Morante de la Puebla, José María Manzanares y Juan Ortega trenzaban, en la tarde de este domingo 27 de marzo, el paseíllo en la última de la Feria de la Magdalena de Castellón. Se lidiaba un encierro con el hierro de Jandilla.
El palco se niega a otorgarle una oreja al embrujo templado de Morante frente al primero de Jandilla
Buena obra de Morante al primero de Jandilla, un animal incierto en los primeros tercios y que cumplió bien en la vara que tomó. Dejó momentos de temple capotero, entrelazando verónicas por chicuelinas, por donde le bajó la mano José Antonio. Y por verónicas también fue el quite, de suma belleza. Muleta en mano, a base de temple y de consentirle, Morante le sacó el buen fondo de nobleza que tenía. Le faltó un punto de chispa y transmisión, pero le sacó momentos bellos por ambos lados. Mató bien por arriba, y el tendido pidió mayoritariamente una oreja que el palco no concedió. Bronca para el palco y ovación para Morante. Silencio para el toro en el arrastre.
Manzanares, oreja del manso segundo
El segundo fue un animal manso en los primeros tercios, empujando bien en el único puyazo que recibió, incluso hasta derribarlo, pero luego salió suelto del peto. José María Manzanares sujetó a base de porfía en la muleta al de Jandilla, dejando momentos templados por ambos lados. Paseó la oreja.
Silencio para Juan Ortega frente a un tercero a menos
Silencio para Juan Ortega, que dejó detalles con capote y muleta ante el segundo. En las dos primeras series parecía que iba a tomar vuelo la obra, pero se quedó solamente en eso, porque el toro se fue quedando cada vez más corto y fue muy a menos.
Morante brinda a Ripollés una inspirada faena al manso cuarto, al que le corta una oreja con petición de la segunda
Oreja con leve petición de la segunda para Morante en el cuarto, un toro mansito y rajado que brindó a Joan Ripollés, con el que tuvo que hacer toda la obra pegado a tablas debido a la condición del de Jandilla. Un trincherazo de plena belleza fue el prólogo muleteril, con el que ya puso de su parte a un tendido que estuvo expectante en su obra capoteril, en la que dejó momentos de sumo temple a la verónica. En la faena, hubo instantes de conexión, aislados por la condición mansa del toro, pero que llegaron arriba. Cerró faena con manoletinas, algo inusual en el concepto de Morante. Mató de estocada algo caída y paseó el premio con petición del segundo.
Manzanares desoreja tras una obra profunda al bravo quinto de Jandilla
Dos orejas paseó José María Manzanares del quinto, animal bravo y encastado, con fijeza y clase, al que el alicantino cuajó en una obra de empaque, dándole distancia y tiempo entre tanda y tanda, con series largas y profundas por ambos lados. Animal con transmisión en una obra a más. Mató de una estocada un punto caída pero efectiva. Cortó las dos orejas pedidas por el tendido, en el que caló mucho la obra de Manzanares. Gran ovación para el astado en el arrastre.
Ortega, silenciado con otro deslucido sexto
Al sexto toro le faltó clase, ya que pegaba tornillazos y echaba siempre la cara alta. No tenía fijeza ni entrega. Poco pudo hacer Juan Ortega. Lo intentó pero fue imposible.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Castellón. Octava de la Feria de la Magdalena. Corrida de toros. Más de tres cuartos de entrada.
Toros de Jandilla.
Morante de la Puebla, ovación y oreja.
José María Manzanares, oreja y dos orejas.
Juan Ortega, silencio y silencio.
FOTOS: J J DIAGO
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