Viernes de toros en Huelva. Un cartelazo en el Coso de la Vega Larga, formado por Morante de la Puebla, Miguel Ángel Perera y Daniel Luque. El festejo, que comenzaba a las 20:00 horas, contaba en chicqueros con un encierro procedente de Zalduendo. Una cerrada ovación puso el prólogo al festejo, pero Morante de la Puebla, su destinatario, no quiso salir a recogerla en el ruedo.
Morante cuaja una honda faena al interesante primero pero un pinchazo la deja en ovación
Le paseó la oreja Morante al buen primero de Zalduendo por una faena tan bella como bien estructurada, una labor de preciso relojero ante un ejemplar boyante y repetidor de la familia Bailleres. Se abrió de capa con cadencia para cincelar un recibo con tres verónicas que fueron seda pura. Le gustó el toro a un Morante que volvería a tomar el percal para dejar un quite marca de la casa. Apostó desde el principio el sevillano por el anovillado astado para ir poco a poco paladeando el toreo con series llenas de empaque y cadencia. Lo embarcó por la derecha llevando largo a un toro con buen ritmo pero al que le faltaron finales. Acertó en terrenos y alturas, poco a poco le fue exigiendo a un astado agradecido que acabó sacando buen fondo. Supo cuando apretarle y cuando aliviarlo para conseguir tandas donde se encajó con el animal en muletazos partiendo la cintura. Con la zurda fue poco a poco consintiendo al animal hasta dejar una serie de muñecas rotas y cintura partida. Redujo la embestida en varios naturales que llegaron una enormidad a los tendidos, esos que ya habían jaleado un cambio de mano al ralentí. Un pinchazo previo a la estocada final dejó todo en una ovación. La misma que se llevaron Curro Javier y Alberto Zayas saludaron montera en mano.
Un inteligente y solvente Perera pasea la oreja del manejable segundo
En segundo lugar salió un astado de la divisa onubense de Albarreal, ejemplar con movilidad y cierto temple pero que acusó su justeza de raza cuando Perera apretó el acelerador. Anduvo fresco y variado con la capa tanto en el saludo como en el posterior quite por chicuelinas. Toro que pese a venirse de lejos y querer tomarla con cierta clase se dolía con el sometimiento, de ahí la importancia de no apretarle con la capa y llevarlo siempre a su aire. Le dio tiempos Miguel Ángel entre tanda y tanda, jugó con las distancias para acrecentar las ganas de embestir de un animal al que el extremeño templó en muletazos en línea recta, de llevárselo detrás de la cadera el toro se afligía. Perera entiende a estos toros como nadie, de ahí que fuera consciente que era primordial meter a la gente en su labor y luego ir poco a poco macerando la faena. Y así lo hizo en tres series donde llevó largo a un astado que poco a poco fue cantando que se iba a apagar como una vela. Con el animal ya más receloso a embestir se metió en sus terrenos antes de dejar una buena estocada que le valió la oreja tras sonar un aviso.
Luque exprime la nobleza sin vida de un tercero muy justo de fuerzas
De anovillada presencia fue el protestado tercero, un astado justito de fuerzas que embistió con las manos por delante en el capote de Luque. Un toro que pese al buen trato recibido por Iván García siguió manteniendo la fragilidad antes mencionada. Daniel sabía que no era ejemplar para someter y si para acompañar, de ahí que basara su labor en muletazos a media altura con el compás abierto. Dibujó muletazos al ralentí con la diestra ante un Zalduendo noble pero sin un ápice de emoción. Todo lo quiso hacer despacio, toreó con media muletita al novillote de la casa Bailleres, pero pese a matar a la primera no hubo petición mayoría de oreja saludando el de Gerena una calurosa ovación tras una faena donde toreó con relajo y despaciosidad.
