Talavante explotó en su vuelta en Arles. Reventó de torear en tres obras de ambición madura que pretendió subrayar su estatus y su caché. Fue contra él mismo y sus fantasmas la batalla de Alejandro, al que le brota el toreo o no se difumina en el intento. Fue contra su propia sombra, pero también contra su rival de hoy, una némesis osada y con formidable descaro que se llama Roca Rey. Tarde de dos toreros en plenitud no renunciaron a nada desde el minuto 1; no se quisieron dosificar sino todo lo contrario. Dos figuras del toreo que hicieron a un tendido lleno y sin restricciones por vez primera desde marzo del pasado año. Y brilló el natural de Alejandro: la nueva era del toreo es de izquierdas.
Así os hemos contado hoy en directo el mano a mano más esperado del año:
Faena de cante grande al natural de Talavante en el toro de su vuelta, un importante animal de Garcigrande
Importante fue el primer animal de Garcigrande, un animal con poder y al que dejó una faena de máxima autoridad de Talavante: empaque a la verónica y luego temple, ligazón, doma, compromiso ajuste con la muleta… y una brillante mano izquierda. Obra de torero grande, porque se ajustó al animal, se lo pasó cerca, lo templó, se comprometió con él y supo conectar con emoción en el tendido. Mató de estocada al animal y le cortó una oreja de mucho peso.
Roca Rey, a revientacalderas en el segundo tras la vuelta de Talavante: le corta otra oreja al de Garcigrande
El segundo fue un animal de Garcigrande con el que le respondió a Talavante apretando el acelerador después del toro de la vuelta de Talavante. A revientacalderas el peruano. Ya desde el saludo capotero le cogió Andrés bien la distancia, la altura, la velocidad, y lo llevó siempre embebido en la muleta. Faena con mucho contenido por ambos lados, mucho argumento por los dos pitones y una estocada final que puso en sus manos un trofeo.
Talavante echa a perder con la espada una faena al natural para paladares exquisitos al humillador tercero de Adolfo
Cumbre de Talavante con la mano izquierda frente al tercero, un animal de Adolfo con calidad, temple y ritmo y con el que el extremeño estuvo sencillamente pleno. Faena de despaciosidad, de una riqueza de matices, de una hondura, una profundidad, una relajación y un muñequeo en el final de cada serie que eran para paladares exquisitos. Pero fue una pena la espada, porque si no le hubiese paseado el doble premio. Ovación.
Faena de dedicación y firmeza pero sin brillantez de Roca Rey ante el feble cuarto de Adolfo
Silencio para Roca Rey con el cuarto de Adolfo, animal flojo, con cierta nobleza pero sin fondo. Faena de dedicación y firmeza pero sin brillantez del peruano.
Talavante reviste de fantasía su obra al bravo quinto, de vuelta al ruedo, y lo desoreja
Dos orejas paseó del quinto, un animal de Garcigrande con el que anduvo sensacional. Toro de vuelta al ruedo en el arrastre. Faena compacta, profunda, elegante, sutil y con un núcleo central realmente soberbio: toreó muy relajado, llevando al toro a milímetros de la muleta pero sin dejar que la tocase nunca. Obra revestida de fantasía por ambas manos y rematada por bernadinas. Mató de estocada y paseó dos orejas entre el delirio del tendido.
Un entregado Roca Rey desoreja a un sexto de Cuvillo de vuelta al ruedo
Y dos orejas para Roca Rey con el sexto de Cuvillo, otra faena intensa de menos a más con una segunda parte de obra realmente espectacular. En las cercanías, Andrés se pasó al toro por todos los lados y culminó una tarde soñada. Faena de torero en plenitud y con carácter para rematar un espectáculo grandioso. Vuelta al ruedo al animal.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Arles, Francia. Tercera de la Feria del Arroz. Corrida de toros. Lleno en los tendidos -sin restricciones-.
Toros de Adolfo Martín, Núñez del Cuvillo -de vuelta el sexto- y Garcigrande -de vuelta el cuarto-.
Alejandro Talavante, oreja, ovación y dos orejas.
Roca Rey, oreja, silencio y dos orejas.
FOTOGALERÍA: MURIEL HAAZ
