Sustituía a Emilio de Justo en uno de los carteles de campanillas del serial isidril, de modo que ya había ganado premio suficiente un Ángel Téllez que valoraba de esta forma su devenir por la feria de este año. «Me he encontrado bastante bien. La ocasión lo merece y a ver si lo puedo rematar con otro triunfo en el sexto», señalaba Téllez a la muerte del tercero.
Pero la mayor alegría llegó con la oreja del sexto, que abría la Puerta Grande. «Tengo que dar gracias a esta maravillosa plaza porque todo lo que he sentido hoy ha sido increíble. Ha sido un día mágico. Estar hoy aquí ya era un sueño para mí, y este final ya ni siquiera me atrevía a soñarlo», explicaba entre lágrimas emocionadas Ángel Téllez.