PLATA DE LEY

A Trujillo no le vale cualquier cosa


miércoles 13 mayo, 2015

No es nuevo que Juan José Trujillo sea titular de una Feria de primera. Sabe lo que hace y, sobre todo, sabe lo que quiere en esto del toreo

No es nuevo que Juan José Trujillo sea titular de una Feria de primera. Sabe lo que hace y, sobre todo, sabe lo que quiere en esto del toreo

No es nuevo que Juan José Trujillo sea titular
de una Feria de primera. Sabe lo que hace y, sobre todo, sabe lo que quiere en
esto del toreo. No le vale cualquier actuación para sentirse orgulloso de lo
realizado en la plaza: le vale lo del otro mundo para sentirse pleno en esto
del toreo de plata, y honrando así su profesión, honra del mismo modo Juan José
una carrera brillante en cuanto a palitroques se refiere. Fue el del tercero un
tercio de banderillas en el que debió sacar raza ante un toro informal que no
rompió hasta el último tercio, a pesar de que sacó virtudes en las varas
medidas de Manuel Cid. Pero después le esperaba Trujillo para recetarle dos
pares soberbios precedidos por la torería andante de uno que sabe bien cómo y
por qué se llega a lo más alto del escalafón argénteo. Y así, con plata
materializada en una ovación sin medida, se lo premió Madrid a un Juan José
Trujillo al que –también es de justicia decirlo- ayudó al triunfo la
efectividad de Julio López. Nada humilló el sexto en el peto de Miguel Ángel
Muñoz antes de que quisiera arrollar a Trujillo, salvándolo de una voltereta.
Efectivos aunque no lucidos fueron los pares de Julio López, que dejó un palo
tan sólo en el primer encuentro, y Valentín Luján que completó un tercio que
nada tuvo que ver con el anterior.

En el primero, tras el puyazo inteligente pero
arriba de Montoliú ante un deslucido de El Ventorrillo, Dani Duarte lidió
siempre medido. A la par lo hizo la cuadrilla del jerezano en el cuarto, un
toro que se paró en la muleta de Juan José y que antes de desplomarse
mortecinamente dio cierta vida en los dos primeros tercios con las varas de
Alventus y la lidia de Mambrú.

Le faltaba un punto de fuerza al segundo, que
midió mucho en varas Manuel Jesús Ruiz y a punto estuvo de arrollar con la seda
a Curro Robles. Complicado de parear por la cuadrilla del de Salteras, no se
lucieron ni Alcalareño ni Pirri en un tercio de banderillas muy deslucido. En
el quinto, Curro Robles sólo clavó un palo por las complicaciones de un astado
que echaba la cara arriba. Buenos capotazos le recetó Alacalareño en una lidia
en la que comprendió perfectamente las necesidades del astado manchego,
otorgándole despaciosidad templada para ir embarcando las embestidas de un
animal nada claro en los primeros tercios. El segundo par de Curro Robles fue
fácil y, sobre todo, efectivo para que Cid comenzara de forma rápida su
trasteo.

 Vídeo de PABLO LÓPEZ RIOBOO