AZPEITIA

La elegancia de Morenito y los naturales de Molina


viernes 1 agosto, 2025

Ambos matadores cortan una oreja de un entipado encierro de Ana Romero que lidió varios ejemplares de interesante juego

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Foto: Azpeitia Toros

Fue una corrida de Buendía de los años 70. Con las que triunfó a lo grande Paco Camino. Un encierro muy reconocible en su tipología, que además contó con varios ejemplares de juego más que interesante. Frente a ella se vio a un Morenito maduro y con poso, y a un Molina brillante con la mano zurda en el que cerró plaza. Menos suerte tuvo Damián Castaño que además no estuvo acertado con los aceros

Morenito da la vuelta al ruedo tras una elegante faena al buen primero

Buen toro el santacoloma que dio la bienvenida a la tarde, sobre todo por el pitón derecho. Por ahí estructuró Morenito de Aranda una faena elegante, de corte estético, acompañando con gusto las embestidas del de Ana Romero. Por el izquierdo el animal no se rebosó tanto y la faena no alcanzó igual relieve. Cerró por alto y agarró una buena estocada después de un pinchazo, que seguramente minimizó la intensidad de la petición. Dio la vuelta al ruedo sin ningún voto en contra.

La espada emborrona una emotiva faena de Damián Castaño al bravo segundo

Precioso el segundo, muy en el tipo de Buendía de toda la vida. Damián Castaño lo saludó con una larga cambiada en el tercio. Tuvo el toro prontitud y profundidad en sus embestidas y la faena del torero salmantino ligazón y emotividad. Faltó un pelín de reposo en las series pero a cambio la obra contó con intensidad y fluidez y por eso el tendido empatizó con Damián, que por cierto había brindado la faena a Julián Guerra. La espada, como tantas tardes, minimizó el resultado de su actuación.

Molina hace frente con dignidad al complicado tercero

El tercero, un precioso berrendo en cárdeno, no fue tan claro. Sostuvo Molina un emocionante toma y daca con un animal que ni terminó de desplazarse ni de viajar metido en los vuelos, reponiendo y rebañando en ocasiones. El torero manchego le hizo frente con dignidad.

Faena de torero maduro de Morenito a un cuarto que no acabó de entregarse

Entipado el cuarto, al que Morenito lanceó garboso a la verónica, ganando terreno hacia los medios. No terminó el toro de entregarse en los engaños, tampoco de humillar, pero las carencias que tuvo el cárdeno las suplió Morenito con su manera de estar en el ruedo, por el poso, las pausas y la suavidad que imprimió a todo cuanto hizo. Faena de torero maduro, coronada de pinchazo y estocada. Oreja tras aviso.

Silencio para Damián Castaño con el enrazado quinto

El quinto fue un foro enrazado, que se movió con nervio, vendió caro cada muletazo y, sobre todo, dio importancia a todo cuanto se le hizo. Damián Castaño hizo un esfuerzo por tratar de estar a la altura de tan exigente acometida. Volvió a fallar repetidamente con los aceros. El toro recibió una fuerte ovación en el arrastre.

Los naturales de Molina al buen sexto le valen la última oreja de la tarde

Otro toro bien hecho el sexto, fiel al prototipo santacolomeño. Le dio tiempo Molina, y lo embarcó con suavidad en el último tercio, sin atosigarlo con toques violentos. A cambio recibió una embestida pastueña, y a pulso dibujó, de uno en uno, los mejores naturales de la tarde. Se fue derecho detrás de la espada y recibió una oreja en recompensa.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Azpeitia, Guipúzcoa. Segunda de la feria de San Ignacio. Corrida de toros. Más de tres cuartos de entrada.

Toros de Ana Romero, bien presentados, en el tipo de su encaste, y de juego variado e interesante. Destacaron primero, segundo, quinto y sexto. Más complicado el tercero. Le faltó raza al cuarto

Morenito de Aranda, de burdeos y azabache: vuelta y oreja tras aviso.

Damián Castaño, de malva y oro: silencio y silencio.

Molina, de sangre de toro y oro: ovación y oreja.