TEXTO: MARCO A. HIERRO / ILUSTRACIONES: JUAN IRANZO
Y llegó la última, la que tiene como protagonistas a los toros de Miura de manera tradicional y que está resultando entretenida en los últimos años por haber logrado triunfos determinados toreros. Entre otros, Pepe Moral, que hoy estará también en un paseíllo donde el protagonista principal será Sebastián Castella. El francés, pudiendo haber elegido cualquier otra ganadería, y después de haberse anunciado esta feria con la de Cuvillo, elige la dureza de los de Zahariche para firmar otro hito más en su lista de retos.
Es la principal atracción del cartel que cierra feria. No lo necesita en absoluto, pero Sebastián Castella -que vive en Sevilla habitualmente- ha tomado la decisión de asumir el reto de Miura en el Baratillo. Una muesca más en el ya amplio muesdtrario de gestas y gestos que ha ido coleccionando el francés a lo largo de su carrera. «Voy a hacer el toreo, no a defenderme», anunciaba Castella en una entrevista concedida a Cultoro.
Y el orgullo personal del torero galo necesita que así sea, porque dos silencios en la corrida de Cuvillo no son la mejor forma de quedarse a gusto en una feria, y no es Castella hombre de conformarse con facilidad. Son 20 paseíllos los realizados hasta la fecha en 2019 y desde la última actuación sevillana sólo ha habido por medio un viaje a Aguascalientes para desorejar un toro de Barralva. Llega, por tanto, en son de triunfo y con capacidad sobrada para asumir el reto.
Otro con capacidad por arrobas para asmumir este tipo de compromisos es Octavio Chacón, que debuta en Sevilla anunciado con la de Miura, pero hace su primer paseíllo en la plaza donde todos quieren torear. Tiene recursos, capacidad, tauromaquia sobrada y sobre todo ambición para no moverse de los carteles de las ferias, ahora que ha conseguido entrar y después de quince años de alternativa bailando con la más fea.
Hasta la fecha ha consumado cinco paseíllos, entre los que destacan Valencia en Fallas -donde paseó una oreja de un toro de Victorino- y Las Ventas, donde saludó una ovación, anunciado con reses de esa misma ganadería. Una oreja más paseó en su compromiso de San Martín de Crau y otra más en su última corrida de toros, celebrada en Aignan con ganado de Lora Sangrán. Octavio ya no es ningún chiquillo, por eso sabe de la importancia de su compromiso de hoy.
La presencia de Pepe Moral en el cartel de Miura se está convirtiendo en tan tradicional como la propia presencia de los toros de Zahariche en La Maestranza. Y es así porque se lo ha ganado él a base de cortarles orejas y soplarles naturales a los de la A en jarras, en los que se ha convertido en todo un especialista. Sobre todo cuando pisa la plaza de su tierra y siente el calor de los paisanos espoleando cada pase.
Llega a su segundo compromiso sevillano con tres corridas de toros a sus espaldas: las celebradas en Valdemorillo, Madrid y la propia Maestranza, y aún no ha paseado este año oreja alguna, por lo que será esta tarde la elegida por el sevillano para romper el molde. Sobre todo actuando con compañeros como los de hoy. La calidad excelsa de su mano izquierda es una garantía de superación de cualquier bache.
Ya está escrito que la presencia de los toros de Zahariche el último día de feria es tradicional en Sevilla, y también que en los últimos años han proporcionado triunfos sonados a los matadores anunciados. Muchos de ellos, desconocidos para el gran público en aquel momento. Miura tiene su historia y su leyenda, pero también su personalidad, porque no se parece en nada a ninguna otra ganadería que paste en el campo bravo.
Ese cuello largo, esas carnes descolgadas, esa cara avacada, a pesar de rondar lo 700 kilos y parecer escurrido por su tremenda alzada y largura desde la testud hasta la penca del rabo. Hay un ratito pasando toro desde el embroque hasta el vaciado. Este año sólo ha participado Miura en dos festejos, y en uno de ellos, la concurso de San Jorge en Zaragoza, con un solo toro. La que lidió completa fue la de Valdemorillo, donde se le cortaron dos orejas a dos toros. Es un toro de otra época en la tauromaquia 2.0