No debe ser
fácil para un torero de plata sobreponerse a unas circunstancias climatológicas
como las que la plaza de Madrid ofrece cada vez que la fortuna natural decide
cambiar el tiempo. Lo acusa la calle Alcalá más si cabe y la de hoy fue una
tarde para superar los impedimentos circunstanciales que ese constante soplo
ofrecía. Lo hizo de forma perfecta Joselito Gutiérrez en el segundo de Parladé,
un toro al que pareó sin asomarse al balcón en el primer encuentro para
sobreponerse a las mismas circunstancias y, a pesar de perder pie tras el
embroque, haber clavado un par en todo lo alto ante uno de Parladé falto de
humillación.
Supo Madrid ver
el momento justo en el que Joselito se sobrepuso a un toro que requería andares
firmes y, sobre todo, muchísima profesionalidad en su cara con los palitroques.
Lo supo hacer Gutiérrez de forma perfecta antes de desmonterarse. Eficaz anduvo
también en una lidia al quinto que condicionó la faena de Perera minutos más
tarde. Dos puyas importantes dejó segundos antes Ignacio Rodríguez y firme
anduvo Guillermo Barbero en su par. Con el quinto, Francisco Doblado escuchó y
cumplió las órdenes de su matador en cuanto a no darle demasiado para que Juan
Sierra dejara un par limpio y aplaudido en el último encuentro con el de
Parladé.
Echó bien la
vara en los dos primeros encuentros con el abreplaza Tito Sandoval, con el toro
empujando en el peto, a pesar de lo cual no lo consumió en varas. Fueron
perfectas las ejecuciones de los dos puyazos, levantando el palo y apuntando
cuasi con la genialidad de los grandes. Lidió Ramón Moya y pusieron los palos
Domingo Siro y José Antonio Prestel con efectividad y facilidad. Destacó el
tercio de varas del cuarto de la tarde, ovacionado, al igual que la lidia de Domingo Siro ante un
toro que requería toques precisos y capotazos justos, los que le dio el joven
veterano de plata. Hábil Prestel en este toro con los palitroques, también puso
dos buenos pares Ramón Moya ante un toro que echaba la cara arriba en el
momento del embroque.
Con el tercero,
Rafael Agudo, de sangre de toro y oro, picó a un toro para entender y que
finalmente no rompió en la muleta de Iván Fandiño. El de Orduña ordenó las
acciones de su cuadrilla durante los dos primeros tercios para que la lidia de
Pedro Lara y los palos de Miguel Martín y Jesús Arruga fueran rápidos y
eficaces antes del trasteo. Manuel José Bernal se encargó del tercio de varas
del sexto de la tarde, dejando un puyazo leve en primer lugar y otro también
medido en el segundo palo. Lidió Miguel Martín con los cortes justos y precisos
que caracterizan su personalidad capotera para que Pedro Lara y Jesús Arruga
fueran rápidos antes de que Fandiño tomara la muleta y brindara a Samuel
Flores.