Pablo López Rioboo / Fotos: Sara Navarro
Se encerraba muy cerca de su casa el onubense David de Miranda, un espada al cual el sistema le ha dado sistemáticamente la espalda. Un torero que sabe lo que es valorar una profesión que ya le ha golpeado muy duro. Esa dureza que ya tiene asumida, sabe que ser matador de toros conlleva ciertas piedras que tienes que cargar a tus espaldas. Hoy apostaba por seis hierros de la tierra en una plaza que lo considera como suyo. Seis hierros que no dieron el juego esperado y que pudieron echar por tierra la apuesta de David. Esa apuesta que ganó pese a estar todo a la contra. La falta de fuerzas y de raza fueron la nota negativa de un encierro que puso el lunar a una Pinzaoniana que contó con la respuesta masiva de la afición. Pese al escaso juego de sus oponentes se vio a un torero maduro, centrado y que tiene el temple como premisa básica. Hoy las orejas fueron lo de menos, muchas de ellas algo excesivas. En el fondo de todas ellas radica ese concepto que pule día tras días y que hoy pudo sacar a cuenta gotas. Ya es hora de verle en una plaza de máxima categoría, se lo ganó, este torero no puede quedarse orillado en las plazas de tercera.
De Miranda le corta las dos orejas al noble pero muy medido de fuerzas primero de Millares
Comenzó dando fuerte Miranda ya en el primero de la tarde. Un pastueño y noblón astado de Millares. Toro que ya desde salida mostró su justeza de fuerzas. Lo lanceó con suavidad por delantales, para más tarde dejar una media muy pausada. Animal que quiso más que pudo en la muleta. Lo templó Miranda en series cortas y siempre en línea recta. Sin apretar a un animal muy cogido con alfileres. Por el izquierdo si se pudo romper con muletazos a media alturita pero siempre detrás de la cadera. Faena medida en la que la colocación de los trastos, así como las alturas y las distancias fueron fundamentales. Tras dejar una estocada en buen sitio paseó el doble trofeo.
Oreja al temple de Miranda con el deslucido y protestado segundo de Albarreal
Bajó en presentación el segundo respecto al precioso primero de Millares. Un toro muy protestado por su falta de fuerzas. Se movió a saltitos y sin emplearse en los capote. Cantó su mansedumbre en el jaco. Comenzó con el clásico Litrazo en el centro del anillo, para más tarde dejar una tanda con más intención que lucimiento. El de Albarreal tendía a embestir por dentro, debido a ello tuvo el de Trigueros que darle siempre un toquecito hacia fuera. Toro nada fácil en las telas, siempre había que llevarlo empapado porque tendía a desparramar algo la vista. No fueron largas las tandas, todo siempre a media altura, ya que el toro tendía a perder las manos. Soso y deslucido un animal al que Miranda cuidó desde su salida por chiqueros. Tras dejar una casi entera de rápido efecto paseó una oreja.
Dos orejas para De Miranda con el pasador y justo de raza tercero de Cuadri
En tercer lugar salió un toro de Cuadri de reata ilustre, ‘Remendón’ llevaba por nombre, un ejemplar que embistió de salida con las manos por delante sin dejar lucirse a Miranda. Astado al que toreó muy bien a caballo Tito Sandoval en dos puyazos en la yema. En banderillas destacaron David Adalid y Fernando Sánchez en un vibrante tercio de banderillas ante un toro que midió mucho en este tercio. Adalid salió prendido, afortunadamente sin consecuencias, tras un par de enorme exposición. Ambos saludaron tras la gran ovación del respetable. Muy firme anduvo David ante un toro al que había que llevar siempre empapado en las telas. Animal que pese a su pastueña embestida, lo hacía siempre a media altura y sin emplearse. Por el izquierdo vino la tanda de mayor enjundia de su trasteo. A pies juntos dejó volar su muleta en una serie de toreo encajado. Todo se lo hizo a favor del animal. Tanda de gran compás y sabor ante un toro que la tomó ahí con mayor entrega. Ejemplar de Cuadri al que había que ganarle siempre un pasito y torearlo con la muletita retrasada ya que tenía la raza justa. Por el derecho venía andandito, sin entrega. Pasaba más que embestía. Anduvo firme, con la cabeza fría. Como en las faenas anteriores las tandas fueron cortas, sin apretar a los animales. El onubense estuvo por encima de un astado que se guardó dentro muchas cosas. Aprovechó la nobleza pasadora del animal para pasear las dos orejas tras una estocada entera en el rincón de Ordoñez.
