cosas como hubiera sido conveniente el Domingo de Ramos en Madrid y aún no ha paseado una oreja en las dos corridas de toros que lleva hasta la fecha en 2019. Es un torero ávido y necesitado de triunfos y tiene mimbres para conjugarse con la calidad de El Pilar si sale al ruedo. Torea, además, entre paisanos, y eso lo espoleará para sacudirse cualquier posible fantasma.

ÁLVARO LORENZO

Si hablamos de toreros que pueden sacar fondo para el fondo de El Pilar ahí está -quizá el primero- el toledano Álvaro Lorenzo, que cuenta con unas de las muñecas más versátiles y últiles del escalafón. Está dotado, además, con el don del temple -el que consiste en reducir animales, no en acompañar embestidas- y eso no lo puede decir cualquiera. Dio el salto a las grandes ferias después de abrir una Puerta Grande de tres orejas en Madrid, pero eso ahora ya queda lejos, porque le hace falta volver a la senda triunfal para firmar contratos.

Son tres los paseíllos que lleva en 2019, y a los aplausos de Manizales hay que añadir la buena impresión sin pelo causada en Valencia y la oreja que sí paseó en Arles de una corrida de Garcigrande. Es un torero eminentemente de clase y muy del gusto de los gourmets del toreo. De esos hay muchos en Sevilla, donde su calidad puede lucir más que en otros lugares.

GINÉS MARÍN

El extremeño Ginés Marín estaba -y seguramente todavía esté- destinado a abanderar a la nueva generación de imberbes con puertas grandes en Madrid que deben asumir la regeneración del escalafón. Sin embargo, no ha rubricado Ginés su rotundidad madrileña en otras plazas y eso el sistema te lo hace pagar muy caro. Es joven aún y tiene margen de sobra para desarrollar un toreo que se basa en el completo dominio de la técnica y de la lidia.

Viene, además, de indultar un toro de José Luis Pereda el pasado 13 de abril en Palos de la Frontera, en la quinta corrida de toros en la que se anunciaba en 2019. Antes había triunfado en León, Guanajuato y en Olivenza, dejando el premio en Valencia por fallar con los aceros. Es torero de raza, tiene fondo para aguantar con los de arriba en los carteles de las ferias y lo apodera una casa importante, pero en el ruedo el que gana o pierde es él. Y hoy tiene mucho que ganar.

EL PILAR

Acostumbrada a recibir premios en Sevilla, la ganadería de El Pilar regresa como cada primavera a orillas del Guadalquivir a volver a intentar el triunfo con alguno de sus toros. Para el recuerdo quedan los nombres de Guajiro -dos le han premiado a Moisés en Sevilla con ese nombre-, Niñito o Sombrerero, toros que han propiciado los triunfos de sus matadores en el ruedo hispalense.

De origen Aldeanueva que Moisés Fraile seleccionó para ser más bajita y menos abueyada de hechuras, la vacada de El Pilar ha lidiado sólo un festejo en lo que va de año, y fue en la pasada feria de Castellón, donde El Cid le cortó una oreja a uno de los toros de este hierro. Sevilla en esta casa es religión y es aquí donde más responsabilizados llegan los ganaderos, que tienen siempre como objetivo criar el toro para cortar un rabo.