Un encierro de Conde de Mayalde se lidiaba este martes en la segunda novillada del ciclo, décimo festejo de la Feria de San Isidro 2025. Hacían el paseíllo Fabio Jiménez, El Mene y Tomás Bastos.
Fabio Jiménez se gusta al natural con el enclasado primero
De lomo recto, abriendo la cara y enseñando las puntas, el primero ya acometió con temple de salida y Fabio Jiménez lo toreó despacio y suave. Novillo obediente, de gra calidad, sobre todo por el lado zurdo, le faltó un punto de celo para ser de revolución, pero fue animal que dejó expresarse al novillero riojano, que sobre todo al natural dejó muletazos de excelente corte y compostura. Le faltó a la faena algo de chispa y continuidad para terminar de calar en la parroquia.
Silenciado El Mene, cuya obra no cuaja ante un segundo con movilidad y transmisión; lo mejor, la capa y la estocada
Por templadas verónicas, dos medias y un recorte porque le hizo hilo el novillo al perderle la cara saludó El Mene al segundo, un animal en tipo de la casa, con playera cuerna, que hizo cosas muy buenas al embestir humillado en la capa. Héctor Piña picó bien a un animal que quiso peto y tuvo cierta codicia en este tercio. Por tafalleras quitó Bastos al utrero, dejando tres últimas de templado trazo y una ajustada media. Replicó El Mene ante un novillo que cortó en banderillas. Con sabor fueron los doblones de El Mene para sacarse a los medios el funo. Novillo con movilidad y codicia, que aunque no terminaba de rebozarse en el muletazo, tuvo un son en su embestida que llegó arriba. Y El Mene lo pasaportó en el toreo fundamental con técnica pero sin llegar a someterlo por abajo; lo mejor, sin duda, ese prólogo y la estocada arriba. Silencio para el novillero.
Bastos deja una obra de entrega y cabeza al apagado tercero
Sin demasiada historia los primeros tercios del tercero, otro novillo en el tipo de la casa Mayalde, que no se definió en el inicio de la lidia. Eficaces los hombres de plata antes del brindis al tendido de Bastos. Aunque era el utrero más deslucido de lo que iba de festejo, dejó un derroche de entrega en colocación y en intentar hacer bien las cosas delante del apagado animal. De uno en uno se los sacó, queriendo siempre hacer con gusto cada cite y cada embroque. El final, por ayudados, tuvo mucho gusto, sobre todo en la trincherilla de cierre. La estocada, entera, pero trasera y tendida. Ovación tras aviso.
El lesionado cuarto tiene que ser apuntillado durante la faena
“Tempranito”, castaño salpicado, serio por delante era el cuarto, segundo del lote de Jiménez. Un animal que se lesionó en el tercio de varas de Carlos Pérez y luego con una banderilla en el puyazo; en mitad de la faena, no dio opción al joven riojano porque se echó visiblemente lesionado y no se levantó. Tuvo que ser apuntillado. Silencio para el joven.
Vuelta protestada tras petición y aviso de El Mene en el quinto
“Chorlito”, de 494 kilos, colorado chorreado y bonito de hechuras era el quinto, segundo del lote de El Mene, al que saludó verónicas a pies juntos, jugando luego bien los brazos con el compás abierto. Por chicuelinas fue el quite de Tomás Bastos. Con cierto instinto manso, inició a pies juntos su obra el salmantino ante un animal al que dejó lo más sobresaliente en la última serie por derechazos. Tras una zancadilla del utrero al joven, le hizo hilo y le propinó una fortísima voltereta. Estocada entera tras el percance, dando vuelta protestada tras petición y aviso.
Bastos, colocación y firmeza frente al manso sexto
Complicado de inicio el frío sexto, serio en su conjunto, que embestía hacia adentro y que no metió la cara con verdad en el peto. Dejó una obra muy técnica, con entrega y firmeza Bastos al utrero, que quiso siempre irse al olivo. Siempre buscando la buena colocación, pero sin fruto final por la condición del de Mayalde. Dejó una media estocada caída y fue silenciado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Décimo festejo de la Feria de San Isidro 2025. Novillada con picadores. 19.785 espectadores.
Novillos de Conde de Mayalde. Noble y con calidad el primero, al que faltó un punto de celo; con movilidad y transmisión un segundo que llegó arriba, pero al que le faltó rebozarse en el embroque; apagado el tercero; lesionado el cuarto, que debió ser apuntillado durante la faena; con instinto manso y exigente la movilidad del quinto; manso y deslucido el sexto.
Fabio Jiménez, de negro y oro: ovación y silencio.
El Mene, de purísima y oro: silencio y vuelta tras aviso.
Tomás Bastos, de blanco y plata: ovación tras aviso y silencio.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
