SANTANDER

La zurda de Diego Bastos y el valor de Bruno Aloi, primeras orejas en la Feria de Santiago


sábado 19 julio, 2025

Diego Bastos, que se llevó con claridad el lote del envío, paseó una oreja de ese gran “Chalina” a golpe de natural; el otro trofeo fue a parar a las manos de Bruno Aloi, el novillero azteca derrochó valor en sus dos adversarios y demostró ambición y condiciones para no dejarse ganar la partida. El Mene, por su parte, pechó con un lote de nulas opciones

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Foto: Arjona - Lances de Futuro

Santander izó el telón a su Feria de Santiago más rematada de los últimos años -que ya es mucho decir- con una desigual pero interesante novillada de El Parralejo en la que destacó el bravo primero, utrero enclasado e importante, y el noble cuarto. Diego Bastos, que se llevó con claridad el lote del envío, paseó una oreja de ese gran “Chalina” a golpe de natural en una tarde en la que no escatimó en recursos. El otro trofeo fue a parar a las manos de Bruno Aloi, el novillero azteca derrochó valor en sus dos adversarios y demostró ambición y condiciones para no dejarse ganar la partida. El Mene, por su parte, pechó con un lote de nulas opciones -endeble uno, rajado el otro- con el que apenas pudo esbozar su atractivo concepto en un puñado de verónicas y una tanda de naturales en cada novillo.

Variedad de Diego Bastos, oreja al natural del bravo primero de El Parralejo

La Feria del Norte arrancó con todas las miradas puestas en los chiqueros del coso de Cuatro Caminos, donde Diego Bastos esperó al primer utrero de El Parralejo. Le pegó la larga cambiada con soltura para luego coserle un buen ramillete de verónicas. Novillo acapachado y algo lavado de cara, con las puntas hacia delante, que tuvo movilidad y humilladora embestida, a pesar de pegar un volatín al salir de una vara en la que empujó. Buen tercio de banderillas de José Germán bajo los acordes de la dulzaina. Brindó Bastos al empresario José María Garzón y prologó por angostos estatuarios para después aprovechar la enclasada embestida de un animal que derrochó bravura. Con el hocico siempre rozando la renovada arena del coso montañés, el sevillano pudo dibujar buenos naturales en una faena basada en ese pitón. Hubo limpieza y hondura en cada muletazo. Final por manoletinas antes de una estocada desprendida y algo trasera, que fue suficiente, pese a la muerte de bravo del novillo, para pasear la primera oreja del ciclo santanderino.

Valor a raudales de Bruno Aloi, que pierde premio con el acero en un segundo de media embestida

Agradable y con las puntas hacia delante, él segundo echó las manos por delante y soltó la cara de salida en el percal de Bruno Aloi en un largo y variado recibo de capa. También protestó en el peto el de El Parralejo. El mexicano se apretó mucho en un quite milimétrico por gaoneras en el que perdió pie al desplantarse. Se libró por fortuna. Este castaño fue un astado menos franco, de media embestida. Poco le importó a Aloi que acortó las distancias y logró ligar las tandas con economía de movimientos. Cómodo en esas cercanías, la faena tuvo buen toreo y valor, mucho valor. A raudales. Caló mucho arriba un final por circulares invertidos en un palmo, el que no se enmendó con el utrero ya más aplomado. Manoletinas finales de rodillas. Era de premio, pero pinchó tres veces antes de una estocada en dos tiempos algo perpendicular.

El Mene, sin opciones con un tercero muy medido de fuerza y deslucido

Con dos faroles, en pie, saludó El Mene -recién llegado a Santander de la francesa Mont de Marsan con el tiempo justo para vestirse tras torear la matinal- al tercero. Un colorado muy estrecho de sienes, bajo y agradable, de hechuras perfectas. Medido de motor, fue con diferencia el más deslucido de la primera mitad de la novillada. Se dejó pegar en el caballo. El Mene comenzó a favor del utrero, sin atacarlo, tratando de abrirle los caminos para que rompiera en su muleta, pero, lejos de hacerlo, le costaba cada vez más. Incluso perdió las manos en varias ocasiones, pese al buen trato del novillero maño. Hubo muletazos sueltos de buen trazo y disposición sin mácula de El Mene, pero la faena nunca terminó de coger vuelo. Lo mató de una gran estocada en el segundo intento.

