MARCO A. HIERRO
Diego Ventura y El Juli se veían las caras por
última vez en la presente temporada tras ya haberlo hecho en Nimes, Lisboa,
Arles y Albacete. En esta ocasión se trataba de La Misericordia como templo de
encuentro y los hierros de Los Espartales, Capea, Sampedro, Daniel Ruiz,
Garcigrande y Alcurrucén como materia prima fundamental.
Con Lambrusco recibió Ventura al primero, manso y sin celo ni fijeza ni antes ni después de los dos rejones. Labor de brega y lidia con Roneo en banderillas a toro parado, ofreciendo muy cerca los posteriores ante la insulsa llegada del berrendo. Muy cerca le pido con Remate para colocar las cortas, pinchar antes del rejonazo y recoger una ovación.
Por chicuelinas quitó Juli tras un puyazo liviano y antes de otro del mismo pelo, perfectamente medido por Diego Ortiz. Más recorrido del que en realidad tenía se le atisbó al de Garcigrande en el inicio, donde repitió sin clase y con el ritmo estado para que lo moldease Julián. Pero cuando le quiso limar aristas Juli no encontró fondo que llevarse a la boca. Deslucido y a la defensiva, no fue enemigo para un correcto Julián, que lo mató de una estocada y escuchó ovación.
Con la garrocha y a lomos de suspiro salió Ventura en el tercero, de Carmen Lorenzo, desentendido de montura y embistiendo a oleadas en los dos rejones. Fue vibrante y efectivo el toreo en banderillas con Nazarí, que se lo dejó llegar al estribo para templarlo una vuelta a la plaza cada vez que cosía el celo que ya empezaba a sacar. Espectacular fue la actuación con Milagro, quebrando en una baldosa y rodando pitón a la salida con mucha seguridad. Con Remate volvió a culminar Diego en las cortas al violín y los desplantes, pero dos pinchazos echaron por tierra el premio, que quedó en ovación.
Humilló el cuarto en el capote de Juli, donde embistió con calidad, aunque le costase regresar al embroque y se pensase la repetición. Empujó el animal en el caballo de Salvador Núñez, que se agarró magistral en el puyazo. Con tres capotazos lo lidió brillantemente Soler antes del brindis. Contundente y definitivo fue el inicio a pies juntos, con siete muletazos sin enmendar posición hasta el remate. Boyante y codicioso el de Daniel Ruiz, supo Julián medirse la exigencia y administrar las alturas siempre a más, hasta que terminó por arrastrarse media muleta para morir en la cadera. Surgió imperioso el Juli figurón para encadenarle una serie diestra con un circular eterno que enlazó con el cambio de mano y el de pecho definitivo. Magistral Julián con un gran toro, obediente y enrazado, premiado con la vuelta al ruedo. Dos orejas cosechó Julián.
De nuevo fue Lambrusco el caballo elegido por Ventura para parar al quinto, de Espartales, que salió sin fijeza pero con cierta calidad en el tranco que hizo que lo cambiase Ventura con un solo rejón. No funcionó en esta ocasión Sueño, que le protestó al caballero hasta que lo cambió por Nazarí para comprometer los terrenos en el toreo fundamental. Los embroques los comprometió luego con Maño, clavando con exposición y transmisión. De nuevo fue Remate el caballo de las tres rosas, con un rejonazo trasero que bastó para pasear una oreja.
Afanes se llamaba el cierraplaza de Alcurrucén, igual que aquel novillo que desorejó El Juli en su encerrona madrileña, pero salió este desentendido de telas,corretón y sin ritmo cuando le pusieron el trapo. Con más genio que alegría se arrancó al peto, pero se fue fijando poco a poco a medida que transcurría la lidia. Muy buen tranco tuvo el toro en banderillas, y lo vio Juli para doblarse con él en un inicio empujado y poderoso de gran lidiador que ahorma arrancadas. Distancia entonces, dejando llegar la alegría del animal, que se reducía en el embroque y se iba tan largo como le ordenaba una muleta larguísima en el trazo. Se olvidó Juli del tiempo y del espacio para buscar sentir cada natural, codilleado en la llegada, largo al vaciar, profundo de sentimiento y alma. Vertical el final de Julián con el toro a menos, el pico abajo, la cabeza cimbreante y el pecho detrás. Enorme. Trasera cayó la estocada, y ahí se agarró el palco para no conceder la segunda oreja en un detalle de mal aficionado. Pero ahí quedó la obra.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Misericordia, Zaragoza.
Segunda de la Feria del Pilar. Corrida de toros mixta. Tres cuartos de entrada.
Toros de Los
Espartales, Capea, Sampedro, Daniel Ruiz, Garcigrande y Alcurrucén, manso y sin celo ni entrega el deslucido primero, deslucido y sin fondo el desrazado segundo, mansito a más en ritmo y celo el tercero, codicioso, enrazado y con clase el gran cuarto, premiado con la vuelta al ruedo, con ritmo y entrega escasa el quinto, enclasado, profundo y bravo el gran sexto.
Diego
Ventura, silencio, ovación y oreja.
Julián
López «El Juli”, ovación, dos orejas y oreja.
FOTOGALERÍA: TOROS ZARAGOZA