MADRID

Cuando la casta falta a la cita


viernes 1 octubre, 2021

López Gibaja envió a la primera plaza del mundo una novillada descastada, sin motor ni raza de la que sólo de salvó de la quema el buen tercero. Alejando Adame lo aprovechó para hacer lo más destacado de la tarde, en una faena en la que perdió una oreja por el descabello. Fermín se topó con la flojedad del primero y con la poca casta del cuarto e Ignacio Olmos sorteó dos animales imposibles para el lucimiento.

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Javier Espada / Fotogalería: Luis Sánchez Olmedo

Hay tardes a las que se viene a por todas. De esas que se marcan en rojo en el calendario porque te juegas la temporada. O en algunos casos, hasta el devenir de las próximas temporadas. Y que cobran esa importancia por la plaza en la que te la juegas. A Madrid, esa que desvela y con la que tanto se sueña a la vez, no se puede faltar a la cita. Y con esa mentalidad pisaron el albero hoy los tres novilleros, a los que no le faltó disposición y hambre, lo que se le pide a cualquiera que está empezando. Quien si faltó a la cita fue el más indispensable, el novillo. Ese que es el eje de todo el espectáculo. López Gibaja envió a la primera plaza del mundo una novillada descastada, sin motor ni raza de la que sólo de salvó de la quema el buen tercero. Alejando Adame lo aprovechó para hacer lo más destacado de la tarde, dejando sobre todo bonitos remates por abajo para recordar que calaron arriba en una faena en la que perdió una oreja por el uso del verduguillo. Fermín se topó con la flojedad del primero y con la poca casta del cuarto e Ignacio Olmos sorteó dos animales imposibles para el lucimiento. Así os contamos la tarde toro a toro:

Alejandro Fermín, disposición con el justito primero

Al primero, de nombre «Quieto», lo recibió Alejando Fermín con mucha suavidad, lanceó el capote con delicadeza para después rematar el saludo. El animal, muy justito de fuerzas, perdió las manos en varias ocasiones y desde el tendido se pidió la devolución. En varas lo señalaron tres veces y en banderillas reinó el desconcierto con una lidia poco lucida. A Fermín le tocó sostenerlo en la muleta, había que encontrar las alturas adecuadas para que la faena cogiera vuelo, pues el animal perdía las manos si se le exigía demasiado. Lo mejor llegó en la tercera serie por el pitón derecho, cuando Fermín lo provocó para obligarlo a embestir, y sobre todo en los remates, algunos pases de pecho derrocharon mucha verdad, gusto y buenas formas. Al natural también lo probó, había que perderle pasos y dárselos uno a uno. Apostó cerrando la faena por manoletinas con el animal muy venido a menos y cobró una estocada casi entera tras un pinchazo.

Ignacio Olmos, sin opciones con el geniudo segundo

El burraco segundo, de nombre «Sembrado» no colaboró con Ignacio Olmos en el recibo de capote. Tampoco quiso pelea en el peto y marcó la querencia al menos dos veces en los dos primeros tercios. Brindó Olmos al público para después ponerse ante un novillo complicado que persiguió la muleta con genio, volviendo siempre la cara al final del muletazo, sobre todo si tocaba el percal. El toledano expuso, probó al animal por ambos pitones y entendió de manera acertada que no había mucho más que sacar de allí. Se fue a por la espada y pudo enterrarla con habilidad al segundo intento, pese a que el novillo le echó la cara arriba en el encuentro.

Alejandro Adame emborrona con el verduguillo su compacta faena al tercero y saluda una ovación

Alejandro Adame vino a por todas en su presentación de novillero con picadores en Madrid y ya lo demostró en el quite por chicuelinas con el que se presentó en el novillo de Ignacio Olmos. Lo confirmó en el recibo a su serio primer novillo, que empujó en el capote y lo aprovechó el mexicano para dejarle alguna verónica a pies juntos. En el caballo, lo dejó en largo, el de López Gibaja se arrancó y lo agarró bien Óscar Bernal, resultando un buen tercio. No desaprovechó Fermín su turno de quites y optó por saltilleras que tuvieron eco en el tendido. En banderillas, destacó un par de Curro Robles, que resbaló delante de la cara del animal, aunque allí estaba el capote de Ignacio Olmos, milagroso y a tiempo para evitar males mayores. Eléctrica fue la apertura de faena del pequeño de los Adame, que le cambió el viaje por la espalda en el centro del ruedo para después ponerse a torear por el derecho. Tuvo movilidad, prontitud y obediencia el animal y lo aprovechó el hidrocálido en una tanda por el derecho que culminó con un pase de pecho que conectó al tendido con la faena. A partir de ahí, llegaron dos tandas por el izquierdo que tuvieron hondura, con el novillo yendo a por las telas y con el único lunar de los enganchones. Hubo dos remates en forma de trincherilla que sintió y mucho Adame. El final por alto tuvo sobre todo, intención. La estocada no sirvió para que el animal rodara y el uso del descabello fue para olvidar.

Alejandro Fermín, valor y colocación con el parado cuarto

El cuarto acudió al encuentro con el caballo con prontitud y alegría. En banderillas, Sergio Aguilar clavó dos pares en la cara y fue obligado a desmontarse. El de López Gibaja tenía una embestida cansina y a veces poco franca. Ante un animal parado, Alejandro Fermín se colocó en el sitio y tuvo valor para aguantar y tragar mucho. Le dio mucho tiempo al novillo entre tanda y tanda en una faena en la que no faltó valor ni colocación, pero que en ningún momento logró decir nada arriba. Se le fueron los tiempos del trasteo y se lo recriminó Madrid. Enterró el acero de un bajonazo.

Ignacio Olmos, de nuevo sin posibilidades con el desrazado quinto

El quinto tampoco permitió lucimiento en el saludo capotero de Olmos y acudió a la pelea en varas sin decir mucho. Adame lo intentó en el quite, pero el novillo no estaba para eso. En banderillas no lo puso fácil a la cuadrilla y en la pañosa tampoco al toledano, que se llevó un lote imposible esta tarde. Ignacio se puso y tragó, lo probó por los dos pitones, pero no había lugar al lucimiento. Se fue a por la espada y no anduvo muy acertado.

Adame se topa con el imposible y áspero sexto

El que cerró plaza acudió al caballo con la cara muy alta, en un tercio de varas muy desordenado. Fermín intentó lucirlo en el variado quite, con mucha disposición. En la muleta, el animal se puso áspero y complicado, pegando tornillazos, derrotando y los continuos enganchones no ayudaban a mejorar su lucimiento. Se puso el pequeño de los Adame con tal complejo material, pero todo su esfuerzo fue en vano. Con los aceros, no estuvo muy acertado.

https://twitter.com/LasVentas/status/1444054198224572423

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Cuarta de la Feria de Otoño. Novillada con picadores.

Novillos de López Gibaja. Justo de fuerzas el primero, le faltó motor y emoción; tuvo genio el segundo, levantó mucho la cara en las salidas y no fue nada agradecido; tuvo el tercero movilidad, prontitud y fue obediente, fue aplaudido en el arrastre; muy parado, le faltó raza y motor al soso cuarto; parado, descastado y con escasa raza el quinto;

Alejandro Fermín, silencio y silencio.

Ignacio Olmos, silencio y silencio.

Alejandro Adame, ovación y silencio.