POR: JORGE
RAÚL NACIF/ AL TORO MÉXICO
Aunque el
triunfo no llegó en la primera novillada de la Feria de Texcoco, Diego
Emilio tuvo una actuación interesante y en la que plasmó dos facetas de su
toreo, dado que el hidrocálido estructuró una faena de clase ante su primero,
para luego enfibrarse y tirar de raza delante de su segundo.
El novillo que abrió el festejo fue el que tuvo mejor condición del encierro deMaravillas,-ganadería que el año pasado triunfó con fuerza en este coso
texcocano-, puescontó con nobleza y calidad, a pesar de su falta de
fuerza, y Diego Emilio supo darle la lidia que requería.
Y así, bajo la lluvia, procuró no forzar de más al ejemplar y, con suavidad,
comenzó a torear sabrosamente por derechazos, repitiendo la dosis por el perfil
izquierdo en naturales con empaque. Cuando parecía que podía cortar una oreja
con fuerza, anduvo fallón con la espada y solamente pudo cosechar los aplausos
del respetable.
El cuarto fue de Los Cués, un ejemplar complicado y que muy pronto
comenzó a desarrollar sentido, buscando las pantorrillas del torero. Con un
valor sereno y firmes las zapatillas, el hidrocálido plantó cara y aprovechó el
perfil izquierdo, el mejorcito del novillo, y trazó recios naturales, en lo que
fue un trasteo meritorio que no coronó con el acero.
Complicada fue la tarde para el michoacano Antonio Mendoza, que lidió en
primer término a un novillo que tuvo poco fondo y, al sentirse exigido en los
albores del trasteo, comenzó a «aburrirse» y acudía deslucido. Mendozamostró actitud y cuajó algunos naturales de buen acabado, pero anduvo fatal
con la espada y escuchó los tres avisos.
Delante de su segundo anduvo igualmente esforzado, variado en quites y decidido
con la sarga, aunque sin lograr remontar la tarde. El ejemplar de Maravillasno contaba con gran recorrido y acometividad, así que solamente con la muleta
en la siniestra consiguió instantes que le fueron coreados.
Emiliano Villafuerte «El Moso» sufrió un fuerte golpe de
mandíbula al ser arrollado por su primero, un ejemplar deslucido y que no se
empleaba en los engaños del michoacano, que sin embargo se notó todavía verde
-lo cual es normal-, aunque buscando siempre hacer las cosas bien, con tesón.
El último de la tarde llegó al tercer tercio sin demasiado fuelle y muy pronto
se agarró al piso. Villafuertele tuvo paciencia y con buena
intención buscó sacarle partido, pero sus esfuerzos no tuvieron recompensa y al
final no consiguió que el trasteo levantara.
FICHA DEL
FESTEJO
Texcoco,
Méx.- Primera novillada de feria. Entrada floja (menos de un cuarto de aforo)
en tarde nublada, con lluvia durante la lidia del 1o.
Cinco
novillos de Maravillas y uno de Los Cués (4o.), justos de
presentación y de poco juego en términos generales, salvo el 1o., que fue bueno
y tuvo clase. Pesos: 385, 380, 381, 390, 400 y 380 kilos.
Diego Emilio (gris y plata): Palmas tras aviso y
palmas.
Antonio
Mendoza (turquesa y
oro): Silencio tras tres avisos y palmas.
Emiliano
Villafuerte «El Moso» (marino y oro): Silencio tras aviso y silencio.
Incidencias: El 2o. fue apuntillado en el
ruedo luego de sonar los tres avisos.