La plaza de toros de Las Ventas acogía, este 15 de septiembre, la corrida de toros concurso de ganaderías en la que tomaban parte astados, por este orden, de Concha y Sierra, Palha, Partido de Resina, Castillejo de Huebra, Pedraza de Yeltes y Salvador Gavira García para Rafael de Julia, Ángel Sánchez y Amor Rodríguez.
Rafael de Julia exhibe su gran clase con el medio muletazo que tenía el primero de Concha y Sierra
El abreplaza, que llevaba el hierro de Concha y Sierra, espectacular de estampa y desinteresado en la figura de Rafael de Julia, que lo esperaba de rodillas a la puerta de chiqueros para pegarle una larga cambiada muy limpia. Fue mejor el recibo a la verónica, esperando mucho la llegada dormilona que quería emplearse hasta el embroque y salía con las manos por delante porque no aguantaba de fuerza la exigencia continuada de los lances encajadísimos de un espléndido Rafael de Julia con la capa. Se llevó el toro un puyazo protestado al relance y lo pusieron luego largo para que se desentendiera. Tuvieron que forzarlo para que se arrancase de cara al concurso y tomase un puyazo llegando abajo. Despacio lo toreó Ángel Sánchez en un quite de dos verónicas y media sin mover los pies del suelo. Se le arrancó el animal cuando iba a brindar al público el madrileño y lo fue sacando del tercio por trincheras hasta llevarlo a los medios, aprovechando la clase que demostraba el animal en la embestida por abajo. La mantuvo en una serie diestra en la media distancia, sin apretar Rafael, percibiendo que aquello iba a durar un suspiro. Y así fue. Pero se empeñó De Julia en cuajarlo al natural y lo logró, al menos en parte, en una serie muy obligada, muy bien colocado siempre, tocando con presión de reloj suizo para traer muy embarcada una embestida que solo llegaba hasta el embroque, pero con la expresión al máximo calando mucho en el tendido, que comprendió siempre al madrileño. Una estocada caída dio al traste, sin embargo, a lo que iba para premio.
Ángel Sánchez le planta cara al mirón Palha pero marra con el acero
El de Palha que salió segundo abría la cara, pero estaba bien hecho y era bajo de cruz. Se rebrincó en el saludo capotero de un Ángel Sánchez empeñado en pegarle lances, mientras el animal soltaba la cara como una devanadera. Luego se fue a topar con él pero mientras apretaba de mentira y el picador le dejaba el palo sin pegarle. Así dos veces. Por eso le pitaron al torero cuando pidió el cambio de tercio y les privó de otro tercer puyazo tan anodino como los otros dos. Brindó a Miguel Martín el madrileño, y se fue a someter por abajo a un animal que siempre dejaba la vista por dentro. Por eso lo tocaba fuerte Ángel y se sobreponía con valor a esa vista cruzada que miraba por detrás de la muleta. Un esfuerzo el de Ángel Sánchez, con el público a la contra por haber cambiado el tercio y un toro de cara suelta, deslucido y de peligro sordo para intentar el toreo. Complicada la tarea, pero nunca volvió la cara. Un bajonazo enhebrado y chalequero los enfadó mucho más. Sonó un aviso y todo quedó en silencio.
Amor Rodríguez anda a la deriva con un Partido de Resina sin clase ni entrega y escucha los tres avisos
Nada más que 631 kilos pesaba el de Partido de Resina que hizo tercero, que se llevó una ovación de salida y se hubiera pitado si llevase otro hierro. Porque ese corpachón enorme y musculado no se correspondía con una cabeza pequeña, de sien estrecha y poco agresiva. Él sí tenía su genio, y lo sacó revolviéndose en el capote para hacer saltar a Amor Rodríguez de cabeza al callejón. Pero sé arrancó en corto al penco y empujó sobre las manos en las dos primeras varas, bien agarradas pero duras, de Francisco de Borja. La tercera, también bien agarrada, fue más bien un picotazo con el toro viniendo desganado en la distancia. Con la muleta fue exigente y nunca se entregó el toro, pero tampoco Amor Rodríguez, que estuvo desconfiado y poco asentado en la faena, en la que incluso le echó mano una vez, afortunadamente sin consecuencias. Después anduvo superado por el escenario, por el tendido y por el toro, que aprendió cosas feas de su falta de firmeza. Dejó media estocada tendida y esperó que se quedase para descabellar, pero sonó un aviso, no se acercaba a la distancia para acertar, sonó otro recado en las mismas circunstancias, con una imagen deplorable, y terminó echándose el animal sobre el tercer aviso.
