EL DETALLE

Un espectáculo al alza


sábado 16 mayo, 2015

Son los grandes damnificados por profesionales y prensa, pero los rejones son el espectáculo más rentable y regular que existe en el toro

Un espectáculo al alza

Si a cualquiera que se acerca a una taquilla le preguntamos por cinco rejoneadores de la élite actual es fácil que no diga más de tres. Si tenemos suerte y nos responden los cinco dudo que el inquirido sepa distinguir las cualidades de los mencionados, y tirará de tópicos para quedar bien. Y, sin embargo, el de rejones es -sin duda- el espectáculo más rentable que existe en el toreo.

Denostado por los medios; si hay que elegir entre un festejo a pie y uno de rejones para cubrir, siempre ganarán los de seda y oro. Tal vez porque hay pocos periodistas capaces de contar lo que sucede sin enseñar las puntillas de la falta de conocimientos. El de las tres voluntades es también el más caro para que comience un chaval sus primeros pinitos, para que mantenga el nivel de gastos cuando quiere debutar y para que no se aburra cuando bucea en el fango que se esconde en las mazmorras del arte de Marialva. Mal pagado -excepto para tres-, infravalorado y, sin embargo, más caro. Lo raro es que sigan saliendo caballeros al ruedo cuando se dan cuenta de la diferencia que existe entre los que ganan y lo que generan. Quiere eso decir que también los festejos de rejones pagan a las figuras en las ferias.

Porque parece un contrasentido decir que son los festejos que raras veces tienen la entrada corta, suelen ser de los más demandados y de los que más niños y noveles congregan en un ruedo. Y cada día más, con lo que cualquier empresario con inteligencia, visión y talante empresarial cuidaría este espectáculo como el más adecuado para llevar comida a la mesa. A muchas mesas, para ser francos.

A todo ello se une que hoy se ven las caras en los ruedos tal vez los mejores toreros a caballo que han existido en la historia. Sí, no es faltar al respeto ni a la memoria de los míticos rejoneadores de antaño, sino reflejar que la evolución natural -como a pie- hace que hoy se toree mejor que nunca y que se pongan en escena domas y lidias que ni siquiera soñaron los legendarios que un día se podrían ejecutar.

Daba gloria hoy ver Las Ventas llena, con miles de niños apuntalando su afición con un espectáculo que, además de rentable, resultó histórico de contenido artístico, con tres toreros distintos ofreciendo la variedad en la pureza, el toreo y la doma. Un espectáculo al alza. Y así, en la mayoría de las ferias que cuentan en las grandes ligas.

Resulta un contrasentido -no lo duden- que se trate con ligereza a los toreros a caballo. Claro que también hay que distinguir a los que están en la élite y los que torean porque sí. En cualquier caso, algo pasa en el toreo cuando todo funciona al revés. Y no lo cambian…