MARCO A. HIERRO / ILUSTRACIONES: JUAN IRANZO
Una corrida de cartel internacional servirá para que debute en la Feria de Abril sevillana la ganadería de La Palmosilla. Enfrente tendrá a dos toreros con experiencia en Sevilla, con trofeos cortados, incluso, en esta plaza, y a otro que cumple su segundo paseíllo en este ruedo como matador.
El colombiano y su inclusión en los carteles de Sevilla y Madrid este año es uno de los asuntos comentados en los mentideros taurinos durante este principio de año. Su apoderamiento con Manuel Álvarez Canorea ha permitido su vuelta a una plaza que ya conoce para matar un encierro que, pese a no significar -en principio- la dureza a la que está acostumbrado en Europa, sí cuenta con la incógnita de un debut.
Sabe torear Luis Bolívar, y se ha hartado a demostrarlo con las corridas comunmente denominadas duras, pero también con las más regulares que se matan en su tierra, donde sí tiene -y le otorgan- el estatus de figura. Se lo proporcionan las figuras europeas que lo exigen en sus carteles cuando llegan a Colombia, pero lo olvidan cuando es en España donde hay que anunciarse. Tiene Bolívar la suficiente experiencia y las canas precisas para sacarle los colores a cualquiera. El asunto está en que cuente con la motivación y el momento.
Torero de corte muy clásico, es la precisión y la técnica lo que le confiere a Luis su mayor valor, que es -sin duda- su tremendo conocimiento de los animales. Es este el que provoca su pasmoso conocimiento en la cara del toro y su capacidad para sacar petróleo de embestidas aparentemente sin opciones. Hoy son muchas las cosas que debe confirmar. La primera, para muchos, su inclusión en el cartel. Y es lo suficientemente consciente como para hacerlo.
El mexicano Joselito Adame comparte con Bolívar su estatus de figura en su país, pero también su intento de alcanzar esa posición en Europa. Lo tiene más fácil José por las plazas europeas que gestionan sus apoderados de la FIT, que hacen mucho más fácil ponerlo en carteles y meterlo en las ferias más importantes.
Una oreja en Madrid el pasado año, actuaciones de mérito y triunfo en plazas de primer nivel y un invierno arrollador en su México natal lo han puesto en la tarde de La Palmosilla, ganadería que puede resultarle beneficiosa a su regularidad técnica, pero que puede restarle emoción a un torero que gana mostrando su tremenda raza.
Tarde importante para el mexicano, que también debe justificar su sitio en una de las ferias más importantes del mundo a pesar de su condición de figura cuando se cruza el charco. Cosas del toro.
El local Rafael Serna cumple su segunda tarde en el Baratillo como matador de toros, pero en la primera, aunque fue la tarde de su alternativa el pasado San Miguel, sólo pudo matar un toro por sufrir un serio percance en el toro de la ceremonia. Por eso esta es su primera Feria de Abril -que ya es decir para un sevillano- y sin duda la corrida más importante de su carrera hasta la fecha, porque es la que puede abrirle las puertas de otras plazas.
Torero de corte muy templado y clásico, Rafael Serna es -quizá junto a Antonio Nazaré- el de menos azuquiquis de los toreros sevillanos, porque es su concepto mucho más castellano, sereno, asentado, de valor sin alharacas y trazo casi mágico en la parsimonia. Todo austero, pero todo de verdad, profundo, asentado. Con mucha importancia. Pese a que la gravísima cornada que le infirió en Madrid un novillo de Guadaira le afectase en un principio en la moral.
Apoderado por Casa Toreros, con José María Almodóvar como hombre de confianza, Rafa se ha hecho en México como matador, y llega con la ventaja de no haber parado durante todo el invierno, lo que le hace vestirse de torero en su tierra con la frescura de estar acostumbrado a torear, con los festejos justos para no venir atorado. Hoy, de hecho, es su prueba más importante, su reválida principal, y de él únicamente depende aprobarla.
Con Javier Núñez al frente, La Palmosilla debuta en la Feria de Abril con una corrida seria y muy entipada, sevillana de hechuras para intentar el asalto a una de las plazas más importantes del mundo, una donde los ganaderos siempre quieren estar. Desde que supo que lidiaba en La Maestranza el ganadero no se ha quitado de encima la responsabilidad.
Los números acompañan al hierro de Tarifa, porque fueron doce los festejos lidiados en 2017, con 44 orejas cortadas y un rabo. Esta temporada ya ha lidiado cuatro toros en Fuengirola y fueron tres las orejas paseadas, lo que habla muy bien de su regularidad. Es precisamente esa virtud la que le ha llevado hasta Sevilla, superados ya los problemas sanitarios que provocaron su endeblez en San Isidro de 2014.
Vacada eminentemente caracterizada por la clase, es la nobleza y la intención de seguir la tela por abajo lo que obsesiona a su criador, Javier Núñez.