Juan de Castilla y Rafaelillo cortaron una oreja cada uno en la antepenúltima de San Fermín, dos trofeos de distinta condición frente a una corrida muy seria y exigente, que vendió todo muy caro, con el hierro de José Escolar. Muy de verdad el colombiano, que paseó la oreja de más autenticidad del abono frente al tercero, con el oficio de perro viejo el murciano. Ambos fueron cogidos de modo dramático. Robleño por su parte se despidió de Pamplona en silencio
Faena sin historia de Rafaelillo a un primero muy sangrado en varas

Salió con pies el primero, largo como un tren, de veleta encornadura, fuerte y musculado, degollado de papada. Rafaelillo le tiró una larga de rodilla cerrado en tablas para saludarlo. Le dio candela Agustín Collado en varas y en la muleta, dio la impresión de acometer con pacífico son las pocas veces que el murciano se decidió a dejarle la muleta en la cara. No tuvo historia la faena.
Esfuerzo de Robleño con el complicado segundo

Estrecho de sienes el segundo, largo y con cuello, de cuerna asaltillada, muy astifino. Humilló sin terminar de pasar en el capote de Robleño. Muy vivo el toro en sus movimientos. Cortó a César del Puerto en banderillas y en la muleta tendió siempre a reponer y rebañar. Hizo un esfuerzo Fernando Robleño, buscando siempre pitón contrario, incluso le robó una serie con la mano zurda.
Juan de Castilla, oreja de ley

Muy abierto de cuerna el tercero. De poco perfil. Muy astifino. Bajo y recortado. Muy agresivo de salida, le ganó terreno con mérito Juan de Castilla, que protagonizó luego un inicio de faena emocionante de verdad, porque se tiró de rodillas en los medios, el toro, cerrado en tablas, no se vino y fue acortando distancia hasta provocar su embestida. Tremenda la fuerza con la que se arrancó el de Escolar. El de Medellín aguantó de rodillas el envite y le ligó una serie de gran emotividad. Faena de ataque, sobresaliente de actitud, tropezada en ocasiones, pero con muletazos de gran longitud y dimensión, siempre llevando en línea al cárdeno, que tuvo emoción pero no regaló una sola embestida. Se tiró de rodillas para cerrar por manoletinas que el toro no se tragó, y atacó a tumba abierta con el acero. En el primer envite fue cogido y zarandeado por el pecho de modo dramático, pero en el segundo agarró un espadazo letal. Paseó la oreja más auténtica de todos los sanfermines.
Oreja para Rafaelillo de un cuarto muy enrazado que le dio una paliza de órdago

Muy serio el cuarto, estrecho de sienes, veleto, largo, degollado de papada. Muy fuerte. Se fue Rafaelillo a chiqueros a saludarlo. Le pasó por encima el de Escolar. Esperó y apretó para dentro en banderillas. Inició el murciano de rodillas una faena de mucho arrojo a mitad de la cual fue prendido de modo horroroso. Le tiró el toro mil derrotes durante el tiempo que estuvo a su merced, que no fue poco. Con la taleguilla rajada en su parte trasera, sin chaquetilla volvió el torero a la cara del animal, lívido, para, visiblemente mermado, volver a darle pelea. No se dejó domeñar el toro, que vendió muy cara la pelea. Agarró una estocada en lo alto y recogió la oreja antes de irse por su pie a la enfermería.
Esfuerzo de Robleño con un quinto que nunca se entregó

Con más cuerpo el quinto, otro toro imponente. Veleto, degollado de papada y con el típico hocico de rata de este encaste. Cumplió el toro en varas y esperó en banderillas, donde hubo de llegarle mucho Iván García. En la muleta toro vino por dentro pero lo trajinó bien Robleño, con el oficio de quien está curtido en mil batallas. Faena larga, sin eco, mal resuelta a espadas.
Esfuerzo improductivo de Juan de Castilla con el feo y desrazado sexto

Con más alzada el sexto, muy despegado del suelo, grande y zancudo, el más feo del envío. Humilló sin terminar de pasar en el capote se lo sacó a los medios andándole hace atrás mientras trataba de darle celo Juan de Castilla. Lo picó muy trasero Teo Caballero. Muy complicado de banderillear, lo esperó en los medios el colombiano con la muleta en la zurda y comprobó que el toro pasó sin entrega, sin emplearse nunca y dada su constitución, con la cara por las nubes. Toro muy distraído, sin ningún celo, lo intentó con sinceridad Juan de Castilla, pero no había posibilidad de éxito
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Pamplona. Octava de la Feria del Toro. Corrida de toros. Lleno.
Toros de José Escolar. De pacífico son el primero; Tendió siempre a reponer y rebañar el segundo; de emocionante acometida el tercero; enrazado el cuarto, que lo vendió muy caro; se vino por dentro un quinto que ni acabó de entregarse; sin celo ni raza el sexto.
Rafaelillo, de verde hoja y oro: Silencio y oreja
Fernando Robleño, de gris plomo y oro: Silencio y silencio tras aviso
Juan de Castilla. de sangre de toro y oro: Oreja y silencio tras aviso
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FOTOGALERÍA: MÉNDEZ