El mexicano Arturo Gilio abrió la puerta grande de Arganda del Rey en una tarde en la que la seria novillada de José Vázquez dio valor a lo realizado por la internacional terna. El francés Yon Lamothe, que curbió la baja causada por el herido Víctor Hernández, fue silenciado, mientras que el español Valentín Hoyos saludó sendas ovaciones.
El acero manda al limbo una poderosa faena de Yon Lamothe
Arrancó el festejo en Arganda del Rey con la presencia en el ruedo de «Lunado», primer novillo de la ganadería de José Vázquez, y de pelo castaño capirote, que no dejó lucirse en el saludo capotero a Yon Lamothe. Empujó con fijeza el utrero en varas. Pasó el tercio de banderillas en que se percibió más pies por parte del animal que lo que pareció tras el paso por el peto. Y en la muleta, además de más pies, también sacó más genio. No tardó el novillero francés en bajarle la mano y someterlo por el derecho. A zurdas le costó más someterlo y volvió a la diestra logrando así tandas poderosas. Consiguió también naturales estimables, alguno de excelente trazo, y remató la faena con molinetes algo embarullados. Tras una estocada trasera que escupió y un pinchazo, dejó una estocada caída que fue suficiente para finiquitar al primero de la tarde. Hubo palmas para el novillo en el arrastre y silencio para Yon Lamothe.
Arturo Gilio se deja con la espada una faena de premio
«Piñonero» fue el segundo, un cuajado y gordo utrero, pero bajo, al que recibió con verónicas y gaoneras el novillero mexicano Arturo Gilio. Humilló más en el segundo puyazo (que tomó al relance) que en el primero, en el qué se dejó pegar empujando con el hocico. Esperó en banderillas el utrero de José Vázquez y, tras el brindis al público, se quedó en los medios para los pase cambiados y por alto que gustaron a la parroquia. De inmediato se puso a torear con la diestra, extrayendo tandas templadas y ligadas, dejándole el engaño en el morro del animal. Muy firme Gilio ante las miradas y las dudas del utrero a zurdas, además de conseguir una muy buena tanda de naturales. Aprovechó el novillero mexicano la calidad del utrero y finalmente, lo exprimió con circulares muy jaleados. Ya con el acero ejecutó unas bernardinas muy ajustadas. Tras un pinchazo dejó una estocada arriba que no fue suficiente, teniendo que hacer uso del descabello con el que marró en repetidas ocasiones, perdiendo el seguro trofeo. Sonó el aviso y finalmente acertó Arturo Gilio. Ovación en el arrastre para el excelente novillo y ovación con saludos para el novillero.
Valentín Hoyos no trasmite su buen hacer en el tercero
«Montero» se llamó el tercero, un utrero más hecho pero de encornadura más «paletorra» que sus hermanos anteriores. Se enceló mucho en el peto del que salió con poder a pesar del largo y buen puyazo recibido. Se fue viniendo arriba el de José Vázquez en la muleta de Valentín Hoyos, que se puso de diestras en los medios. No terminó de calentar los tendidos en principio, hasta que mediada la faena asentó la figura, acompañó con la cadera y se vieron muy buenos derechazos. Mejor la tanda de naturales para cerrar la faena antes de irse a por el acero. Lo enterró muy tendido, con poco efecto, arreando a los de luces. Repitió suerte y dejó la espada arriba, siendo ovacionado el buen novillo de José Vázquez y ovación con saludos para Valentín Hoyos.
Yon Lamothe se faja con el áspero cuarto.
Un tío fue el cuarto, «Huidizo» de nombre, con cuajo y pitones, que se fue directo al caballo en cuanto lo vio, recibiendo un gran puyazo y otro más, recibiendo una merecida ovación Alberto Sandoval. Se movió aún así el de José Vázquez en banderillas y se puso gazapón en el inicio. Tardeaba el utrero y cuando acudía lo hacía con brusquedad, aunque siempre por abajo, pero le cogió el aire Yon Lamothe cuando lo apretó en una poderosa tanda. Pero a la tercera tanda empezó a amagar con irse a tablas y tuvo el novillero francés que meterse entre los pitones, sin llegar a calentar los tendidos. La estocada trasera hizo amorcillarse al utrero, teniendo que hacer, Lamothe, uso del descabello acertando a la segunda. Sonó el aviso y escuchó silencio, habiendo palmas en arrastre del novillo del hierro del nueve.
Arturo Gilio cuaja el buen quinto y lo desoreja por partida doble
El quinto se llamó «Malviento» y no fue un novillo que mostrara grandes virtudes ni defectos hasta el tercio de banderillas, de las que se dolió, además de sacar genio en el percal. No se anduvo con probaturas Arturo Gilio y se puso con la derecha para someter la brusquedad inicial, con muletazos de mano baja y poderío. Tres tandas de derechazos de mano baja precedieron a naturales largos y templados. Ante tanto poder muleteril, el novillo quiso rajarse, pero Gilio lo mantuvo en los medios para enlazar molinetes y pases por alto. Una estocada un punto tendida acabó con el utrero, cayendo en manos de Arturo Gilio las dos orejas, recibiendo una gran ovación en el arrastre el buen novillo.
Valentín Hoyos no se acopla con el complejo sexto
Se dolió «Melide» en la primera entrada al caballo y se dejó pegar después en la segunda, después de embestir muy bien en las buenas verónicas de recibo de Valentín Hoyos. Se desplazó bien en la brega, se puso berreón en el inicio por alto y se movió en las primeras tandas de derechazos. A Valentín Hoyos le costó ligar los muletazos al quitarle pronto el engaño, pero compuso bien la figura, haciendo que el novillo fuera pegajoso en su embestida. Mejor lo entendió a zurdas en una estimable tanda. Luego, con el novillo más aplomado, templó al utrero que comenzó a quedarse más corto, poniéndose gazapón, yéndose a toriles. Dejó estocada tendida que escupió, estoqueando con una desprendida después para finiquitar su labor. Hubo silencio para el novillo de José Vázquez y ovación para Valentín Hoyos.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Arganda del Rey, Madrid. Novillada con picadores. Tercera de abono. Tres cuartos de entrada.
Novillos de José Vázquez, serios aunque desiguales de presentación. Noble, geniudo y a más el primero, de excelente calidad el segundo, también de buen comportamiento el tercero, reservón y brusco el cuarto, enrazado hasta que se rajó el ovacionado quinto y masurrón el sexto.
Yon Lamothe, que sustituyó a Víctor Hernández: silencio y silencio tras aviso.
Arturo Gilio: ovación tras aviso y dos orejas.
Valentín Hoyos: ovación y ovación.
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS
Pinche en este enlace para acceder a la fotogalería del festejo.