JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: IVÁN RODRÍGUEZ
La segunda de la Feria del Prado de Ciudad Real acogía hoy
la vuelta de los toros de Alcurrucén al rincón manchego, un hierro ligado
íntimamente a la historia de esta plaza. Lo hacía con tres toreros de distinto
concepto en el paseíllo: el granadino David Fandila «El Fandi”, el francés
Sebastián Castella y el madrileño Alberto López Simón.
Frío de salida haciendo honor al encaste Núñez fue el primero de Alcurrucén, al que Fandi saludó con una larga al hilo de tablas y le anduvo hacia atrás para llevarlo a los medios. De rodillas se hincó en el inicio de faena, en el que ya conectó con el público para ir mimando la condición de un toro que no despertó de su frialdad. A zurdas se los pegó aislados, teniendo que hacer un esfuerzo por el derecho para evitar que se parase en seco el de Alcurrucén. Agarrado y aplomado al piso en los finales, porfió David por molinetes para, espada en mano y tras una serie por manoletinas, dejar un pinchazo y una estocada tendida. Ovación.
Reacio de salida también se mostró el segundo, al que nada pudo hacer en el prólogo Castella más que sujetar los arreones de manso que hizo. Complicadísimo fue en el tercio de banderillas, poniendo en dos ocasiones en aprietos a Isaac Mesa y cambiando el tercio con tres palos el palco. Se le metía muleta en mano a Castella por dentro, acortando faena el francés y matando de media estocada de la que tardó en caer. Silencio.
Con más brío salió un tercero al que Simón tan sólo pudo dejar una buena media. Metió riñones el animal en el caballo, dulcificando su tranco y mostrándose valeroso en el inicio de Alberto. Supo administrar tiempo frente al animal, destacando cuatro series por el derecho de tres muletazos cada una y arrimón en los últimos porque el animal no soportaba más viaje. Entre los pitones en el epílogo muleteril, mató de estocada de la que tardó en caer el de Alcurrucén. Oreja.
Máxima suavidad capotera imprimió Fandi en el saludo capoteril al cuarto, al que llevó templadísimo seda en mano. Quitó por chicuelinas para protqgonizar como acostumbra el tercio de banderillas. Fue a másel animal cuando David le plantó la muleta y le repitió en la media docena de tandas que le planteó a diestras. Con más jolgorio que pulcritud y quietud fueron los muletazos por ese lado, conectando con el tendido con su particular concepto. De hinojos y por circulares en el epílogo, mató al bueno de Alcurrucén de estocada que tardó en hacerlo rodar requiriendo descabello. Dos orejas.
Lucero y de bella estampa era el quinto, que se mostró reacio a entrar a la capa de Castella y empujó a regañadientes en el caballo, durmiéndose al final del puyazo. Le sobraron enganchones a una faena que basó en el pitón derecho, enfriada tras un desarme y en la que tan sólo en momentos aislados supo conectar Castella con el tendido frente al noblón de la Casa Lozano. En el final en el centro del anillo. Mató de estocada tras pinchazo que requirió de descabello.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Ciudad Real. Segunda de la Feria del
Prado. Corrida de toros. Media entrada en los tendidos.
Seis toros de Alcurrucén, bien resentados. Aplomado el primero; manso de libro y peligroso el segundo; también aplomado en la primera tanda el tercero; noble y entregado por abajo el buen cuarto; con teclas pero noblón el quinto; noblón a menos el sexto.
David Fandila «El
Fandi” (azul pavo y oro): ovación y dos orejas.
Sebastián Castella (turquesa y oro): silencio y ovación.
Alberto López Simón (purísima y oro): oreja y oreja.
VÍDEO: IGNACIO RUBIO