LA CRÓNICA DE SEVILLA

Con el motor en el taller


domingo 28 mayo, 2017

Santana Claros hizo lo más destacado ante el segundo de su lote, en una tarde en la que el escaso empuje de los novillos fue denominador común.

Santana Claros hizo lo más destacado ante el segundo de su lote, en una tarde en la que el escaso empuje de los novillos fue denominador común.

JUAN CASAS / FOTOGALERÍA:
ARJONA-PAGÉS

 

Si algo fue una constante esta tarde en la Real Maestranza fue la ausencia de fuelle y empuje de los de Villamarta. Los novillos de esta ganadería se fueron lidiando uno a uno, y todos hacían gala de un mismo denominador común: la falta de motor. Todas las reses terminaban por echar el cerrojo antes de tiempo, cual coche que rompe a andar con el motor averiado. Y con este defecto, hacer vibrar al público se antoja una tarea muy difícil.
Lo más destacado de la tarde lo hizo Santana Claros frente al segundo de su lote, un novillo que hasta que se apagó, hizo gala de la embestida mas cadenciosa y templada, con diferencia, de entre sus hermanos. Con ella, el novillero malagueño pudo instrumentar dos vibrantes tandas por cada pitón que hicieron sonar la música. Santana estuvo agusto en la cara del novillo y regaló al respetable algunos muletazos al ralentí de bella factura, pero cuyas series no acabaron por culminarse, bien porque novillo se vino a menos o porque no se fraguó ajuste con los remates. Tras una estocada entera, el torero saludo una ovación desde el tercio.
El torero de Fuengirola recibió al primero de la tarde con unas verónicas muy estéticas rematadas con una larga cordobesa. El novillo que acusó falta de fuerzas durante toda la lidia, llegó sin fuelle al último tercio, razón por la cual la actuación de Santana no cogió vuelo. El malagueño instrumentó tandas por ambos pitones pero sin lograr que llegase al público, por lo soso de la res. Tras un pinchazo y una estocada casi entera, Santana escuchó algunas palmas. 
En segundo lugar actuaba el novillero cordobés Javier Moreno, anunciado en los carteles como «Lagartijo». El segundo novillo de la tarde se desentendió de la lidia en los primeros tercios, acusando una mansedumbre que se mantuvo hasta el final. Lagartijo aprovechó la emocionante embestida del manso para dar dos tandas con la mano derecha que fueron recompensadas por el respetable. Después de esto, el toro acusó las querencias y el novillero intentó sacar lo que le dejaba la res en esos terrenos. El cordobés fue prendido por la chaquetilla tras un derrote seco del novillo, que no tuvo consecuencias para seguir la lidia, aunque bien es cierto que el novillo se orientó y se dedicó a defenderse, por lo que la faena bajó. Después de una estocada entera, saludó una ovación desde el tercio.
El quinto novillo apuntó motor y viveza tras su salida, pero se quedó en eso, en apuntes. La res, a la que se le dieron demasiados capotazos en los dos primeros tercios, carecía de regularidad en sus embestidas y siempre iba muy rebrincado. Lagartijo estuvo muy voluntarioso, robando muletazos a un novillo con el que no era fácil estar delante. Tras un pinchazo y una estocada caída, su labor fue silenciada.
El tercer espada de la tarde era Rodrigo Molina, un novillero sevillano que tan sólo pudo apuntar sus buenas maneras ante su nulo lote. El tercero de la tarde fue devuelto por su ausencia de fuerza. En su lugar salió un sobrero de la misma ganadería, Villamarta, que tuvo un comportamiento desigual. Antes del último tercio, Manuel Fernandez se desmonteró en banderillas tras dos buenos pares. Con la muleta, Rodrigo Molina inició el trasteo con unos doblones muy toreros hasta llevar el novillo a los medios. El novillero sevillano puso disposición en su faena ante un novillo que no se empleó en ningún momento y que acabada engallado, mirando de tú a tú, al finalizar cada muletazo. Tras un pinchazo, una estocada casi entera y tres golpes de descabello, el novillero saludo una ovación tras un aviso.
Molina recibió al que cerraba plaza con dos afarolados rodilla en pie, para continuar con una serie de verónicas rematadas con una media. En el tercio de banderillas, se desmonteró Angel Luis Carmona, tras dos buenos pares cuadrados en la cara. Al último tercio llegó el novillo carente de empuje y justo de fuerza, ingredientes que unidos hacen tarea imposible armar una faena que llegue a los tendidos. El novillero hispalense se vació e intentó lo imposible, pero la sosa embestida del novillo deslucía sus muletazos. Tras dos pinchazos y una estocada algo caída, escuchó palmas.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de
Sevilla. Tercera novillada de abono. Media entrada en el tendido.

Novillos de Villamarta.

Antonio Santana, silencio y ovación.

Javier Moreno
‘Lagartijo’,
ovación y silencio.

Rodrigo Molina, ovación tras aviso y palmas.