Adrián de Torres, que confirmaba alternativa, Román y Ángel Sánchez, hacían este domingo el paseíllo con la corrida de Adolfo Martín para la segunda de la Feria de Otoño con 11.921 espectadores en los tendidos.
Palmas para un comprometido Adrián de Torres en su confirmación
Bajo, largo y hondo fue el primero de Adolfo Martín, que. Se deslizó con calidad en el capote de Adrián de Torres, humillado, con ritmo y el temple que el jienense le supo imprimir, pero tras el encuentro con el caballo perdió poder, llegando a la muleta sin recorrido y queriendo meterse por los adentros y perdiendo las manos. Mas cómodo se cierra con a Adrián por el izquierdo, por donde el toro tuvo mayor recorrido, dando una mayor dimensión a los buenos muletazos del confirmarte. Volvió Adrián a probar por el derecho, recortando las distancias y el trazo, dejando una serie intensa y jadeada por su disposición y mérito. La espada entró entera y las palmas premiaron su actitud.
Román pierde el premio con la espada ante el segundo de Adolfo
Tampoco le sobró la fuerza al segundo, un toro de buenas hechuras y serio por delante, al que Román enceló pronto en el percal para darle un entonado saludo a la verónica. Cumplió el de Adolfo bajo el peto de Iturralde, pero a su salida evidenció una evidente debilidad. Por eso el valenciano, inteligente, no quiso someterlo por abajo y le fue llevando a su altura con gobierno, pero sin afligir. La tarea de Román era tratar de limpiar el muletazo, pues el constante cabeceo del toro dificultaba el temple, sin embargo, Román cuajó varias series de mérito por su actitud e inteligencia, a pesar de que por el pitón izquierdo el toro presentó más dificultades, recortando el viaje y echando la cara arriba. La pena fue que la espada entró al segundo intento y necesitó del verduguillo para rematar al toro, perdiendo cualquier posibilidad de trofeo, pero escuchando ovación tras el aviso.
Dos verónicas de Ángel Sánchez y poco más en el tercer capítulo
El buen recibo capotero de Ángel Sánchez al tercero auguró una faena que no pudo ser. Esas dos mecidas y templadas verónicas fueron lo mejor a la postre, pues de nuevo la el toro acusó una falta de fuerza, que en este tercer turno se tradujo en una embestida descompuesta y desordenada. El madrileño lo intentó por ambos pitones, sin conseguir someter ni ahormar las embesitdsd que siempre fueron cortas. Un pinchazo precedió la estocada definitiva y dejó su labor en silencio.
Adrián de Torres pincha su buena labor al natural al cuarto
Trastabilló el cuarto en los primeros tercios, impidiendo el lucimiento de Adrián de Torres con el capote, pero permitió el de un ovacionado Iván García con los palos. De nuevo la fuerza (la falta de ella) condicionó la faena, que en el inicio de muleta resultó trompicada y deslucida por los constantes derrote surgidos de su andar rebrincado por el pitón derecho. Sin embargo, a izquierdas mostró mejor fondo y forma, con mayor recorrido, nobleza y calidad. Las tandas se sucedieron a cada cual mejor, más encajada y redonda, gracias a que Adrián entendió la altura y distancia precisas ara aprovechar la bondad del Adolfo. Labor de menos a más del jienense, que estropeó con el mal uso del acero, tornando el trofeo por un silencio tras dos avisos.
Román, inédito con el inválido quinto
Mejor hecho fue el quinto, armónico y guapo, pero absolutamente inválido para la lidia. Román lo cuidó en el capote, sin obligarle, y también en el caballo, donde apenas lo castigaron. Pero por mucho que lo llevó entre algodones, también en la muleta, el toro apenas podía sostenerse, imposibilitando cualquier lucimiento del torero, que lo despenó de una estocada baja y descabello antes de escuchar silencio.
Espeluznante cogida a Ángel Sánchez por el sexto: Adrián de Torres tiene que descabellar al animal
La emoción que produjeron las fuertes y respetables hechuras del sexto se desvanecieron pronto cuando mostró su manso comportamiento en los primeros tercios, cruzándose y apretando hacia adentro los primeros lances y saliendo suelto del castigo en varas. Pero en la muleta fue a peor, pues en el segundo muletazo se fue recto al cuerpo del torero haciéndolo volar por los aires en una voltereta violentísima, pero sin aparentes consecuencias. Ángel se levantó con una actitud encomiable para intentar reconducir las embestidas de un toro que desarrolló un peligroso sentido. Sánchez lo intentó con sinceridad, pero el toro no era para darse coba y tomó la espada, dejando una estocada entera, pero con la mala suerte de escurrirse al salir, quedando a merced del toro que lo izó con los pitones y lo dejó tumbado boca abajo sobre la arena en un momento terrorífico, helando la plaza entera que vio cómo se llevaron al torero a la enfermería con un previsible cornalón en el cuerpo. Adrián finiquitó al toro con el descabello entre la desazón del tendido que se quedó mudo ante esta situación.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Segunda de la Feria de Otoño. Corrida de toros. 11.921 espectadores.
Toros de Adolfo Martín, desfondado y a menos el bonito primero; escaso de fuerza, pero con buen fondo y buen pitón derecho el segundo; complicado y descastado el tercero; de buen fondo y juego por el pitón izquierdo el cuarto; inválido y sin opciones el quinto; manso y con sentido el fuerte sexto.
Adrián de Torres, que confirmaba alternativa, palmas, silencio tras dos avisos y silencio en el que descabelló por Sánchez.
Román, ovación tras aviso y silencio.
Ángel Sánchez, silencio y herido.
Parte médico de Ángel Sánchez
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
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