Rafael de Julia pincha la faena más rotunda del verano de Las Ventas
Muy diferente fue la forma de embestir del Murube de Castillejo que salió cuarto, serio y cuajado, al que volvió a recibir De Julia de rodillas en el altar de los sustos, con unas verónicas, ya en pie, armonía y compás a una embestida que no terminó de ser humillada. Se arrancó en corto el toro, y en la media distancia también, pero siempre se dejó pegar por un David Prados que midió el castigo a la perfección. Mucha franqueza tuvo el toro en banderillas, donde saludaron Andrés Revuelta y Tito. Le costó más al animal rebozarse en los doblones del inicio de Rafael de Julia con la muleta, pero siempre la quiso seguir con la entrega que tenía. Por eso soltaba la cara mientras quería irse para adelante con los riñones y le soplaba De Julia la mejor serie al natural que se ha visto este verano en Las Ventas. Centrado, preciso, con la planta asentada y el pulso pausado mientras sonaban los oléa en ese último muñecazo, casi imperceptible, que hacía que se deslizase el animal tras la cadera. Soberbio Rafael. Esta vez tampoco mató en la cruz, pero el toreo de poso, de madurez y de alma había quedado en la arena y en la retina. Faena par paladear la del madrileño, que dio una vuelta al ruedo tras una importante petición.
Ángel Sánchez firma un esfuerzo sin premio con el orientado Pedraza que hizo quinto
El quinto, de Pedraza de Yeltes, fue el toro más serio de la concurso, con trapío y con cuajo para Madrid, pero con bravura y entrega en una acometida que se truncó en los lances de Ángel Sánchez, al lastimarse una mano y ponerse el tendido a la contra. Pero se arrancó al caballo con franqueza en los dos puyazos que tomó mientras lo protestaban desde el tendido. Y es verdad que no le sobraba la fuerza, pero no mostraba ninguna merma física para devolverlo. Brillante anduvo Juan Navazo en la brega. A los medios se fue Ángel Sánchez para brindar al público la faena, que puso a prueba el pulso del madrileño en un trasteo en el que el castaño de Pedraza no quiso humillar nunca y cada vez se quedó más corto. Toro reponedor, que se revolvía en corto cuando te lo querías ceñir y no pasaba del embroque cuando lo tocaban hacia afuera. Complicado. Pero valió para que mostrase Ángel capacidad de ponerse incluso con el malo, aunque los custodios no lo dejasen ni ponerse. Lo mató con brevedad y de gran estocada y a otra cosa.
Amor Rodríguez vuelve a quedar en evidencia con el enclasado cierraplaza de Gavira García
Dos espabiladeras espectaculares lucía el toro de Salvador Gavira García que cerró plaza, corretón y distraído antes de encontrarse con el capote de Amor Rodríguez. Pero no fue capaz de encajarse con la embestida humillada, franca y enclavada del animal en el percal, y terminó saltando de nuevo de cabeza al callejón. Blandeó en el penco el animal y fue protestado con fruición a pesar de cómo metía la cara en banderillas. En la muleta quedó en evidencia la falta de preparación de Amor Rodríguez para comparecer en la primera plaza del mundo, porque tuvo clase, tuvo entrega y tuvo condición un animal que solo tuvo mala suerte en el momento en que estaba su lidiador. Mal también con la espada, y tras dos avisos, diez pinchazos y un descabello, sin estocada, no se molestaron ni en pitarle tras el arrastre.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Corrida de toros concurso de ganaderías. Un cuarto de entrada.
Toros, por este orden, de Concha y Sierra, Palha, Partido de Resina, Castillejo de Huebra, Pedraza de Yeltes y Salvador Gavira García, de gran clase hasta el embroque un primero sin recorrido, aplaudido en el arrastre; de cara suelta el mirón segundo; desclavado y sin entrega el tercero; de gran clase y entrega el buen cuarto, ovacionado en el arrastre; reponedor y orientado el exigente quinto; enclasado, repetidor y con entrega un sexto que no pudo lucir.
Rafael de Julia (sangre de toro y oro): ovación y vuelta al ruedo.
Ángel Sánchez (lila y oro): silencio tras aviso y palmas.
Amor Rodríguez (sangre de toro y oro): pitos tras tres avisos y silencio tras dos avisos.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
