TEXTO: PABLO RAMOS / FOTOGALERÍA: IVI MARTÍN
Morante de la Puebla, José María Manzanares y Pablo Aguado trenzaban, en la tarde de este 12 de junio, el paseíllo en la plaza de toros del Paseo de Zorrilla de Valladolid en la primera de las dos corridas de la feria de San Pedro Regalado. A las ocho arrancaba la función, en la que se lidiaban toros de Victoriano del Río.
Los geniales detalles de Morante frente al primero se estrellan contra la falta de fuerza del de Victoriano
El primero de Victoriano fue un animal que hizo por saltar al callejón y al que, tras ello, Morante le recetó un ramillete de templadas verónicas y una media a pies juntos que ya calentó al tendido. Una única vara recibió el funo, al que decidió prologar faena Morante por estatuarios con el sabor añejo de su concepto. Pero ya comenzó a mostrar la falta de fuerza que presagió en los primeros compases de la lidia y adoleció de un poder que no permitió a José Antonio alzar la obra. No pasó, además, de voluntarioso el torero. Mató de dos pinchazos y una estocada casi entera, saludando ovación.
Manzanares sostiene la fuerza del segundo, le da un estoconazo recibiendo y le pasea dos orejas
Enjundia tuvo el saludo capotero de Manzanares al segundo, un animal que ya perdió las manos de inicio pero al que optó por cuidar en los dos primeros tercios el alicantino para que su vida aguantase para el trasteo. Y así fue: basó en la mano diestra una labor ante un animal que mantuvo la nobleza y calidad mas no la fuerza, que sostuvo Josemari en los diez minutos de labor. Especialmente eco tuvo la última tanda, también con la mano diestra, haciendo poner en pie al tendido pucelano. Mató recibiendo, dejando el acero en todo lo alto y cayendo el astado sin puntilla. Dos orejas.
Aguado, un recital de toreo de capa al tercero, al que le corta una oreja
Muy templado el recibo capotero de Pablo Aguado al tercero de Victoriano del Río, al que le galleó también por chicuelinas para acercarlo al jaco. Vistoso también fue el quite por chicuelinas, con la naturalidad que define el concepto del sevillano. Brindis al público de Aguado y labor con pellizco y mando a un toro venido a menos, al que tuvo que encontrar las teclas para hacer que durase. Mató de estocada entera un punto desprendida y paseó una oreja.
Morante, faena de inspiración al cuarto, al que le pasea una oreja
Por delantales fue el saludo de Morante al cuarto, un animal con el que de nuevo destapó el tarro de las esencias capoteras el de La Puebla antes de que el astado entrase en una sola ocasión al jaco. Por chicuelinas de mano baja quitó el cigarrero, que le sopló una media de cartel. Y torerísimo fue, tras ello, el inicio de faena, en el que por doblones se sacó a los medios un toro que le aguantó una faena llena de detalles personalísimos. Lo mejor, sin duda, el cierre de labor con la pierna genuflexa. Mató de un pinchazo hondo pero agarrado que requirió de un golpe de verduguillo. Oreja.
Manzanares, oreja ante el deslucido quinto
No destacó Manzanares de capa ante el quinto, un animal con poca clase y muy brusco, al cual no se cansó de buscarle las vueltas pero no las encontró. Mató de muy buena estocada y el público lo premió con una benévola oreja y pitos para el toro en el arrastre.
Ovacionado Aguado en el sexto, que volteó a Manzanares
No encontró el lucimiento a la verónica Aguado en el sexto, que recibió dos puyazos. Fue volteado sin consecuencias aparentes Manzanares al entrar al quite de Iván García en banderillas. Brusco y sin clase el animal, no permitió el lucimiento del sevillano. Fue ovacionado tras matarlo de media estocada y dos descabellos.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Valladolid. Primera de la feria de San Pedro Regalado. Corrida de toros. Lleno en el aforo permitido.
Toros de Victoriano del Río.
Morante de la Puebla, ovación y oreja.
José María Manzanares, dos orejas y oreja.
Pablo Aguado, oreja y ovación.
FOTOGRAFÍAS: PABLO RAMOS E IVI MARTÍN