Fernando Robleño, Emilio de Justo y Adriano hacían el paseíllo, este sábado, en el coso francés de Dax dentro de la primera de Toros y Salsa, lidiando un encierro con el hierro de Pallarés.
La mestría y voluntad de Robleño con el deslucido primero se pagan con una ovación
El primero de Pallarés a penas dejó espacio para el lucimiento de Robleño antes de llevarse las dos varas correspondientes y ser lidiado sin problemas en banderillas. Directamente con la mano izquierda comenzó Robleño la faena al de Pallarés, en un intento de mostrarle el camino a un toro muy mirón, con mucha reseva y que salía con la cara muy alta. Cuando intentó el toreo con la diestra comprobó que el toro casi no llegaba a tener recorrido, por lo que volvió a la izquierda para intentar, por lo menos, el lucimiento que nunca pudo llegar. Un pinchazo y una estocada dejaron en ovación el premio del madrileño.
Emilio de Justo emborrona con la espada lo que iba para premio con el buen segundo
Buen saludo fue el que firmó Emilio de Justo con el segundo, un animal que humilló y tuvo ritmo en cuatro ver´ñonicas y una media de muy buena fábrica. Ovacionado fue el picador, Juan Bernal, que dejó dos enormes puyazos. Al público fue el brindis del extremeño, que rápido se fue a hacer el toreo con la mano derecha, dejando dos series en redondo con la diestra que metieron al público en la faena. Entonces llegó el momento de la zurda, con elvuelo muy terso, muy embebido el animal y rematado siempre por esos pases de pecho tan personales de Emilio hasta la hombrera contraria. Mantuvo el nivel hasta la hora de matar, cuando un metisaca muy feo dejó en ovación lo que iba para premio.
Adriano estructura una gran faena al buen tercero y corta la primera oreja de la tarde
Regidor, de 508 kilos, no le dio opciones a Adriano de estirarse y lancear con el capote. Dos varas recibió en el penco y fue perfectamente lidiado por Ángel Gómez Escorial, que le dejó ver perfectamente la embestida del de Pallarés a su matador. Hubo dos series muy suaves de mano diestra y poderosa para meter en ritmo al de Pallarés, con poder también en la zurda para que no se le fuera el animal de las manos. Respondía y atendía a los toques de Adriano, que se iba llevando cada vez más atrás al buen toro de Pallarés y le daba su tiempo entre exigencia y exigencia, lo que suspuso una gran faena al franco toro de Pallarés, al que mató de una estocada hasta las cintas que le supuso una oreja.
Una gran faena de Robleño al cuarto cambia las orejas por cuatro pinchazos y un silencio
El cuarto de Pallarés tampoco le dejó brillas a Fernando Robleño con el capote y fue más desentendido de un lado a otro hasta que se quedó sólo con el torero para la faena de muleta. Fue sencillamente extraordinario el inicio de faena, sacándose el toro a los medios con doblones genuflexos y soplándole luego en los medios una serie plena de torería con la mano derecha que encandiló al tendido francés. Tuvo chispa y motor el animal, pero también tuvo temple Robleño poara bajarle el ritmo e imponer el que él quería para su toreo, aprovechando siempre las cuatro arrancadas con mucha transmisión que tenía el animal. Toreó muy a gusto Fernando, abandonando la figura en muchas ocasiones y dejando derechazos de excepcional maestría. Sólo una vez lo probó con la izquierda, pero bastó con lo hecho con la derecha. Desgraciadamente, todo se perdió en los cuatro pinchazos que hicieron que se echara el toro y escuchó silencio.
Emilio de Justo se estrella con la inmovilidad del deslucido cuarto, que se niega a embestir
El quinto no le permitió el lucimiento a Emilio de Justo con el capote, y hubo que esperar a que se definiera el toro cuando se quedó solo con el torero en el ruedo. Además, se puso complicado para banderillear, poniendo en aprietos a Morenito de Arles y Pérez Valcarce para banderillarlo. Por doblones inció Emilio una faena que no fue, porque se agarró al ruedo el animal y simplemente quiso arrancarse a arreones de vez en cuando. Optó por abreviar Emilio y escuchar silencio.
Adriano certifica, con otra oreja en el sexto, su salida en homnbros por la puerta de cuadrillas
Con el sexto sí pudo Adriano estirarse a la verónica, incluso dejando una media muy sentida antes de que el toro recibiese sus correspondientes puyazos. Pero tenía claro el francés que había que torearlo pronto, y doblándose por abajo se lo fue sacando a los medios y toreando en línea recta para convencer al animal de que acudiera a los cites. Lo citó siempre con mucha seguridad, con muy buena colocación y siempre dejando la muleta en la cara para que no parase el animal. Tenía la plaza con él, mientras le daba sus tiempos y sus espacios. Peor embestía por la izquierda, aunque dejó algún natural de buena fábrica. Fue apretándolo poco a poco, enganchándolo muy bien a diestras y no dejando que se saliese de la suerte. Una estocada casi entera de Adriano vio premiado su compromiso con una oreja más.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Dax, Francia. Primera de la Feria de Toros y Salsa. Corrida de toros. Algo menos de tres cuartos de entrada.
Toros de Pallarés. Impecables de presentación. Reservón y de cara suelta el renuente primero; noble, humillador y bueno el segundo; con celo y fijeza el buen tercero, aplaudio en el arratre; con ritmo y mucha transmisión el buen cuarto; protestón y agarrado al piso el deslucido cuarto; manejable y obediente el sexto.
Fernando Robleño, ovación y silencio.
Emilio de Justo, ovación y silencio.
Adriano, oreja y oreja.
FOTOGALERÍA: JOKIN NIÑO