Corrida
muy dispar de Victoriano del Río hoy en Madrid, en la que varios de sus astados
desarrollaron su encastada embestida en genio. Dentro de una corrida baja de
raza y ayuna de clase, destacan los toros lidiados en segundo y tercer lugar. Dos animales que nunca debieron irse al
desolladero con las orejas puestas.
El segundo por clase, codicia y humillación,
y el tercero por nobleza y acometividad fueron una raya en el agua en una
corrida que no estuvo a la altura de lo esperado y en la que los toreros no consiguieron acoplarse a esas embestidas.
1º,
de Toros de Cortés, «Descreído”, negro de 549 kilos para Diego Urdiales.
Largo, serio, hondo, con poco cuello y un punto alto de agujas. En la
capa apretó hacia tablas. Acudió al relance en la primera vara, y se dejó
pegar sin mas en la segunda. Protestón en la muleta el de Toros de Cortés,
siempre soltando la cara y con poca fijeza en los engaños. Ninguna clase tuvo
este primero que nunca humilló, todo lo hacia defendiéndose con cierta
aspereza.
2º, de Victoriano
del Río, «Vampirito”, negro de 580 kilos para El Fandi.
Alto de agujas, serio, hondo y largo. Se
empleó poco en la capa, mientras que en el caballo tuvo un similar
comportamiento, se dejó pegar, no se empleó. Embistió con galope
y emoción en el tercio de banderillas. Tuvo clase, ritmo, movilidad y
humillación en sus primeras tandas, por el pitón derecho hacía el avión. Por el
izquierdo el de Victoriano del río evidenció grandes
virtudes, embestía con codicia y mucha clase, muy fijo en los engaños.
3º, de Victoriano del Río, «Celoso”,
negro de 529 kilos para Iván Fandiño.
Más fino de agujas que sus dos hermanos. Muy serio este tercero, algo
silleto. Se desplazó con templanza en la capa de Fandiño, buscando los vuelos,
aunque saliendo algodistraído. Exigente fue el tercero, un animal que fue
de mas a menos, humilló y colocó la cara el de Victoriano del Río en ciertos
compases de la faena, cierto es que tuvo una embestida cambiante, pero
aprovechables.
4º,
de Victoriano del Río, «Casero”, castaño de 586 kilos para Diego Urdiales.
Hondo, serio, arremangao de pitones, un tío. Se dejó pegar el animal
en el peto, le faltó entrega al de Victoriano. Exigente este cuarto, animal que
tuvo falta de ritmo en sus embestidas, soltaba la cara y reponía, sin embargo
tenia la virtud de la movilidad y de la casta. Animal que no te permitía ni una
duda, tenia una evidente falta de ritmo y clase. El publico percibió en todo
momento las complicaciones del toro, un animal que no te permitía ni un fallo.
5º, de Victoriano
del Río, «Impuesto”, negro de 567 kilos para El Fandi.
Serio, bajo, algo cortito de cuello. Embistió con temperamento y
humillación al capote del Fandi. Complicado en la muleta este quinto, siempre
reponiendo y volviéndose en las manos. Animal encastado este quinto, pero para
nada fácil. No quiso coger la muleta por abajo, todo lo contrario, embestid con
la cara a media altura y pegando arreones.
6º, de Victoriano
del Río, «Jungla”, castaño de 572 kilos para Iván Fandiño.
Largo, serio, muy rematado. Quiso
humillar y colocar la cara en el capote de Fandiño, aunque le
faltó quizás salirse algo más del capote. Tuvo movilidad el quinto,
colocaba bien la cara por el pitón derecho en los compases iniciales de la
faena. En la tercera serie empezó a soltar la cara y embestir descompuesto.
Animal de embestidas desiguales, por el izquierdo no tenia ritmo ni
clase, se quedaba muy corto. Mejor condición por el derecho pero sin querer ir
hasta el final.