A CONTRAQUERENCIA

¡Se va sin torear!


jueves 4 junio, 2015



Ese destemplado grito rodó desde una grada (o andanada) de
tendido 9 cuando Diego Urdiales lo intentaba todo ante el manso cuarto de la
tarde. La reacción del riojano no se hizo esperar, y respetuosamente se quedó
mirando fijamente al tendido, con el toro todavía delante suyo, conteniendo
seguramente la rabia y las ganas de responder ante tan inapropiada sentencia. Pero Diego sabe de
templanza, por eso no dijo ni una sola palabra, ni hizo un gesto de más, aparte
del de la negación, tal vez pensando que no era posible que alguien en sus
cabales pudiera gritarle eso.

Y lo peor es que esa voz tenía razón, y no porque el
mansísimo toro de Adolfo Martín pudiese tener una lidia mejor que la que
Urdiales le dio –por cierto, con la verdad de siempre y el fenomenal aderezo de
su gusto, sobrio y puro–, sino porque este era el sexto manso que le tocó en suerte
en esta feria. No fueron los de Núñez del Cuvillo, ni los de Alcurrucén, ni
mucho menos los de Adolfo Martín. Sus lotes fueron un compendio de mansedumbre
que no otorgaron al de Arnedo ni la más mínima opción de lucimiento. Aún así siempre se justificó, evidenciando su
incondicional actitud, su capacidad y esa torería que le hace tan atractivo en
cualquier cartel en el que se ve anunciado. Así que sí, se fue sin torear, sin
poder hacerlo, en un San Isidro que era su gran apuesta.