La espada vuelve a privar del corte de una oreja a un espoleado Morante ante el encastado cuarto
Subió la presencia de los toros de Zalduendo en el cuarto capítulo del festejo. Ya con la tarde languideciendo sobre Huelva Morante realizó una poderosa faena a un encastado animal de Zalduendo, un toro al que el sevillano tuvo que domeñar en una faena de muleta de gran verdad. Con el capote la desentendida embestida del Zalduendo únicamente dejó dibujar al sevillano un único lance, ¡pero qué lance!. Poco a poco se fue viniendo arriba un animal con el que Morante anduvo muy centrado. No le dudó en ningún momento a un toro al que si no llevabas enganchado protestaba y se quedaba corto. Asentó zapatillas, le ofreció la panza de la muleta y tiró del animal hasta el final. José Antonio le cogió rápidamente la velocidad a un Zalduendo que repitió con transmisión detrás de los belfos de la pañosa. Quiso Morante y vibró el coso onubense con muletazos detrás de la cadera, siempre intentando apretar por bajo a un toro con carácter. Este ejemplar supuso una prueba de fuego para calibrar el momento de un torero que había estado más de 50 días fuera de los ruedos hasta su reparación en Santander. Pasó la prueba con nota ante un ejemplar que por el izquierdo tendió a venirse por dentro pese a acabar buscándola con cierto ritmo. Labor de firmeza y capacidad que nuevamente no rubricó con los aceros. Tras un pinchazo y una estocada se pidió la oreja, no siendo esta concedida. Pese a pedírselo la plaza el cigarrero declinaría dar la vuelta al ruedo tras la cerrada ovación desde el tercio en un cuarto toro donde saludarían montera en mano Curro Javier y Alberto Zayas.
Perera saluda una ovación tras pechar con el manso y desclasado quinto
Decía El Guerra que no había quinto malo, pero en esta ocasión su vaticinio no se cumplió. Salió por chiqueros otro animal justito de presencia que no humilló nada en el capote del extremeño antes de pasar de puntillas por el jaco. Buscó imprimirle suavidad en la lidia Fini en un tercio de banderillas donde saludaron montera en mano Daniel Duarte y Vicente Herrera. Perera consciente de la desclasada y mansurrona embestida del animal no le apretó en ningún momento, toreando al astado a media altura y en línea recta. Porfió el extremeño en una labor de altibajos por la condición de un animal que nunca buscó empujar tras los trastos. Quiso rajarse el Zalduendo, algo que ya había cantado durante su lidia. Parte del público pidió al pacense que abreviara vista la condición de un toro que todo lo hizo a regañadientes. Tardó el Zalduendo en caer saludando Perera una ovación desde el tercio tras sonar un aviso.
Luque se estrella con un sexto vacío de todo
Tampoco ayudó el que cerraba plaza, un díscolo y desclasado astado de Zalduendo con el que Luque nunca consiguió que su labor calara en los tendidos. Porfió el sevillano pero la condición del animal impidió todo tipo de lucimiento. Siempre calamocheando y picando por dentro este privó a Luque de poder irse de Huelva con un buen sabor de boca. Tras pasaportar al descastado animal fue silenciado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Merced, Huelva. Tercer festejo de abono de la Feria de Colombinas. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada.
Toros de Zalduendo y Albarreal (segundo), Muy justos de presentación con algún ejemplar anovillado. De repetidora y franca embestida el interesante primero; de manejable condición un segundo con movilidad pero justito de raza; de nobleza supina el soso y anovillado tercero; de encastada y exigente embestida un cuarto con carácter; de mansa condición el desclasado quinto; de corto y calamocheante viaje un sexto vacío de casta.
Morante de la Puebla (celeste y oro): ovación y ovación.
Miguel Ángel Perera (verde menta y oro): oreja tras aviso y ovación tras aviso.
Daniel Luque (fucsia y oro): ovación y silencio.
CUADRILLAS: Saludaron Curro Javier y Alberto Zayas tras parear al primero, y Joao Ferreira y el propio Zayas tras banderillear al cuarto. Saludaron Daniel Duarte y Vicente Herrera, e Iván García tras banderillear al sexto.
FOTOGALERÍA: EDUARDO PORCUNA