Ser un
tío, en la vida, es estar detrás sin que nadie se percate de una labor crucial
para una gran obra. Ser un tío, en la vida, es saberse para sus entrañas mejor
que los demás pero expresarse de cara a la galería con la humillada que caracteriza
a los valientes. Ser un tío es, en la vida, congeniar con sabios e ignorantes
para acabar encontrando tu propia verdad. La verdad de tu vida. Ha tenido Marco
Galán que pechar en sus días con sabios, resabiados e ignorantes para lograr
encontrar un camino verdadero en el que podrán arrebatarle el número, no así la
gloria de la verdad de su toreo.
Emociona
ver el capote de un tío grandón, larguilucho y sin hechura de torero pero con
el mayor de los corazones y la más vivaz de las sangres para templar un toro
bravo. Como Marco hizo en el segundo. No escatimó las tempestades ante el segundo,
toro escurrido que pareció
tener más movilidad en los primeros tercios, y hasta sacó cierto galope sin
ritmo ni transmisión. No empujó en el caballo y le faltó empleo en el peto de
Tito Sandoval, en el que hizo reacciones raras. Nunca olvidó quién tenía enfrente, incluidos los
soberbios pares de Ángel Otero y Fernando Sánchez.
En el
quinto llegó la sangre para Galán, que siendo un tío arriesgó su vida en el
embroque de uno de Miura que nunca entregó su alma mentirosa a la verdad del
capote de Otero. En ese momento, el toro
hizo presa de Marco a la salida del par propinándole la cornada testicular.
Antes, Fernando Sánchez le plantó bien la batalla al toro en un primer puyazo
largo, levantando el palo al final de éste con un toro encelado en el peto que
perdió las manos a la salida.
Agustín
Collado ejecutó el tercio de varas de un abreplaza imposible que ya blandeaba
en su jaco. El presidente no cambió el toro de forma errónea a pesar de sus evidentes
faltas de fuerza en los primeros tercios y de esperar en los pares a José Mora
y Pascual Mellinas. El cuarto de Miura le llegó abajo al peto de Juan José
Esquivel, pero pronto desistió de emplearse contra el hierro. Un solo palo
colocó Álvaro Oliver y muy difícil lo tuvo Mellinas ante uno de Zahariche que
echaba la cara arriba.
Romualdo
Almodóvar dejó en el tercero un puyazo a un toro que hacía hilo a los capotes,
siendo la segunda vara protestada. Joselito Rus y José María Amores se
justificaron ante capotazos justos de Curro Robles. No anduvo acertado en el
último puyazo de su Feria Óscar Bernal, pero para entonces ya había sellado un
serial isidril en el que se había colocado en la cumbre de los toreros a caballo.
Bien anduvo Curro Robles en dos pares en los que la predisposición mandó y
convenció al tendido mientras José María Amores dejó un par un punto delantero
ante la lidia efectiva de Joselito Rus.
Ser un
tío, en la vida, es marcarse las metas que ni el destino mismo jamás se creería…
y conseguirlas. Pero además de conseguirlas, es de ser un tío no abandonar el
camino que te sacó de la angustia de veranos enteros sin hacer paseíllos: ser
un tío es no dejar a un lado el camino de la verdad. Y Marco lo sabe porque lo siente,
porque lo vive en cada amanecer manchego y porque interioriza que, con o sin
contratos, con o sin duras, seguirá siendo el gran torero que un día Alcázar
parió. Y sin abandonar el camino de la verdad.
Parte médico de Marco Galán:
Herida por asta de toro en escroto, que produce contusión y evisceración de
testículo izquierdo. Puntazo corrido en pierna izquierda. Contusiones y
erosiones múltiples. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la
plaza de toros. Pasando al hospital San Francisco de Asís. Pronóstico reservado
que le impide continuar la lidia. Fdo Dr García Padrós.