Vuelta al ruedo para Bastos, que pincha una labor entregada al buen cuarto

También acudió Diego Bastos a portagayola, trance que volvió a resolver con eficacia, en el cuarto. Utrero con más cuerpo y cuajo, algo ensillado y cornidelantero, salió algo abanto. Ajustado quite por chicuelinas del sevillano que, tras banderillas, brindó a las peñas. Comenzó la faena en los medios con el “cartucho de pescao” para, sin preámbulos, torear templado al natural. Pese a que perdió las manos en alguna ocasión, el de El Parralejo tuvo prontitud, clase y, sobre todo, celo en la pañosa de Bastos. Pudo correr la mano y ligar las tandas en una faena que tuvo altibajos. Los mejores pasajes llegaron de nuevo con la zurda. Terminó por luquecinas y pasando al novillo de hinojos. Marró con el acero y se difuminó cualquier atisbo de premio.

Oreja a la entrega sin concesiones de Aloi, volteado sin consecuencias al estoquear a un quinto que duró un suspiro

Largo, pero avacado y suelto de carnes, el quinto fue un utrero sin trapío para Santander, pese a la mayor longitud y apertura de sus pitones, astifinos desde la mazorca. Bruno Aloi lo recibió con lances de rodilla flexionada y se gustó en vistoso quite fundiendo chicuelinas y tafalleras. Le faltó raza al de El Parralejo, que apenas duró lo que lo hicieron sus inercias. Deslucido y cada vez más parado, el azteca puso todo lo que le faltó al novillo y pisó terrenos comprometidos en una faena de entrega y querer mucho. Se dejó llegar los pitones por la taleguilla en varias ocasiones ante un adversario de escaso fondo. Se volcó sobre el morrillo hasta el punto de quedar colgado de los pitones, desmsdejado en la arena, el novillo lo tuvo a merced entre los pitones angustiosos segundos, pero nunca le tiró el derrote. Un milagro. La estocada, aunque una brizna trasera, bastó y afloraron los pañuelos hasta conceder el trofeo.

Ovación para El Mene, que buscó las vueltas a un sexto muy rajado

Cerró plaza un novillo lleno y con remate, acapachado y con las puntas hacia delante, al que El Mene trazó tersas verónicas en un notable recibo, ganando terreno en cada lance. La media, superior, Marcó querencias el novillo en los primeros tercios. Pronto y en la mano, comenzó el maño en los medios con la diestra en un trasteo en el que la clave fue dejarle la franela siempre puesta, porque el utrero se abría mucho. Así, logró arañarle tres tandas meritorias, especialmente una con la zurda en la que bajó mucho el engaño, exigiendo al novillo. Naturales de mano baja, poderosos, que hicieron que el animal terminara de “cantar la gallina”. Muy rajado, le buscó las vueltas El Mene. Sin embargo, de nuevo hubo otro pinchazo antes de una gran estocada tras la que le pegó tres naturales antes de que doblara. La petición no cuajó y saludó desde el tercio.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Cuatro Caminos, en Santander. Primera de la Feria de Santiago. Dos tercios de entrada.

Novillos de El Parralejo. El 1º, bravo, humillador, tuvo profundidad y duración; el 2º, manejable, pero le faltó empuje, de media embestida; el 3º, justo de fuerzas y desrazado, deslucido; el 4º, noble, con prontitud y celo; el 5º, desrazado, duró lo que lo hicieron sus inercias, acabó muy parado; el 6º, deslucido, se rajó enseguida al sentirse podido.

Diego Bastos, de vainilla y oro; oreja y vuelta al ruedo tras aviso.

Bruno Aloi, de lila y oro; ovación tras aviso y oreja.

El Mene, de tabaco y oro; silencio y ovación.

FOTOGALERÍA: ARJONA – LANCES DE FUTURO

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