Ivi Martín
Alberto Lamelas, Cristian Escribano y Miguel Ángel Pacheco trenzaban este sábado el paseíllo en la localidad segoviana de Cuéllar. Le hacían frente a un encierro de Cebada Gago.
Lamelas entendió al encastado primero de Cebada Gago, un animal al que le pudo desde la larga cambiada de rodillas que le recetó para saludarlo hasta los largos y buenos derechazos que le propinó durante la faena, pero el jiennense perdió con los aceros los trofeos tras una faena meritoria. Mató de metisaca y pinchazo caído previos a una estocada entera sin puntilla. Fue ovacionado. Y se peleó el jiennense ante el bonito cuarto, al que castigaron duramente en el caballo y llegó muy parado a la muleta. En la faena, fue tomando sentido y sólo pudo domeñarlo Lamelas, que lo despenó de estocada entera caída y dos descabellos. Silencio.
Cristian Escribano cuajó por el izquierdo a otro buen Cebada en segundo lugar. Faena de mucha entrega del torero de Esquivias ante otro noble astado, al que exprimió sobre todo por la mano zurda, uno de sus grandes potenciales. Mató Escribano de estocada entera y le paseó una oreja. Otro gran Cebada fue el quinto, que llevó el hocico por los suelos en todo momento y faena de gran entrega de Escribano, que lo entendió por el derecho. Estocada casi entera, 12 descabellos y dos avisos truncaron una gran obra.
El humillador tercero le pidió a Miguel Ángel Pacheco el carnet de matador. Lo intentó el torero gaditano sin llegar a acoplarse del todo con otro buen toro de Cebada Gago, pero que no regalaba las embestidas. Lo mató de media tendida y tres descabellos. Ovación al toro y silencio tras aviso. Templó el joven al sexto, otro animal más flojo pero de extraordinaria clase. Faena de menos a más rematada con una estocada entera sin puntilla. Una oreja con fuerte petición de la segunda.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Cuéllar, Segovia. Primera de feria. Corrida de toros. Más de dos tercios del aforo permitido.
Toros de Cebada Gago.
Alberto Lamelas, ovación y silencio.
Cristian Escribano, oreja y silencio tras aviso.
Miguel Ángel Pacheco, silencio tras aviso y oreja.