«El primero de la tarde ha sido un manso con
movilidad y cuando le he dado dos tantas por el pitón derecho se quedaba
debajo. El toro ha pegado muchos tornillazos soltando la cara constantemente.
Lo he matado bien porque es lo único que me ha permitido. Posiblemente le
hubiera sentado bien un puyazo más pero esto es Madrid y aquí hay que apostar
fuerte”.
«Con el cuarto, me he
encontrado más a gusto y más roto. Le hemos hecho todas las cosas para lucirlo teniendo
en cuenta que con estos toros son peligrosos porque la gente se pone muy rápido
a su favor. A veces venía gateando por el derecho y por el izquierdo humillaba
pero protestaba algunas veces. He visto como Madrid se ha entregado conmigo. Lástima
el pinchazo porque creo que le hubiera cortado la oreja aunque después de lo
visto con Juan…no sé. Lo importante que Madrid me lo ha reconocido con esa
enorme ovación”.