TEXTO: MARCO A. HIERRO / ILUSTRACIONES: JUAN IRANZO
Llega el día de uno de los carteles más atractivos del serial de San Isidro, con los toreros hoy jóvenes que deberán cargar sobre sus hombros el peso del toreo a la vuelta de un par de años por la propia ley de vida del espectáculo. Junto a ellos, una ganadería que ya ha obtenido triunfos importantes en Madrid y en otras muchas plazas.
El extremeño Ginés Marín lograba hace dos años descerrajar la Puerta Grande de Madrid el día que confirmaba su alternativa, y sólo la espada le privó de volver a hacerlo unos días después. Lleva ganando bolsines y liderando a su generación desde que se inició en el toreo, aunque el año pasado el mano a mano con El Juli llegase demasiado pronto . Torero de enorme capacidad técnica, está dotado de una intuición muy acusada que le hace entender muy bien las necesidades de los animales.
El triunfo de Madrid le abrió las puertas de todas las grandes ferias y este año sigue en el carro de los que más torean. Hasta la fecha ha hecho el paseíllo siete veces en 2019, y ha cortado un total de 13 orejas -en tres ocasiones por partida doble- en las plazas más importantes del mundo. Es Madrid y es su ocasión de volver al asalto en la primera de las tres tarde que tiene contratadas en el año del bombo, que arrojó esta corrida a su esportón.
El mexicano Luis David ha tomado el relevo de su hermano Joselito como el azteca ‘consentido’ de Las Ventas, donde ha firmado ya tardes para el recuerdo, como la faena del año pasado a aquel jabonero de Juan Pedro Domecq de nombre Ombú. Esta es la primera de las dos tardes que tiene contratadas, pero no puede perder ninguna de las balas que le ofrecen para asaltar el tren de las ferias.
Los triunfos logrados en Europa hicieron que alcanzase en su país el estatus de torero de ferias, y lleva todo el invierno toreando sin parar. De hecho, han sido 15 los festejos toreados desde que comenzó el año 2019, con un balance de 19 orejas y un rabo paseados. Su raza y su empeño y ambición por triunfar son su principal aval.
En sólo unos días, en una sola tarde más bien, el sevillano Pablo Aguado se ha convertido en el torero del momento, el que quiere ver todo el mundo y del que todo el mundo habla, gracias a las cuatro orejas que cortó en una sola tarde en La Maestranza la pasada Feria de Abril. Torero de pellizco y de sentimiento, fiel estandarte de la escuela sevillana, Pablo es un torero distinto y esa distinción le está aportando sus réditos.
El inicio de temporada de este 2019 está siendo espectacular para él, porque lleva seis festejos toreados, con la friolera de 11 orejas paseadas, un rabo y un indulto, el que consiguió en Morón de la Frontera el pasado mes de abril. Viene de triunfar en su última actuación en Valladolid, donde sustituyó a Roca Rey y consiguió un llenazo de reventón junto a Morante y Manzanares. Hoy veremos la respuesta de Madrid.
Los domecq de Juan Ignacio Pérez Tabernero ya no tienen casi nada del antiguo encaste Martínez que poblaban el hierro de María Montalvo. Hoy la procedencia es íntegramente Daniel Ruiz, pero los éxitos cosechados van a más siempre en una ganadería en franco desarrollo que hoy tiene un nuevo examen en Madrid, en una tarde que arrojó el bombo.
En el año 2019 ha lidiado únicamente dos festejos, con siete animales a los que se le han cortado seis orejas. Sólo una faena a un toro de esta casa está registrada este año, la que consiguió en Ciudad Rodrigo el novillero Raúl Montero. Las figuras siguen flirteando con este hierro bastante a menudo por su calidad. Hoy la veremos en Madrid.