LA CRÓNICA DE PAMPLONA

Mientras lloraba Sepúlveda


domingo 10 julio, 2016

Curro Díaz, Iván Fandiño y Juan del Álamo se justificaron con un encierro que ofreció pocas posibilidades, tan sólo cara de una corrida siempre embistiendo a regañadientes

Mientras lloraba Sepúlveda

 

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO

Hay que ser muy hombre para recoger la muerte entre tus
manos, llevar la vida inerte a la enfermería, querer que te trague la tierra a
las 20:25 y enfrentarte al mismo infierno veinticuatro horas más tarde en
Pamplona. Muy hombre y muy héroe con alma inmortal. Como la de Víctor, en la
que pensaba Curro Díaz hoy en San Fermín. Bendito amor a un ideal el de nuestra
pasión.

Rompía en ese mismo momento en llanto la Sepúlveda que lo
vio nacer, que lo vio hacerse hombre, que lo vio ser torero por casualidad y
que lo vio enamorarse de Raquel. Se
rompía por dentro la Sepúlveda que lo vio crujirse al natural en su portátil
mientras tres compañeros le dejaban a Víctor la corona del pundonor haciendo
frente a la tarde de Pamplona.
Eso es de tíos, toreros en cristiano.

Hoy admiró la sociedad un poquito más a los que se visten de
luces mientras lloraba el pueblo que pocos conocían hace un día. Mientras
lloraba el rincón de la Castilla profunda que vio crecer, nacer y ahora irse al
tío larguirucho, seco, espigado, de físico fuerte y alma humilde al que ayer un
toro le quitó la vida en Teruel. Dura y
pura realidad de una Fiesta que no entiende una sociedad enferma.
Mientras, lloraban los 1168 corazones
sepulvedanos por ver uno partío que no es sino germen de nueva vida
. Porque
Víctor muere porque no muere.

Retumbaban entre las peñas de Sol los llantos desconsolados
de Sepúlveda mientras la fiesta era menos alborozada, la juerga menos risueña, el
gozo menos jubiloso y la vivaracha sanferminera menos jaranera porque a Víctor
Barrio lo había matado un toro. Y los toreros eran más héroes. Y el oro más adalid
y la plata más insigne. Pero qué cojones los de Curro Díaz mientras lloraba
Sepúlveda…

Ardía como fuego infernal el minuto de silencio entre el
inconforme Sol alto, ese que quiere el toraco de Navarra pero no acepta la
integridad de nuestra liturgia. Ese que lo quiere grande al confundirlo con
trapío. Pero que es el que quiere Pamplona. El que ama la ciudad. El más grande
del mundo… y se lo llevó ayer el de Teruel, el chico santacolomeño que le
partió el corazón a la Fiesta.

Lo de Pedraza, mientras lloraba Sepúlveda, no pasó de debut
deslucido, de caja sin sorpresa, de armas blancas sin defensa motora y de esperanzas
vanas de la Francia que se lleva todo lo bueno de la casa Uranga. Y Curro roto por dentro, y Fandiño con
agallas por fuera, y Del Álamo con chinchetas en sus entrañas por no dedicar al
que hoy está en el cielo el triunfo que necesitaba para que el sistema crea en
él de una puta vez
.

Y eso ocurrió mientras lloraba Sepúlveda lágrimas de
despedida a un torero de los pies a la cabeza. Mientras lloraba la Castilla
profunda la gloria eterna y admirable de un torero con mayúsculas. Mientras tanto,
el rito festivo pamplonés admiraba un poquito más a los que se visten de luces.Y mientras, se iba Víctor Barrio caminito
de su Virgen de la Peña, en volandas de Rodolfo, entre vivas de Renatto y con
la tarea nada fácil de darnos fuerza desde arriba
. Eso es lo que hoy,
mientras lloraba Sepúlveda, comprendió Pamplona.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Pamplona. Sexta de la Feria del Toro.
Corrida de toros. Lleno en los tendidos.

Seis toros dePedraza de Yeltes, de embestida cortísima el grandón primero,
sin fuste en su tranco el anodino segundo, parado en la segunda tanda el
tercero, deslucido un cuarto manso, también deslucido un quinto sin empuje y
mansurrón el complicado cierraplaza.

Curro Díaz, silencio
y silencio.

Iván Fandiño, silencio
y silencio.

Juan del Álamo, silencio y pitos.

INCIDENCIAS: Se guardó un minuto de silencio
al romper el paseíllo en memoria de Víctor Barrio.

FOTOGALERÍA: EMILIO
MÉNDEZ