Un encierro de Núñez del Cuvillo se lidiaba, este martes, en la Feria de San Pedro y San Pablo de Burgos, con un cartel con Daniel Luque -en sustitución de Cayetano-, Emilio de Justo y Tomás Rufo.
TEXTO: PATRICIA PRUDENCIO / FOTOS: MÉNDEZ
El acero empaña una obra de entrega de Luque ante la corta embestida del primero

Salió el primero de la tarde, al que saludó Luque, recogiendo su embestida para después estirarse con torería y variedad, llevárselo más allá del tercio. Tras un acertado tercio de banderillas, se alcanzó la faena de muleta, pero antes de comenzar, brindó Luque desde los medios. Lo recibió en el engaño junto a las tablas con torería y cadencia, andándole, llevándole más allá del tercio. Siguió sobre el derecho, muy despacio, llevándolo a media altura y ayudándolo en las salidas. Se asentó, se encajó, pero aquella tanda no tuvo el calado de la anterior. Cambió al natural, queriendo envolverse a un toro que se lo aceptó en una primera tanda, pues después salía ajeno a la tela, cada vez más corto, y aunque pasaba, lo hacía sin entrega ni emoción. No encontró el acierto con el acero, empañando una labor de momentos de expresión y calidad.
Emilio de Justo, meritoria obra al segundo, al que le corta la oreja
Emilio de Justo llevó al primero de su lote en su capote, ganándole terrenos, sin resultar un saludo muy lucido. Reinó el desconcierto en banderillas, pero una vez cumplido, el diestro tomó la muleta y genuflexo lo fue sacando y llevando hasta tenerlo en el tercio. Lo tocó con insistencia para empezar a pasarlo por el pitón derecho, citándolo con brusquedad, sin terminar de templar aquellas embestidas. Continuó por el derecho, dándole el primero para parar, y retomar una serie en la que hubo continuidad y cierto calado. El animal seguía el engaño y Emilio se aseguró de mantenerlo dentro con firmeza. Cambió al toreo al natural, llevándolo por alto, con la tela en la cara. Sin embargo, rápido recuperó el pitón derecho, por donde le bajó la mano y encontró mayor continuidad. Culminó con unas manoletinas y una estocada certera, con la que el animal dobló con rapidez.
La ligazón y la armonía de Rufo, oreja en el tercero

Tomás Rufo saludó al tercero y primero de su lote, bregándolo hasta poder dejar alguna pincelada con la que se estiró levemente, llevándoselo a los medios, donde remató con una bonita media. Se alcanzó la faena de muleta y Rufo se fue a los medios para brindar al respetable. Después comenzó su faena junto a las tablas para sacarlo con alegría cerca de los medios. En aquellos terrenos le tomó la altura y la distancia a un toro que seguía con cierta armonía el engaño, siempre que fuera por abajo. Siguió sobre el pitón izquierdo, uno a uno, dosificando con un toro justo, pero que seguía la tela, afeando sus salidas. En el tercio siguió por el derecho, ya a media altura, ligando, llevándolo cosido a la tela, conectando con el público burgalés. Recuperó el toreo al natural, pero ya no daba para mucho más aquella media embestida con la que se pasaba por la tela sin decir gran cosa. Culminó por manoletinas y aprovechó la fijeza del animal. Se tiró con todo y aquella estocada fue efectiva.
Luque, detalles con el feble cuarto
Luque se dispuso de rodillas para saludar con una larga cambiada al segundo de su lote, para después bregarlo y llevarlo. Tras un buen tercio de varas, llegó el turno de banderillas. Inició el sevillano su faena con temple y despaciosidad, pasándolo por alto para después definirse por el pitón derecho, tocando y pasando aquella embestida a medio gas. Se quedaba a medio viaje, por lo que la intención de Luque de envolvérselo quedó frustrada con aquel ejemplar escaso. Siguió por el derecho, sin terminar de bajarle la mano, llevándolo y cuidándolo para mantenerlo. Cambió al natural, adelantándole los vuelos a la cara, cruzándose y pasando con suavidad a un toro que no decía nada. De algo menos de media estocada, que suficiente para que doblara, teniendo que descabellar.
De Justo, otra oreja del quinto

Emilio de Justo saludó con una larga cambiada de rodillas para después estirarse con su adversario, llevándolo con cierto gusto. Tampoco hubo una lidia ordenada en los tercios posteriores. En la faena de muleta Emilio decidió, al igual que sus compañeros de terna, brindar desde los medios. En aquellos terrenos eligió empezar su faena, de rodillas, aprovechando la inercia para envolvérselo y ligar aquel inicio que gustó al público burgalés. Le dio tiempo y sitio para después continuar, asentado, sobre el derecho, a media altura. Dosificó mucho entre tandas, permitiendo que el animal recuperase para después volver a llevarlo en tandas cortas sobre el derecho. Se mantuvo en los medios, toreando al natural con la derecha, sin bajarle la mano. Cambió al natural, abriéndolo en una tanda de muchas intermitencias. Tuvo calado en el respetable con un toro que seguía con fijeza el engaño. Mató con una estocada defectuosa pero efectiva.
Rufo cierra la tarde con otra oreja del sexto

Tomás Rufo saludó al sexto con lucimiento y mucha torería hasta rematarlo en los medios con una media. Brindó al respetable e inició su faena de muleta a pies juntos con algún que otro pase cambiado por la espalda. Decidió envolvérselo por el derecho, en una tanda justa y muy medida con la que hubo acople. No tardó en tomar la muleta con la mano izquierda, tratando de bajarle la mano y ayudar en las salidas a un animal con una embestida sosa. Lo metió en los vuelos y se los dejó puestos en la cara, llevándolo muy metido, acortando incluso las distancias con su adversario. Sin alargar, se decidió a culminar su faena en las distancias cortas, tratando de poner la emoción que no le daba el de Núñez del Cuvillo. Le metió la mano y el toro dobló.
FICHA DEL FESTEJO
Coliseum Burgos. Feria de San Pedro y San Pablo. Corrida de toros. Penúltima de abono. Lleno.
Toros de Núñez del Cuvillo.
Daniel Luque, silencio y
Emilio de Justo, oreja en ambos.
Tomás Rufo, oreja en ambos.