MADRID

Colombo se lleva la tarde a pesar del palco


lunes 22 mayo, 2017

Una novillada interesante de El Montecillo permite una genial presentación de Colombo en la que a punto estuvo de cortar la oreja del cuarto; mejorable la actitud de Aguado y sin opciones Rafael Serna

Una novillada interesante de El Montecillo permite una genial presentación de Colombo en la que a punto estuvo de cortar la oreja del cuarto; mejorable la actitud de Aguado y sin opciones Rafael Serna

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA:
LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO

Jesús
Enrique Colombo, Pablo Aguado y Rafael Serna hacían hoy el paseíllo en la
primera novillada de la Feria de San Isidro, un cartel de lunes en el que se
anunciaban los novillos de Paco Medina con el hierro de El Montecillo. A las
siete en punto arrancaba el paseíllo.

«Zapateador”
llevaba por nombre el primero, número 9, que pesaba 505 kilos. Jesús Enrique Colombo
intentó lucirse a la verónica y dejó tres de ellas de mucho gusto. Distraído en
los capotes, entró al primer puyazo de Andrés Nieto mientras iba a colocarse en
el sitio. A pesar de solicitar el cambio Colombo, el palco le indicó que debía
entrar otra vez el animal al jaco. De fuera hacia adentro, dándole todas las
ventajas al novillo fue la labor del torero venezolano en el tercio de
banderillas, que él mismo protagonizó ante la lidia siempre efectiva de Marco
Galán. Al público fue el brindis del novillero venezolano, que comenzó dándole
todas las ventajas al novillo, que se le arrancó hasta los mismos medios en los
que se puso a torear directamente con la mano derecha. Tiempos le dio al
animal, al que llevó por el mismo lado pero su condición no era la misma.
Cuando tomó la zurda, ya se había aplomado totalmente el de El Montecillo. Lo
intentó en el epílogo y de verdad se tiró a matar en el primer encuentro, del
que salió volteado, para matar de un soberbio estoconazo a la segunda.

«Sillero” llevaba por
nombre el segundo, número 41, castaño y con un peso de 473 kilos. Detalles
capoteros dejó el hispalense, peleando con mucha fuerza en el peto del caballo
de Mario Herrero en un largo primer puyazo en el que, tras romanear en el jaco,
le aguantó el picador tras empotrarlo contra las tablas. De bravo embistió el
de El Montecillo. Más breve fue el segundo encuentro con Herrero. Fácil anduvo
en el primer par Rafael González, pero cayendo en el hueco del puyazo el par.
Azuquita dejó el segundo palitroque ante la lidia de Miguel Ángel Gómez, que le
dio sitio e hizo muy breve el tercio. Tapó los defectos del novillo Aguado con
el oficio adquirido, pero no oba hacia adelante el animal e incluso le dio
avisos muleta en mano en la mano zurda. Sin dejarle un segundo para pensar
anduvo Aguado, que se enfrentaba a un animal sin tritmo, sin decir nada en su
tranco: en definitiva, pasador y desrazado. Sí tuvo movilidad el animalito,
pero no se empleó. Con la cara alta embistió también en el final un animal al
que no supo lidiar para domeñar Aguado. Muy feo fue el espadazo, dejando otro mejor a la segunda. Silencio tras aviso. 

Negro
salpicado y de gran presencia era el «Zapateadoro” tercero, número 47 y con 518
kilos de peso. Lo desarmó en el tercio, agarrado en el piso el novillo al que
tuvo que ir a buscar a los medios. Cruz Macías le recetó el primer puyazo a un
animal algo dormido en el peto, con la cara arriba y haciendo sonar el estribo.
Al quite entró Jesús Enrique Colombo, que llevó con garbo las chicuelinas que
le recetó al burraco con un precioso remate del desprecio. Lidió Paco Moreno al
animal de El Montecillo, pareando Antonio Tirado en un par en el que le esperó
mucho y clavó ya con el animal cerrado y mirando a las tablas. Eficaz en su par
anduvo el tercero Antonio Ronquillo, más en corto y provocándole. Momentos
buenos tuvo la actuación de Serna ante un animal que se recuperó, llevando
siempre con buen trazo al de Medina y a esa media altura que requería su
oponente. Mucha facilidad de Rafa Serna, que deja momentos buenos frente a este
primero de su lote. Mató de estocada efectiva.

«Ratonero” llevaba por
nombre el cuarto de la tarde, un negro bragado, herrado con el número 16, con
un peso de 462 kilos. Bien llevó el capote Colombo de salida, con un gran
remate inicial que transmitió frescura al tendido. Gustavo Martos picó al
novillo, metiendo la cara abajo y empujando con los riñones, dejándose pegar en
la pelea. Perdió las manos en el momento del embroque el novillo en el primer
encuentro, pero clavó asomándose al mismísimo balcón en el siguiente par.
Novillo alegre en su tranco, aprovechó esa movilidad para dar espectáculo el
venezolano. Extraordinario fue el siguiente par, con un recorte previo, y el
del quiebro, aunque sólo fue efectivo en un palitroque, también tuvo emoción.
Con hambre se fue a brindar al centro del anillo, comenzando Colombo faena por
un torerísimo inicio por bajo. Excelente fue la siguiente tanda a diestras, con
un animal con chispa y repitiendo en la muleta del venezolano. Prosiguió
cruzándose con la mano diestra ante un animal que mantuvo la emoción, cogiendo
al mano zurda y también repitiendo el de El Montecillo pero ahora más bruto y
con la cara alta. Las bernadinas finales, en novillero, de nuevo calaron en el
tendido. Mató de estoconazo recibiendo un fortísimo golpe en la rodilla
derecha. El público pidió con fuerza el premio, no concedida por el palco.

«Ilustrado”
se llamaba el quinto, negro salpicado, bonito de hechuras al que capoteó de
salida Aguado. Juan Carlos Sánchez protagonizó el tercio de varas, en el que
entró en quite por chicuelinas Pablo Aguado, una de ellas con pleno garbo. El
primer par lo puso Rafael Gómez ante la lidia siempre suave de Rafael González.
Un susto le dio en los ayudados por alto, pero buscó el reposo el sevillano en
la siguiente serie por la mano derecha ante un tranco siempre enclasado del
animal de El Montecillo. Le hizo varios extraños y no se terminó de confiar el
joven en las siguientes series, tan sólo en el final dándole derechazos de
frente volvió de nuevo a conectar. Bien lo mató tras un final por bajo.

«Mensajero”
se llamaba el último novillo de la tarde, con 511 kilos de peso, al que intentó
Serna recibir a la verónica y al que Pedro Muñoz le recetó dos varas muy medidas
por su evidente falta de fuerza. Paco Moreno pareó a un novillo que soltaba la
cara en todo momento, clavando el segundo par Antonio Ronquillo ante una lidia
que fue complicada por el animal que tenía delante. Con un peligro que no lo
escondía le entró el novillo a la muleta de Serna, que tuvo una papeleta seria
y peligrosa al enfrentarse a este animal.

 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza
de toros de Las Ventas. Duodécima de la Feria de San Isidro. Novillada picada. 18157 espectadores. 

Novillos
de El Montecillo, soso el primero; pasador sin más y con la cara alta el segundo, que se dejó la vida en el caballo; de movilidad sin entrega la del tercero; chispa encastada la del novillo cuarto; enclasado tranco el del quinto; 

Jesús Enrique Colombo, ovación y vuelta tras fuerte petición. 

Pablo Aguado, silencio tras aviso y ovación. 

Rafael Serna, silencio y silencio.