Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera y Emilio de Justo hacían el paseíllo, este miércoles, en la cuarta de abono de la Aste Nagusia de Bilbao, en un festejo con astados de Núñez del Cuvillo.
Castella, herido al intentar descabellar al primero de Cuvillo
“Farfonillo”, número 111, era el primero de la tarde, un animal nacido en noviembre de 2019, primero del lote de Sebastián Castella. Animal serio, al que dejó varias verónicas de buen trazo el francés, pero que luego comenzó a echar las manos por delante, y al que cuidó en varas. Fue ovacionado tras parearlo Rafael Viotti. Brindó Castella a Isabel Lipperheide, ganadera de Dolores Aguirre. Aunque tenía cierta raza el toro, su embestida era desclasada, se quedaba cada vez más corto y era incómodo su viaje. No se entregó un animal al que pasaportó correcto Castella sin más, siendo herido tras una estocada caída al intentar descabellar al toro. No obstante, se mantuvo en el ruedo y no pasó a la enfermería, en la que fue operado de una cornada en el glúteo derecho de entre 10 y 15 cm, y otra en el muslo derecho.
Perera pasaporta a un segundo soso y sin entrega
Serio y cuajado el alto segundo, un animal que no rompió en el capote de Miguel Ángel Perera ni se entregó en el peto. Muy soso en el capote lidiador, y también en la muleta del extremeño, que dejó muletazos estimables a media altura pero la obra no rompió por la condición del toro. Imposible conectar, dejando una estocada baja y siendo silenciado.
Emilio de Justo cuaja al natural al gran tercero y le corta una oreja
Emilio de Justo cuajó al tercero, un toro con raza, con embestida humilladora y con celo, al que dejó grandes momentos por la mano derecha en las primeras series, pero sobre todo donde se rompió el torero fue al natural. Se movió el toro, con presencia de Bilbao, en los primeros tercios, pero perdió las manos en banderillas y no terminaba de verse esa gran embestida que luego sacó. En varas se le cuidó. Y la cumbre de la faena llegó al natural, por donde dejó momentos de mucho calado el de Torrejoncillo, que acabó por doblones y una estocada un punto baja pero efectiva. Oreja.
Castella, firme con el cambiante cuarto, en el que es ovacionado antes de ir a la enfermería
Cinqueño era el cuarto, un toro de mayor volumen y seriedad, que no se entregó en la capa de Sebastián Castella y que fue manso de libro en el caballo, siendo remiso al hierro. Animal incierto en el capote, al que se arrancaba con raza pero sin terminar de definirse, y luego cambiante en la muleta, que dejó a Castella darle dos buenas series por la mano derecha, en la que anduvo firme, pero luego se vino soberanamente abajo. En definitiva, sin entrega, al que pasaportó con habilidad el francés, siendo ovacionado antes de ir a la enfermería para ser intervenido de la cornada en el primero.
Perera, ovacionado tras lidiar a un noble quinto, pero sin poder y a menos
De menor entidad el quinto, que no terminó de entregarse en la capa de Perera. Fini y Vicente Herrera fueron ovacionados tras rehiletear al toro, que brindó al tendido el extremeño y le inició faena de hinojos, en un prólogo que caló en el tendido vasco. Después, dejó patente su poder y su mando ante un animal al que cuajó derechazos de mucha estética ante un animal que perdió las manos en la segunda serie, pero tenía intención humilladora y de coger los trastos por abajo. Al natural, supo perderle pasos al animal, noble y humillador pero a menos y sin demasiado poder. Acusó su lesión de costilla en el final de faena y en la suerte suprema, cuando se le vio dolorido, dejando estocada tras pinchazo y siendo ovacionado.
De Justo, detalles de poso con el desrazado sexto
Toro desrazado el sexto, que no terminó de definirse en los primeros tercios –aunque dejaba miradas al caballo de la querencia, siendo sujetado en el de la suerte-, y con el que había que emplearse mucho con el capote para encelarlo en las telas. Inicio de faena con sabor de Emilio de Justo, que dejó algunos muletazos a pies juntos por la mano derecha de mucho gusto. Y la porfía y la entrega del torero fueron la nota predominante ante un animal de templada embestida, pero que salía desentendido del embroque. Y acabó viniéndose a menos, pasaportándolo finalmente con dignidad el extremeño, escuchando palmas.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Vista Alegre, Bilbao. Cuarta de abono. Corrida de toros. Menos de un tercio de entrada.
Toros de Núñez del Cuvillo. Con movilidad pero pasador sin más y cada vez con viaje más corto el primero; sin entrega el soso segundo; de raza y humillación, especialmente por el izquierdo, el buen tercero; muy cambiante el cuarto, que aguantó dos tandas; noble y humillador pero a menos y sin demasiado poder el quinto; desrazado el sexto.
Sebastián Castella, ovación en ambos.
Miguel Ángel Perera, silencio y ovación.
Emilio de Justo, oreja y palmas.
CUADRILLAS: Fue ovacionado tras parear al primero Rafael Viotti, Morenito de Arles tras parear al tercero y Fini y Vicente Herrera tras rehiletear al quinto.
FOTOGALERÍA: JOKIN NIÑO