MADRID

Borja Jiménez llega a Beneficencia tras los ecos de su gloriosa faena a ‘Vid’: una torerísima y poderosa obra


jueves 5 junio, 2025

El sevillano acude al compromiso con el eco aún palpitante de su gloriosa faena a Vid, de Jandilla, apenas hace unos días en el mismo ruedo, cuando acarició con la yema de los dedos una Puerta Grande que sólo la rigidez presidencial impidió que se abriera de par en par.

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Este domingo, Las Ventas se viste de gala. Llega la Corrida de la Beneficencia, y con ella, una de esas tardes en las que el toreo se mide en oro y memoria. En el cartel, un nombre resuena con fuerza y con argumentos: Borja Jiménez. El sevillano acude al compromiso con el eco aún palpitante de su gloriosa faena a Vid, de Jandilla, apenas hace unos días en el mismo ruedo, cuando acarició con la yema de los dedos una Puerta Grande que sólo la rigidez presidencial impidió que se abriera de par en par.

Aquella obra, poderosa e inteligentísima, fue un compendio de temple, cabeza fría y pasión contenida. Jiménez entendió al toro desde la salida, lo condujo, lo pulseó, lo midió con precisión quirúrgica. Le extrajo todo lo que el de Jandilla tenía dentro —y algo más— con una muleta que hablaba en susurros y decía verdades. Faena de peso, de las que calan en Madrid. Y el público lo supo: pidió con fuerza las dos orejas. Pero sólo una cayó. La espada, apenas unos milímetros abajo, y la actitud inmóvil del palco frustraron lo que habría sido su tercera Puerta Grande en Las Ventas.

El premio no fue físico, pero sí moral. Borja salió entre clamores, y no pocos vieron en él al torero que está pidiendo paso por derecho propio. No desde el ruido, sino desde el toreo. Desde la verdad.

Y ahora llega la Beneficencia. Escenario solemne, vitrina del poderío taurino, antesala de los que escriben historia. Jiménez lo sabe. Llega con el traje de las grandes tardes y el alma aún caliente por lo vivido. No viene a reivindicarse: viene a confirmar que lo suyo ya no es una racha, sino una realidad para sentarse definitivamente en la mesa de las figuras.