Segundo festejo de las Corridas Generales de Bilbao y turno para la novillada, con un encierro de José Cruz Iribarren esperando en los chiqueros y con tres novilleros como Carlos Domínguez, Lalo de María y Mario Navas en el paseíllo de la segunda de abono bailbaína.
La inexperiencia de Domínguez y la falta de fuelle del primero dejan el acto en una ovación
El primero de José Cruz, que recibió dos varas en el caballo, no tuvo ritmo para que Carlos Domínguez se estirase a la verónica. El animal no le mostró el fondo para estos menesteres, pero sí para deslizarse por la diestra, pero sin fuelle. Se quedaba parado antes de llegar al embroque y dejaba un tornillazo final muy molesto, todo fruto de la falta de fuerza de un animal noble y de la falta de oficio de un novillero que saludó una ovación.
Un pinchazo arriba deja en vuelta al ruedo una gran faena de Lalo de María al extraordinario segundo
Bueno fue el recibo capotero de Lalo de María, que le sopló un manojo de verónicas y una media que llegaron al tendido. Como lo hizo la actuación del picador, Tito Sandoval, ovacionado cuando se retiraba. Brindó alpúblico para iniciar con ayudados por alto y manejar pronto el toreo fundamental con la mano derecha. Poco a poco, a diestras, fue cimentando una interesante faena a más en la que comenzó a sonar la música. Tuvo calidad el toreo en redondo, entendiendo muy bien al novillo, con la mano derecha cada vez más baja. Cuando cambió la mano y se fue al natural, ligó una tanda de templada suavidad antes de exigirle al buen novillo de José Cruz. Y ya la segunda serie de naturales enterró Lalo el mentón en el pecho, le arrastró la muleta y tiró despacio del enclasado novillo. Sólo un inoportuno desarme desairó una faena que tuvo una limpieza cristalina. También fue buena la estocada, pero al segundo intento, por lo que todo quedó en vuelta al ruedo.
La falta de fuerza del noble tercero bis deja sin opciones a un voluntarioso Mario Navas
El tercero fue devuelto a los corrales por inválido. En su lugar salió otro novillo de la misma ganadería, al que lanceó con facilidad Mario Navas, abrochando con una airosa media. Tampoco este andaba muy sobrado de fuerzas, como demostró en el caballo de Carlos Pérez, donde recibió dos varas. El brindis también fue al público, que era quien estaba protestando que el animal permaneciese en el ruedo. Tuvo que cuidarlo mucho Mario Navas, despacito y con suavidad para aprovechar su nobleza y a media altura para no quebrantar su escaso poder. Y de ahí salieron sus defectos, porque las protestas del animal y su empeño en agarrarse al piso fue producto de su falta de fuerza. Tres pinchazos y el descabello lo dejaron todo en silencio.
Carlos Domínguez muestra su arrojo con el cuarto, al que pincha
Tuvo voluntad y hasta arrojo Carlos Domínguez en su actuación en Bilbao, pero la sensación que dejó es que aún le queda mucho por rodarse. De hecho, así se vio en los primeros tercios de este cuarto, que volvió a brindar al público, con el que tuvo buen empleo a diestras, pero no era igual el de José Cruz por el pitón izquierdo, por donde protestaba más el animal. Faltó temple con la mano derecha al acortar las distancias, y se lo pasó cerca, pero sin lugar al lucimiento. Ajustó las manoletinas del epílogo, mostrando su arrojo y su voluntad de brillar, pero pinchó y una estocada desprendida en el segundo intento no lo dejaron pasar de la ovación.
Lalo de María pasea una oreja tras gran faena al quinto y a pesar de la espada
Al quinto hubo que lidiarlo mjuy bien en los primeros tercios, dadas las virtudesque iba mostrando, con un poco más de fuelle que sus hermanos. Aún así, Lalo de María lo fue conduciendo con mucha suavidad para no quebrantarlo y acostumbrarlo a la tela roja. Brilló con la mano izquierda, a la que recurrió pronto, pero tenía más mérito por ahí el trazo que la embestida, y volvió a estructurar con la diestra. La mano más baja ya, exigiendo un poco más al buen novillo y llegando mucho al tendido. Mucha calidad tenía el de José Cruz, y muy bien lo fue entendiendo el francés, que cuidó mucho los remates y dejó una pulcra imagen. Y, a pesar de la defectuosa estocada, paseó la oreja del animal.
La fe y el oficio de Mario Navas arrancan una oreja del sexto bis
El sexto de turno que saltó a la arena cenicienta de Bilbao también evidenció síntomas de invalidez y fue devuelto para que saliera el segundo sobrero, también de José Cruz. No le permitió que se estirase a la verónica el animal a Mario Navas porque tampoco andaba sobrado de fuerza. Por eso no hubo quites, sino mimo para que durase en la muleta, donde comenzaó con la mano diestra, midiendo mucho la exigencia, que llegó con la mano izquierda ante un toro muy noble, sin demasiada fuerza, pero que acude con codicia y prontitud a los engaños. Circulares cuando ya le faltó recorrido al novillo, coronó la faena con doblones genuflexos que gustaron en el Botxo. Se llevó una voltereta al pinchar en primera instancia, parece que sin mayor alcance, y cobró una estocada hasta las cintas al segundo intento que le vaslió una oreja.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros Multiusos BIVA de Bilbao. Corridas Generales, segunda de abono. Novillada con picadores. Alrededor de un cuarto de plaza.
Novillos de José Cruz Iribarren, de impecable presencia. Noble y con clase y el fuelle escaso el primero; de gran clase y entrega el segundo, por ambos pitones, ovacionado en el arrastre; devuelto el tercero por inválido; noble pero sin fuerza el feble tercero bis; de aprovechable pitón derecho el cuarto; de buena clase y entrega el gran quinto, ovacionado; devuelto el sexto por inválido; noble y con celo el feble sexto bis.
Carlos Domínguez: ovación y ovación.
Lalo de María: vuelta al ruedo y oreja.
Mario Navas: silencio y oreja.
FOTOGALERÍA: JOKIN NIÑO