Dos orejas para la disposición de David de Miranda con el mansito cuarto de Villamarta
Se tapó por su movilidad y cuarto de la tarde, un manso animal de Villamarta que todo lo hizo a su aire, sin emplearse. Ante dicho astado vimos un inteligente David de Miranda, el cual supo dejar al animal que se fuera donde se sintiera más cómodo. A saltitos, sin clase, pero transmitiendo en todas sus arrancadas fue la condición de un astado que dejó por momentos hilvanar faena al de Trigueros. Hubo muletazos más encajados y otros de menor ajuste, también debido a que el animal tendía a descolocarse y salirse de la suerte. Corrió la mano con suavidad un Miranda que sabía que su triunfo estaba en no dejarle la puerta abierta al toro, es decir, llevarlo muy cosido a la pañosa con toques fijadores. Pero el animal no aguantaba el sometimiento, un toro que como dijimos se tapó por su movilidad. Palos se entregó de tal manera que tras una estocada en la suerte de recibir paseó el doble trofeo.
Oreja a la porfía de David de Miranda con el marmolillo quinto de Pereda
No tuvo ninguna opción De Miranda con el marmolillo que hizo quinto, un castaño de Pereda que se lastimó al salir del caballo. Toro en el que expuso en banderillas José Chacón. En su sitio estuvo Fernando Sánchez para hacerle el quite al sevillano tras sus dos pares. Faena en la que tiró de oficio el matador ante un toro muy agarrado al piso. Lo mejor vino en una tanda a zurdas en la que llevó muy cosidito a un astado que tendía a embestir con el pitón de fuera. Le dio siempre los frentes al animal, en otras ocasiones el medio pecho, pero el toro embestía al paso. Porfió David pero no tomó vuelo el trasteo. Tras dejar una estocada algo despedida cortó una oreja.
Oreja para David de Miranda con el manso sexto
El sexto tampoco hizo que la tarde rompiera. Un animal de Domínguez Camacho con buenos inicios pero que acabó aburridito. Se fue a portagayola David de Miranda para dejar un vibrante saludo capotero. Lo llevó con temple para dejar más tarde un variado y ceñido quite capote a la espalda. Volvieron a destacar Adalid y Fernando Sánchez en banderillas. Saludaron montera en mano tras un tercio de gran emoción. Estoico fue su inicio de faena por la espalda, siempre aprovechando las inercias de un toro que ya marcaba con rajarse. Labor a la que le faltó un punto de reposo, el animal embestía con cierto motor pero sin emplearse. Embestidas emotivas ante una muleta firme y templada. Tuvo nobleza el de Camacho, pero la raza muy justita. No le quiso apretar, todo fue a media altura. Labor aseada a la que le faltó un punto de ajuste. Cuando cerraba su labor calló al suelo quedando algo conmocionado. Tras pasaportar al animal paseó una oreja.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Palos de la Frontera. Corrida Pinzoniana. Lleno en el aforo total.
Toros, por este orden, de Manuel Ángel Millares, Albarreal, Cuadri, Villamarta, José Luis Pereda y Hermanos Domínguez Camacho. Desiguales de presencia y de escaso juego. De buen temple y nobleza a media altura el endeble primero; sin raza ni fondo el protestado segundo; con cierta nobleza pero de embestida pasadora a media altura el desrazadito tercero; con movilidad pero sin entrega el mansito cuarto; muy agarrado al piso el desfondado quinto; con movilidad y cierta entrega en sus inicios el manso sexto.
David de Miranda, en solitario, dos orejas, oreja, dos orejas, dos orejas, oreja y oreja.
INCIDENCIAS: Saludó Tito Sandoval en el tercero de la tarde, así como David Adalid y Fernando Sánchez en el tercero y sexto de la tarde.