Este miércoles acogía la nueva Vista Alegre uno de los carteles más importantes de las Corridas Generales de Bilbao, con toros de Juan Pedro Domecq para Morante de la Puebla, José María Manzanares y Alejandro Talavante, pero sólo hubo media plaza en los tendidos.
Morante se lleva una bronca por quitarse de en medio al primero sin verlo
El primero no le permitió estirarse a la verónica y nada hubo antes de las dos varas que le instrumentó Pedro Iturralde, pero ni allí lo llevó Morante, que se elidió completamente de la lidia y se fue a por la espada ante la bronca general.
La espada se lleva la buena faena conformada por Manzanares al feble segundo
Tampoco José Mari Manzanaress pudo lancear al primero, abanto y desentendido. Por chicuelinas quitó Alejandro Talavante, con un buen remate a una mano, muy del gusto del tendido. Se dobló Manzanares con el toro con la mano derecha, pero perdió las manos dos veces y evidenció su falta de fuerza. Ese, el de mantenerlo en pie, fue uno de los méritos de Manzanares, que logró un par de tandas de calidad, ligados cuanto le dejaba el animal. De uno en uno fueron los naturales, pero le costaba más al animal por ese pitón y optó por cambiarlo. Hasta que consiguió afianzarlo y empezó a exigir de verdad, componiendo mucho la figura y rematando con uno de pecho larguísimo. Ya no se caía el de Juan Pedro, pero le faltaban finales y transmisión para que aquello rompiese de verdad. Lástima que pinchase el alicantino en varias ocasiones, porque todo quedó en silencio.
Alejandro Talavante cuaja al enclasado tercero entre los olés del Botxo
Casi seis quintales pesaba Millonario, el tercero de Juan Pedro, que sacó ritmo para que lo lancease Talavante, le soplase tres chicuelinas y lo rematase con una media muy celebrada. Dos puyazos se llevó en el caballo de Manuel Cid y perdió las manos en los primeros tercios, pero los 39 grados de temperatura y la humedad de Bilbao hacen que tampoco sea muy raro que los toros lo acusen. Por estatuarios lo arrolló el toro, lo echó al suelo y desde el suelo le sopló una tanda diestra que puso la plaza en pie. Por la misma mano continuó el extremeño, que ya tenía al toro en la muleta y al tendido entregado. Bajó la mano pronto Talavante, con un toro al que le sobraba la clase y la calidad para que aplicase Alejandro su personalidad y su temple hasta el de pecho, siempre de pitón a rabo. Las manoletinas epilogaron una faena que culminó de una estocada hasta las cintas muy efectiva que le proporcionó una oreja.
Dos detalles y a matar Morante para ser abroncado de nuevo en el cuarto
Taloavartero se llamaba el cuarto, con 552 kilos y una presencia digna de Bilbao. Y lo primero que hizo fue meterse por dentro del capote de Morante, que tuvo que tirarse al callejón precipitadamente. Muy desordenada fue la lidia, y tuvo que picarlo en la puerta Pedro Iturralde. Le vino por dentro, una vez en los medios, con la mano izquierda, por lo que optó por someterlo antes por la diestra. Dejó detalles de torería, alguna tanda diestra y un par de detalles. Pero eso fue todo. Entró a matar fuera de la suerte en varias ocasiones entre una nueva bronca.
La voluntad de toreo de Manzanares tropieza con los feos finales del quinto
Muy bueno fue el saludo a la verónica de Manzanares al quinto, con empaque y con temple, dejando una grandiosa media de remate. Ordenada fue la lidia desde los dos puyazos de Paco María, pero no brindó el toro Manzanares, tal vez intuyendo que no duraría mucho. Le faltaba fuelle y fondo, saliendo con la cara natural de los embroques e incomodando el toreo del alicantino, todo fruto de su carencia de poder. Poco viaje mostró el toro a zurdas, por donde le costaba caminar. Pero tampoco en la mano diestra había finales para brillar, por lo que no hubo opción de llegar al tendido, pese a qiue Josemari trató de taparle muchos defectos. Tuvo que robarle algún natural de calidad, algún muletazzo brillante, pero sin alcanzar el vuelo de la faena. Algo más de media estocada bastó para pasaportarlo sin más historia.
Talavante pone el Botxo a sus pies mostrando el ralentí de su fondo de armario
Relator, de 548 kilos, fue el encargado de cerrar plaza ante Alejandro Talavante, que lo recibió en el tercio por faroles para estirarse luego en ralentizadas verónicas y una media de gran calado en el tendido del Botxo. Con ganas y con voluntad de triunfo salió el extremeño en este sexto acto, cuidando todos los detalles de la lidia para buscar el triunfo. También fue generoso para mostrar al toro poniéndolo largo al caballo, al que acudió para llevarse un soberbio puyazo de Miguel Ángel Muñoz, que se fue ovacionado. Tuvieron que saludar por su buena labor en banderillas Miguelín Murillo y Manuel Izquierdo. Y desde el centro del ruedo brindó al público Alejandro Talavante la lidia de Relator, que comenzó de rodillas en el tercio pasándose el toro por la espalda y toreando luego en redondo con mucha profunidad antes de levantarse para enjaretar el de pecho, ya con el Botxo en pie. Muy despacio se lo hizo todo Talavante a un animal que no estaba boyante de fuerza y que, además, tenía entrega, por lo que se desgastaba mucho cada vez que embestía. Pero cuando llegó el toreo al natural y salieron los muletazos vaciados por detrás de la cadera, comenzó a sonar la música en Vista Alegre. Un farol con la diestra, en redondo sin enmendar y larguísimos los muletazos para romperse con el toro. Hasta tiró la ayuda para torear sin más que el trapo, transmutado el extremeño en la cenicienta arena. Por luquesinas y quedándose en medio de los pitones concluyó la obra antes de irse a por la espada. Y tenía cortadas las dos orejas antes de usarla, por lo que se tiró a matar haciendo la suerte muy despacio y dejando una estocada hasta las cintas que puso a los pies de Talavante la plaza de Bilbao con las dos orejas.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros Multiusos Biva de Bilbao. Corridas Generales, Cuarta de abono. Corrida de toros. Media plaza en los tendidos, unas 8.000 personas.
Toros de Juan Pedro Domecq, correctos de presencia. Sin calificar por no visto el primero; con calidad sin transmisión el feble segundo; enclasado y de mucha entrega el tercero, con la fuerza justa, aplaudido; noble y sin maldad el castaño cuarto; noble pero sin finales por su falta de poder el quinto; de ran entrega y calidad el extraordinario sexto.
Morante de la Puebla (caña y oro): bronca y bronca.
José María Manzanares (burdeos y oro): silencio y ovación.
Alejandro Talavante (lila y oro): oreja y dos orejas.
FOTOGALERÍA: JOKIN NIÑO
