MADRID

Octava Puerta Grande de Leonardo y frescura frente al manso de Léa Vicens


sábado 4 junio, 2016

Tarde a caballo para el recuerdo en Madrid, en la que Leonardo cortó oreja y oreja y Léa Vicens supo reponerse frente al manso sexto para pasearle un despojo; otro perdió Hermoso pinchando al segundo

Tarde a caballo para el recuerdo en Madrid, en la que Leonardo cortó oreja y oreja y Léa Vicens supo reponerse frente al manso sexto para pasearle un despojo; otro perdió Hermoso pinchando al segundo

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO

Confirmaba su alternativa con una corrida de
Fermín Bohórquez esta tarde en la primera plaza del mundo la rejoneadora Léa
Vicens. Lo hacía con Pablo Hermoso de Mendoza como padrino y con Leonardo
Hernández en su segunda tarde isidril como testigo. A las cinco y media en
punto arrancaba el paseíllo.

Emotiva fue la confirmación de alternativa de
Léa Vicens antes de la salida del primer toro de Fermín Bohórquez. Con
tranquilidad inició faena, sin que la atosigaran los nervios a lomos de Bético.
Un segundo par desde las mismas tablas al centro del ruedo no le salió bien. Temple y buen tranco mostró el de
Bohórquez, herrado con el número 58 el negro bragado. Con el lusitano Desafío,
del hierro de Arsenio Cordero, prosiguió su trasteo la francesa para entrar
ahora más en corto y en el centro del anillo, clavando en todo lo alto el palo.
Con Espontáneo enterró el acero a la primera, cayendo el de Bohórquez de forma
ipsofacta. Muy bien Lea que mereció la oreja que le negaron. Vuelta al ruedo.  

A la infanta doña Elena brindó Leonardo
Hernández su labor al tercer toro de Fermín Bohórquez, que salió dormido.
Champán, caballo albino, despabiló al toro gaditano de salida, pues no tenía un
tranco alegre el animal, sosería que demostró durante toda la lidia. No logró
conectar en los tendidos venteños hasta que sacó a Xarope y se gustó en un par
antes del epílogo de su faena. Tomó las cortas para clavar hasta tres palos al
violín gustándose con gran elasticidad. Un tordo con el hierro de Silveiras
llamado Estoque fue el encargado de salir en el tercio de muerte, acertando a
la primera el extremeño. Certero anduvo con el descabello para cortar la oreja.

Con Napoleón inició su faena Pablo Hermoso de
Mendoza, un toro que levantó de inicio mucho más la cara que su hermano
anterior. Exquisito fue el toreo del estellés a lomos de Berlín en el ecuador
de la faena, dejando tres pares después de una serie de hermosinas que levantaron
la plaza. Sin apenas espacio fueron las siguientes banderillas, que tuvieron
buen gusto y conexión. A lomos de Pirata puso las banderillas cortas el navarro
pero lo importante llegó después, con la plaza en un auténtico manicomio,
clavando banderillas a dos manos en el epílogo del trasteo. Mató de medio
rejonazo medio trasero que levantó el puntillero, pinchando posteriormente y
esfumándose toda posibilidad de trofeo. Silencio. 

A la infanta doña Elena brindó Leonardo
Hernández su labor al tercer toro de Fermín Bohórquez, que salió dormido. Champán,
caballo albino, despabiló al toro gaditano de salida, pues no tenía un tranco
alegre el animal, sosería que demostró durante toda la lidia. No logró conectar
en los tendidos venteños hasta que sacó a Xarope y se gustó en un par antes del
epílogo de su faena. Tomó las cortas para clavar hasta tres palos al violín gustándose
con gran elasticidad. Un tordo con el hierro de Silveiras llamado Estoque fue
el encargado de salir en el tercio de muerte, acertando a la primera el
extremeño. Certero anduvo con el descabello para cortar la oreja.

No se quería ir Pablo Hermoso de Mendoza
frente al cuarto sin dejar su impronta con mayor rotundidad, por lo que fue
ahormando el tranco incierto en los primeros compases de la lidia. Sacó a
Alquimista, hijo de Unamuno, para romper el hielo tras la oreja de Leonardo,
pero los momentos importantes llegaron a lomos de Disparate, dejando cambios de
pista que tuvieron muchísimo clasicismo. Con Donatelli y su particular
movimiento clavó a la grupa ganándole terreno al toro, que iba a menos por
momentos. Una pirueta ajustadísima en la misma cara del animal puso la emoción
en ese momento. Tres banderillas cortas pusieron fin a la actuación del
navarro. Pinchó en el primer encuentro para dejar una entera a la segunda.

Muy en Murube era el sexto, que salió
apretando a Francisco Alarcón en el burladero. Fue un manso de libro que
levantó la ira del tendido. Se le debieron dar varios capotazos de salida por
los subalternos, pero tras sentir el hierro del rejón de castigo, el jaco
pareció ir al centro del anillo, algo que no consiguió nada más que por algunos
segundos. Con Gacela prosiguió entre los pitos del tendido al de Bohórquez,
dejando un buen quiebro. Poco después, montando a Bazuca, dejó un desplante que
gustó al tendido. Poco a poco fue metiendo al animal en el canasto, olvidándose
de todos los condicionantes del público que estaba más pendiente de la
presidencia y de los subalternos. Solventó con mucha raza y buen oficio todas las adversidades ante el sexto. Fenomenal fue el rejonazo final, que proporcionó una oreja de gran consistencia.  

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Penúltima de la
Feria de San Isidro. Corrida de rejones.

Seis toros de Fermín Bohórquez.

Pablo
Hermoso de Mendoza, silencio y ovación.

Leonardo
Hernández, oreja y oreja. 

Léa
Vicens, vuelta al ruedo y oreja.